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Columna
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Movilidad y desempleo

Una parte de la flexibilización laboral, la más difícil de conseguir, es la movilidad laboral. Para una economía más eficiente, la movilidad laboral es una forma más de reducir las rigideces del mercado laboral, cuando el trabajador va donde está el puesto de trabajo. Sin embargo, aunque una mayor movilidad laboral podría aportar mucho en términos de productividad y tasa de paro, la movilidad geográfica es bastante limitada, sólo un 1,5% de los trabajadores de la UE están contratados en un Estado miembro distinto al propio, una proporción que apenas ha cambiado en los últimos 30 años. Mientras que el índice de movilidad geográfica en EE UU es del 5,9%.

Por otro lado, la movilidad profesional (cambio de actividad profesional) es también parte del problema. En la UE los trabajadores cambian menos de actividad que en EE UU. Así, el 17% de los trabajadores de la UE trabajan para su empleador menos de un año, frente 30% de EE UU. Otro dato: en la UE la antigüedad (+10 años) en una misma empresa alcanza un promedio del 41%, frente al 16% de EE UU.

Pero estas actitudes están cambiando entre los europeos, Hoy, el 40% estarían dispuestos a desplazarse a otro país para trabajar, según un estudio de la Comisión Europea. En concreto, los franceses son los que menos están dispuestos a desplazarse, con el 22%, seguidos por los españoles (36%). Mientras que los más dispuestos son los alemanes (56%).

Pero estos datos no son suficientes para afirmar que en España no se mueve nadie. Existen dos millones de emigrantes españoles que viven en el extranjero y amplias zonas del interior de la Península se están despoblando por la masiva emigración hacia las grandes ciudades y la costa mediterránea. En este sentido, el Servicio Público de Empleo Estatal ha elaborado un estudio con el objetivo de analizar la movilidad por motivos laborales que incluye la totalidad de las contrataciones realizadas en el conjunto nacional. En el año 2006, la tasa de movilidad (proporción de contratos que han implicado desplazamiento sobre el total de la contratación) interprovincial se ha situado en el 11,8% y la interautonómica en el 7,7%, con clara tendencia al crecimiento.

En los últimos años se observa una mayor diversificación de los orígenes y concentración de los destinos, en relación a la movilidad geográfica en España. Así, por comunidades autónomas, más del 64% de los trabajadores que se desplazaron se dirigieron a cinco de ellas: Comunidad de Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha. Hay que destacar que la Comunidad Valenciana junto con el País Vasco han cambiado de signo su saldo, pasando a ser negativo.

Por sectores, construcción y agricultura tienen las tasas de movilidad más elevadas, e industria, la más baja. Las ocupaciones con mayor nivel de cualificación concentran las tasas de movilidad más elevadas.

Según el género, la tasa de movilidad masculina es superior a la femenina y se concentra entre los 25 y 34 años. En cuanto a nivel de formación, existe una gran polarización: las mayores tasas de movilidad se concentran en la formación universitaria y los inferiores a la ESO.

Para completar el perfil de la movilidad, es importante destacar la participación de los extranjeros en la movilidad en España. En 2006, el 25% de los trabajadores que se desplazó para trabajar de una provincia a otra era extranjero. Así, la tasa de movilidad de los trabajadores españoles es del 10,9% frente al 15,6% de los extranjeros. Entre comunidades autónomas la tasa de movilidad de los extranjeros duplica a la de los españoles.

Existen numerosas razones comprensibles que explican por qué no es fácil cambiar de trabajo, de zona de residencia y no digamos de país. Por ejemplo, es fundamental no sólo un mercado de la vivienda que funcione correctamente, sino también la mejora de las competencias lingüísticas y la sensibilización hacia culturas de otros países, como asimismo es difícil conseguir movilidad para los puestos poco cualificados y, por lo tanto, con menor salario debido a que la vivienda absorbe gran parte del mismo.

Por lo que respecta a la movilidad profesional, se considera esencial un sistema educativo que funcione correctamente. Los trabajadores sólo podrán cambiar de tipo de empleo si aprenden nuevas competencias. En un mundo laboral en rápida evolución son muy importantes una buena formación de base y el desarrollo de aprendizaje permanente. Tengamos en cuenta que, según los expertos, los trabajadores móviles con experiencia en cambiar de trabajo y país demuestran ser mejores en la adquisición de nuevas destrezas y en la adaptación a entornos diferentes.

En conclusión, es necesario considerar que los problemas del empleo no son sólo cuantitativos, sino que se deben contemplar otros factores económicos y socioculturales muy enraizados en nuestro estilo de vida. En este sentido, hay que destacar las afirmaciones del comisario de Empleo y Asuntos Sociales de la UE, Vladimir Spidla: 'La globalización está transformando el ámbito laboral y presiona a los trabajadores para que sean más flexibles y capaces de adaptarse a los cambios. La actual falta de una auténtica cultura de movilidad se convierte así en una auténtica barrera'. Por ello, es útil preguntarse: ¿hasta qué punto se reduciría el desempleo si se eliminasen las barreras a la movilidad laboral?

Vicente Castelló Roselló, Profesor de la Universidad Jaume I de Castellón

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