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Elecciones2008 Impuestos

Subastas fiscales para ganar votos

La última rebaja tributaria se ha visto favorecida por el buen comportamiento de los ingresos. Queda ahora una nueva reforma fiscal que dinamice la economía.

Unos cambios aparentemente suaves, pero de gran calado en el fondo. Los cuatro años de gobierno socialista se han saldado con una reforma fiscal parcial, pero que ha supuesto la rebaja de los tipos de gravamen de dos de los impuestos más importantes, el de sociedades y el de las personas físicas; ha convertido el IRPF en un impuesto dual al homogeneizar la tributación del ahorro; y ha trastocado el esquema de liquidación del impuesto de sociedades al suprimir las deducciones en la cuota de manera paulatina.

Al tiempo, la ley para la prevención del fraude fiscal, una de las principales puntas de lanza de este Ejecutivo, ha introducido cambios en casi todas las figuras impositivas.

Tras las dos legislaturas del PP que se saldaron con dos reformas fiscales, una de las cuales fue la renovación total del IRPF en 1999, la gran novedad de esta legislatura socialista ha sido la continuidad frente al gran giro, las pinceladas frente al brochazo. Y eso que cuando el PSOE aún estaba en la oposición tuvo a gala plantear que un tipo único de gravamen en el IRPF sustituyera la tradicional escala. Esta idea no llegó a su programa electoral de 2004, pero de los cinco tramos que el PP fijó para el IRPF (del 15% al 45%) se ha pasado en 2007 a cuatro (del 24% al 43%) y de un tipo del 15% sólo para determinadas rentas del ahorro, se ha llegado a uno del 18% para todas.

Los expertos aconsejan nuevos cambios en el IRPF, el impuesto de sociedades y el de patrimonio

Según el Gobierno, su reforma del IRPF ha permitido inyectar en los hogares 2.620 millones de euros, con una rebaja media del 6%. Junto a la modificación de la tarifa, detrás de este ahorro está el aumento de las reducciones. Así, fue el PP quien dio el brochazo al IRPF al crear unos mínimos vitales, pero ha sido el PSOE el que ha dado la pincelada al elevarlos. Y, aunque de una manera poco perceptible por el contribuyente, los ha convertido en una deducción en la cuota con lo que dejan de estar sometidos a la progresividad de la tarifa.

Antes de aprobar estos cambios en su segundo año de mandato, el PSOE decidió recuperar una vieja costumbre abandonada por el PP, deflactar la tarifa del IRPF. Lo que, según el Ejecutivo ha ahorrado 490 millones de euros a los contribuyentes entre 2005 y 2006. Con todo, en el balance que el Gobierno realiza de su legislatura, resulta un ahorro de 5.400 millones derivados de todos los cambios en el IRPF. En el impuesto de sociedades, el impacto de la reforma se retrasa ya que la rebaja del tipo general desde el 35% al 30% se ha hecho de manera gradual entre 2007 y 2008. En todo caso, se estima en unos 3.250 millones entre 2007 y 2008.

En línea con la moderación del gabinete dirigido por Pedro Solbes, el ahorro de impuestos para los contribuyentes ha sido posible gracias al superávit y no al recorte de los gastos. Pero aunque los ingresos por impuestos siguen creciendo, lo están haciendo a un ritmo cada vez menor (9,5% en 2006, 7,4% en 2007 y 5,6% en 2008) y sólo parte de esta desaceleración se explica por la reforma fiscal.

Las pinceladas fiscales del Gobierno socialista también han dejado sinsabores. El nuevo trato que el IRPF da a los planes de pensiones, en el que para primar el rescate en forma de renta se ha penalizado el rescate en pago único, o el fin del trato de favor que ha recibido el seguro de vida, no ha caído nada bien en el sector. Como tampoco se entiende que la homogeneización del ahorro no pueda hacer distinciones entre el corto y el largo plazo y que lo que pudo ser la gran reforma de la fiscalidad de la vivienda se quedara en un suave recorte de la deducción por compra, exiguas deducciones a los inquilinos y más exención para algunos propietarios que alquilen.

En el impuesto de sociedades, la parte negativa de la reforma está en el inicio del fin de las deducciones en la cuota, algo que se producirá de manera paulatina hasta el año 2014. A medio camino entre la fiscalidad de los particulares y de las empresas, en estos años, la tributación de los grandes patrimonios también ha vivido cambios. Sin reformas de por medio, los titulares de Sicav han tenido sus sobresaltos ante la posibilidad de que una inspección de Hacienda tirara por los suelos su trato fiscal y ya con la reforma fiscal de por medio, han desaparecido las sociedades patrimoniales.

