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Laboral

Enero, el mes para la reflexión profesional

Los trabajadores aprovechan las vacaciones para meditar sobre el nuevo ejercicio y ponerse metas

Los propósitos de año nuevo no afectan sólo a la vida personal. Aunque dejar de fumar o ir al gimnasio se encuentran cada año entre los primeros pasos que muchas personas desean dar con la entrada del año, los retos y las metas profesionales no se quedan al margen de las inquietudes y motivaciones de los trabajadores.

Según un estudio de la empresa de trabajo temporal Alta Gestión, el 71% de las personas encuestadas se han planteado nuevos retos y logros al incorporarse al trabajo después del periodo vacacional, mientras que un 29% prefieren, sin embargo, continuar con su vida y actividades tal y como eran el año pasado, antes de las vacaciones.

La firma reconoce que tras los periodos de descanso hay más movimiento, de lo que se deduce que la gente aprovecha estos momentos para hacer balance sobre su carrera. Valentín Martínez-Otero, doctor en psicología y psicopedagogía, asegura que 'las vacaciones constituyen un periodo apropiado para reflexionar. Hay que pensar que se dispone de más tiempo. Por otro lado, con el estreno del año se inaugura un nuevo tramo de vida personal y profesional y ello anima a muchos trabajadores a planificar una serie de objetivos de mejora y autorrealización'.

Desarrollo profesional

De los resultados del informe se desprende también que el 24% de los encuestados afirman que tienen la intención de completar su formación para poder abrir nuevos horizontes en el terreno profesional. Por su parte, el 5% optan por aprender algún idioma.

Más de la mitad de los consultados, un 55%, no se decantan por una sola meta, sino que sus objetivos para el nuevo año son múltiples y variados. Además, son un 8% de los trabajadores los que se plantean para este año un cambio de trabajo o la idea de retomar fuerzas para esforzarse más en el ámbito profesional.

A la hora de hacerse este tipo de planteamientos, Manuel Iglesias, director del área legal y de recursos humanos de Alta Gestión, señala que las personas se mueven mucho por motivos salariales, así como ante la búsqueda de un empleo que verdaderamente se ajuste a su perfil, tanto personal como profesional. Otra de las demandas que hacen los trabajadores es la posibilidad de conciliar la vida laboral con la privada.

Martínez-Otero destaca que es positivo para el trabajador marcarse algunas metas. 'La persona es un ser proyectivo y si no se establecen objetivos o proyectos hay que pensar que algo no marcha bien. Naturalmente, las metas deben ser realistas, equilibradas, alcanzables y beneficiosas. En la medida en que se establezcan metas es más fácil que se alcancen', declara.

Pero, ¿qué pasa si no se alcanza lo que uno había pensado? En este sentido, es de relevante importancia que los retos que uno se ponga se adscriban a un plan realista y flexible, para evitar las frustraciones. 'Es bueno que haya un compromiso para alcanzar los objetivos, pero también cierta tolerancia a las frustraciones, sobre todo cuando la imposibilidad de alcanzar las metas depende de las circunstancias y no tanto de uno mismo'.

Muchos de los propósitos laborales para este año hacen referencia a las exigencias del propio mercado. Una buena formación es clave para optar a un buen puesto de trabajo y establecer metas más elevadas. 'Se valoran mucho los idiomas, la informática y los cursos de posgrado', declara Manuel Iglesias. Sin embargo, es cierto que existe una valoración creciente en las empresas de las competencias de la persona. 'Además de la preparación teóricas, las compañías buscan la orientación al cliente, el compromiso, la flexibilidad y la aportación de una experiencia. Ahora se valora, más que el cargo que se haya tenido anteriormente, las funciones desempeñadas y la actitud que se haya tenido', concluye Iglesias.

Los jóvenes tienen más necesidad de cambiar

'Los jóvenes son más inquietos, menos conformistas y más ambiciosos, quizá porque están o piensan que están más preparados', asegura Manuel Iglesias, director del área legal y de recursos humanos de Alta Gestión.De los resultados del estudio que la firma de trabajo temporal ha llevado a cabo sobre los retos que los trabajadores se plantean para el ejercicio de 2007 se destaca que quienes más propósitos se han hecho tras la reincorporación al trabajo son, con diferencia, los jóvenes entre 25 y 34 años, que quieren continuar con su formación para ser más competitivos dentro de su empresa y en el conjunto del mercado laboral.De esta conclusión cabe preguntarse si con la edad se pierde inquietud y motivación. Valentín Martínez-Otero, doctor en psicología, establece que con la edad se tiene menos energía, pero se gana en realismo y asegura que no tiene por qué perderse la motivación en la vida profesional. 'En la juventud, el espectro de metas es mayor, porque también hay más exploración por parte del trabajador. A medida que se adquiere experiencia, el abanico de objetivos es menor y la concreción es mayor, sin que necesariamente disminuya la ilusión' afirma.Por otra parte, el hecho de marcarse algunas metas, resulta positivo. Pero hay que tener en cuenta que los propósitos laborales no tienen edad.'Es bueno que las personas de cualquier edad tengan metas profesionales, pero también es positivo que las empresas y la sociedad aprovechen la experiencia y los conocimientos de los veteranos. No siempre sucede así y el perjuicio es grande tanto para el propio trabajador como para la organización a la que pertenece' declara Martínez-Otero.

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