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Secretos de despacho

Liderazgo de acero en el Sevilla FC

José María del Nido sacrifica los detalles personales por la eficacia y los colores

José María del Nido está considerado por simpatizantes y detractores como el mejor presidente que ha tenido el Sevilla FC. Su fama de hombre duro y distante, de la que puede dar fe cualquier interlocutor ocasional, no resta brillo a los resultados históricos conseguidos para su equipo desde que accedió al cargo hace cinco años. Sólo en las dos últimas temporadas, el club del barrio de Nervión ha sido considerado en dos ediciones consecutivas el mejor equipo del mundo y ha ganado dos Copas de la UEFA, una Supercopa de Europa, una Copa del Rey y una Supercopa de España. La sucesión de éxitos y la explosión de júbilo con la que se han vivido han destapado una pasión sevillista sin precedentes.

Estos dos polos, el de la fiebre blanquirroja y el de la calculada frialdad del presidente, quedan al descubierto en el despacho de José María del Nido, enclavado en el corazón mismo del estadio Sánchez Pizjuán. La estancia está tomada por los colores y los emblemas del club sin ninguna concesión a los efectos personales. Más de 15 trofeos y copas se imponen en este paisaje rabiosamente sevillista y solemnemente sevillano. El sofá sólo puede ser rojo y blanco, y en las paredes lucen fotos de los equipos oficiales, de dos de las dolorosas más veneradas en la ciudad, como son la Virgen de los Reyes y la del Rocío, y de la portada de la Feria de Abril que en 2005 se sumó a las celebraciones del centenario del Sevilla.

José María del Nido, que en sus seis temporadas ha revolucionado el club y lo ha llevado a lo más alto, sólo ha añadido al despacho oficial de los presidentes de turno los muchos regalos que ha recibido en su mandato, que se acumulan en uno de los frentes de la sala. Coronando su sillón, una gran foto del primer consejo de administración que tuvo el equipo tras convertirse en sociedad anónima en 1992.

Esta transformación en empresa la considera Del Nido su gran obra y el cambio radical que explica el gran éxito del club. 'Hemos dotado al club de una estructura empresarial y ahora funciona como una sociedad anónima bien gestionada', asegura. Desde su llegada, añade, hay un presidente volcado en toda la gestión y no sólo en los aspectos deportivos.

Hiperactivo confeso y extremadamente exigente, según sus colaboradores, empieza su jornada laboral a las ocho de la mañana y no la concluye antes de las diez de la noche. Dedica media jornada a su despacho de abogados especializado en empresas y la otra media a la que define como su gran prioridad en la vida: trabajar por el Sevilla, con el que viaja a todos los partidos que juega salvo fuerza mayor. En la tarde que recibe a este periódico, tiene otras dos entrevistas con medios, un comité ejecutivo y una reunión interna del club. Le gusta la puntualidad británica y sólo quiere a su lado a gente comprometida por completo con el proyecto y que no mire nunca el reloj.

Del Nido, que acusa en el semblante los últimos reveses deportivos y paradeportivos que vive su equipo, pone por delante que le gusta delegar en los miembros de su equipo directivo, pero a continuación admite que todas las decisiones relevantes que afectan al primer equipo pasan por sus manos. Capacidad para transmitir confianza y un liderazgo claro son los dos ingredientes que a su juicio no pueden faltar en las habilidades de un presidente de club de fútbol.

Admite que los triunfos son importantes motores de motivación 'porque dan credibilidad al proyecto', pero matiza que 'las grandes decisiones del club que han hecho posible el milagro se tomaron sin haber ganado títulos importantes y cuando no había dinero'. De unos fondos propios negativos de 31 millones se ha pasado a otros positivos de 26. El presupuesto se ha multiplicado por cuatro y el valor de la plantilla es de 180 millones, frente a los 10 de la etapa anterior.

Cuando echa la vista atrás, Del Nido cree que la decisión que más ha determinado la positiva trayectoria del equipo en los últimos años fue la venta de Antonio Reyes por 24,5 millones de euros.

Marketing y victorias, una fórmula mágica

La clara apuesta por el marketing ha consolidado el camino del Sevilla FC, multiplicando los ingresos y la afición. El presidente ha llevado a los jugadores estrella del equipo a los colegios y a los hospitales, unas acciones que, junto a los rotundos éxitos deportivos, han originado una auténtica fiebre sevillista. Unos 300.000 niños sevillanos se han visto deslumbrados por estas visitas.La creciente popularidad del equipo se ve también en la evolución de sus socios, que han pasado de 25.500 a 41.600, mientras que la lista de espera ha quedado cerrada en 16.000 hinchas más. Y los nuevos simpatizantes, calcula Del Nido, se podrían contar por cientos de miles. También ha contribuido a este eco la red propia de medios de comunicación que ha impulsado el presidente.La carrera de triunfos ha cambiado, además, según el dirigente, el alma de la afición, que ha pasado de ser sufridora y fatalista a mostrarse tan incondicional como ya lo es la del Betis, la otra pasión futbolística de Sevilla. De esta nueva euforia nació precisamente el grito de guerra 'sevillista hasta la muerte'. En cuanto a la eterna rivalidad con el Betis, Del Nido asegura que su equipo ha abandonado el 'provincianismo' y ahora se mide con otros equipos más grandes. Eso sí, alaba la deportividad, 'porque Sevilla está por encima de todo'.

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