El dividendo, una baza defensiva también en los emergentes
La retribución al accionista es superior a la de los países desarrollados, según DWS Investments.
Los emergentes no son sólo mercados arriesgados en plena ebullición que han experimentado subidas desorbitadas en los últimos años. También tienen un componente defensivo que ha ido creciendo conforme estas plazas y las compañías que cotizan en ellas se han ido desarrollando. El dividendo se ha convertido en un atractivo más a añadir a estos mercados.
'Existen cientos de compañías en los mercados emergentes que tienen una rentabilidad por dividendo entre el 5,5% y el 6%', asegura Andreas Gummich, especialista de producto de DWS Investments, la gestora de fondos de Deutsche Bank, y experto en mercados emergentes. DWS ha percibido esta oportunidad de inversión y lanzó en enero de este año un fondo especializado en compañías emergentes con elevada rentabilidad por dividendo. 'La retribución de las compañías emergentes es entre un 30% y un 40% superior a la de las empresas de las economías desarrolladas', confirma Gummich.
Según los datos de DWS, la rentabilidad media por dividendo de los mercados emergentes este año es del 5,6%, con países como Brasil o Turquía con rentabilidades del 6,90%. La actual rentabilidad por dividendo del Ibex, por ejemplo, no llega al 3,5%, aunque hay compañías como Antena 3 o Telecinco con rendimientos superiores al 9%.
'Esta apuesta permite invertir en mercados emergentes con un sesgo algo más defensivo', afirma Gummich. 'Lo sorprendente es que muchas de las compañías que en mayor medida retribuyen al accionista son empresas en pleno desarrollo, con fuertes crecimientos de beneficio; no hay sólo compañías de las denominadas valor, que tienen beneficios recurrentes y crecimientos bajos'.
Telecomunicaciones, servicios públicos y bancos son los tres sectores que más retribuyen al accionista.
Los mercados emergentes han vivido varios años dorados. El índice MSCI que mide la evolución de estos mercados se ha revalorizado un 326% entre los ejercicios 2003 y 2007. A pesar de las fuertes subidas y de la desaceleración estadounidense, Gummich está convencido del atractivo que todavía encierran estos activos.
'Los bancos, que se sepa, no tienen exposición a activos subprime, y son países con un consumo interno muy fuerte y unas perspectivas enormes de inversión en infraestrcturas para los próximos años', argumenta. A ello añade unas valoraciones todavía atractivas y una volatilidad que en los últimos años no ha sido mayor a la de los países desarrollados. 'El mayor riesgo es la caída del precio de las materias primas, pero por el momento parece improbable', afirma. Sus grandes apuestas en este momento son dos: Brasil y Rusia.