Mayor recaudación

Frente al ahorro que para algunos ha supuesto la reforma, otros han tenido que rascarse los bolsillos gracias a la lucha contra el fraude. Entre 2005 y 2006, el efecto recaudatorio del control de Hacienda creció un 30% con una recaudación cercana a los 10.000 millones. Las operaciones inmobiliarias, las tramas de IVA, la importación de vehículos y las compras con billetes de 500 euros han estado en el epicentro. Más allá de los grandes impuestos la competencia fiscal de las comunidades en estos años se ha traducido en la casi supresión del impuesto de sucesiones en muchos territorios, algo que se está contagiando al impuesto de patrimonio. Sólo el Estado puede suprimir ambos impuestos, pero las comunidades pueden reducirlos hasta dejar su pago en algo simbólico. El PSOE ha dejado pasar esta legislatura sin tocar estos tributos y, entre otros, ha permitido que los partidos tengan en sus manos el arma política que supone anunciar su supresión.

Programas de los partidos

PSOE. 400 euros de ahorro en el IRPFEn el IRPF, la oferta estrella del PSOE es la deducción de 400 euros en la cuota estatal de este impuesto para trabajadores y pensionistas. Calculan que un 1,6 millones de contribuyentes quedarán exentos del IRPF y los que individualmente ingresen hasta 12.000 euros al año se ahorrarán al menos un 60%. Asimismo, el PSOE se compromete a 'adecuar' los tramos de la tarifa del IRPF, pero no concreta si ello se traducirá en la modificación de tramos o tipos. En el impuesto de sociedades, el PSOE reconoce que es difícil seguir avanzando en la reducción de los tipos, pero promete mejorar la tributación de las pymes. Suprimirá el impuesto de patrimonio pero para el de sucesiones sólo plantea la rebaja de los tipos de gravamen y la exención de herencias inferiores a 60.000 euros. Al tiempo, mantiene que la vivienda habitual y el negocio familiar sólo estén exentos hasta un límite.PP. Rebaja en renta y sociedadesEl PP promete que si gana las elecciones ni un solo trabajador o pensionista con salario inferior a 16.000 euros pagará el IRPF. Y para quienes ganen más habrá rebajas en el impuesto. De hecho, el principal partido de la oposición establecerá una nueva tarifa del impuesto con sólo tres tramos y tres tipos marginales del 20%, 30% y 40%. Además, las mujeres trabajadoras tendrán una deducción de 1.000 euros en la cuota del IRPF. El PP también se compromete a impulsar la supresión del impuesto de patrimonio y del de sucesiones y donaciones. En el impuesto de sociedades, el actual líder de la oposición promete reducir el tipo general al 25% y al 20% a lo largo de la legislatura. Para las pymes su gravamen será del 20%. En cuanto a vivienda, el PP propone aumentar hasta el 25%, frente al 15% actual, la deducción en el IRPF por compra de vivienda habitual.CIU. Eliminar sucesiones y donacionesCiU propone suprimir el impuesto de patrimonio y el de sucesiones y donaciones compensando a las comunidades autónomas por ello. Así como reducir el impuesto de sociedades para que las microempresas tributen al 15%, las pymes al 20% y el tipo general sea del 25%. En el IRPF, CiU plantea modificar el tramo estatal para simplificar el impuesto, corregir la inflación y bajar los tipos, aunque no dice cuanto. También propone bajar la fiscalidad sobre la transmisión y conservación de la vivienda y reducir al 4% el IVA que se aplica a la vivienda protegida, así como que el valor catastral, sin coeficientes adicionales se convierta en el referente para la liquidación de otros impuestos.IU. Subida de impuestos para la bancaEn el IRPF, IU plantea asegurar la progresividad de la tarifa sin que en ningún caso se disminuyan tipos y tramos, así como integrar todos los rendimientos del contribuyente en una única base con un mínimo exento para las plusvalías generadas en el medio y largo plazo. Se propone limitar al máximo la determinación del rendimiento neto en estimación objetiva y revisar la deducción por compra de vivienda. También se compromete a reducir los incentivos fiscales por aportaciones a planes privados de pensiones y en el impuesto de sociedades propone incrementar el tipo de gravamen a las entidades financieras hasta el 35%. IU mantendrá los impuestos de patrimonio y sucesiones.

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