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Columna
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Los accionistas no se fían de Fortis

No estoy disgustado porque me haya mentido; estoy disgustado porque de ahora en adelante no puedo creerle'. Esa frase de Nietzsche parece completamente aplicable a los bancos estos días. Fortis es el último en girar 180 grados, dando marcha atrás en su insistencia anterior de que no necesitaría más efectivo, a pesar de su derroche de 24.000 millones de euros en la compra de ABN Amro.

La entidad belgo-holandesa de bancaseguros está buscando aumentar 1.500 millones de euros el capital social, probablemente diluyéndolo más del 5%, por encima de 12.000 millones de euros de la emisión de acciones del año pasado para financiar la opa sobre ABN. También está desechando el pago de dividendo provisional de 1.300 millones de euros, y sigue adelante con los planes para la emisión preferente de acciones y la venta de activos no estratégicos y propiedades inmobiliarias.

El giro ha sido forzado en parte por suposiciones equivocadas en la venta obligada de algunos activos en Holanda derivadas de la adquisición de ABN. Fortis había planeado que obtendría ganancias. Ahora parece que el precio estará 300 millones de euros por debajo del valor neto de los activos. Además, Fortis conservará 10.000 millones de euros en créditos de riesgo. Fortis también decidió tirar la casa por la ventana con otro acuerdo para comprar a sus socios una parte de una aseguradora holandesa en un negocio de joint venture.

La entidad puede quizá argumentar razonablemente que estos factores y las condiciones del mercado han cambiado desde principios de año. A pesar del retraso, la compañía ha tomado las medidas oportunas para reforzar el capital y la solvencia, incrementando su ratio de capital Tier 1 hasta el 7% y disponiendo un colchón de 3.000 millones de euros para absorber cualquier shock futuro.

Aun así, los inversores de Fortis, muchos de los cuales habían anticipado otra considerable emisión de acciones, parecen haberse tomado las noticias muy mal. Las acciones cayeron a plomo el 15%.

Esto es una mala señal para los gestores de Fortis, que estaban padeciendo bien el estrés de la integración de ABN, desarrollando fuertemente el negocio subyacente y sin anticipar nuevas provisiones de créditos. Los accionistas, al parecer, no les creen.

Por Jeffrey Goldfarb

El baile de la banca alemana

La esperada consolidación del sector bancario alemán parece finalmente en proceso. Recientemente, los bancos extranjeros han acaparado los titulares. Pero mientras el tempo del baile matrimonial se incrementa, parece que los novios serán sobre todo los alemanes.Ahora mismo, la codiciada novia es el gigante de las cajas de ahorros, Postbank. Su padre financiero es Deutsche Post, que posee la mayoría de las acciones. Los pretendientes incluyen varios extranjeros: Santander, ING y Lloyds. Pero los forasteros deben contar con los chicos locales: Dresdner Bank, Commerzbank y Deutsche Bank. Los pretendientes alemanes podrían estar dispuestos a trabajar en lo que sería una relación poliédrica: una fusión a tres bandas entre Dresdner, Commerz y Postbank. La combinación crearía un claro líder en el sector bancario privado alemán y un mejor competidor frente a los bancos públicos dominantes. También satisfaría a uno que podría jugar el papel de suegro, Allianz. El propietario de Dresdner conseguiría una mayor plataforma para vender sus seguros.Pero probablemente Deutsche Post no está dispuesto a esperar mucho más para que se arregle un acuerdo tan complejo. Más bien, cogerá el precio de oferta más elevado. El ganador seguramente será un banco alemán que pueda permitirse pagar para lograr acceso a los 15 millones de clientes de Postbank. Esto sería una gran ayuda en el fragmentado y no muy rentable mercado minorista alemán. Los extranjeros pueden soñar con recortar gastos, pero la dura realidad es que los trabajadores de Postbank son empleados estatales protegidos.El arreglo de Postbank bien podría no ser el último emparejamiento alemán. Se piensa que Allianz ha perdido interés en poseer todo Dresdner. Preferiría una participación mayoritaria en un banco minorista más grande. El banco de inversión Dresdner Kleinwort será una difícil venta en estos mercados, pero sus operaciones domésticas podrían integrarse provechosamente en el negocio de la banca de inversión de -se dice- Commerzbank.Luego está Citibank, el banco extranjero de más éxito en Alemania, con dos millones de clientes exclusivos. Está dispuesto a vender y se cuenta que Deutsche Bank está interesado. Pero ésta es una novia alemana que todavía puede ser robada por un extranjero.Por Michael Prest

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