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Informe

El envejecimiento acabará con el capital intelectual

Hay dos datos que pueden resultar preocupantes: en 2000, la proporción de población activa de más de 50 años era del 20,1%; en 2020 será del 28,7%. En aquel momento, España será el país de la UE con menos personas en edad laboral. Lo dice la OCDE. Aunque aún parezca lejano, este envejecimiento de las plantillas puede causar a la larga graves trastornos a las empresas.

Así lo anuncia IBM Business Consulting Services, que ha analizado las acciones que deben acometer las compañías para paliar los daños de una inevitable descapitalización humana e intelectual en un mercado cada vez más complejo. 'Buena parte del conocimiento que poseen las empresas reside en las personas, y éstas envejecen. Cuando la gente de talento se jubile, las empresas sufrirán una gran pérdida de competitividad', destaca el socio responsable de soluciones de capital humano en IBM, José de Ramón.

El descenso de la tasa de natalidad va a producir una lógica merma en la cantidad de profesionales cualificados, y las empresas tendrán que afrontar varios retos como consecuencia de este hecho. El primero de ellos, según sostiene De Ramón, es la necesidad de 'desarrollar el talento'. Por el momento, los departamentos de recursos humanos son conscientes de que a veces dejan escapar el talento, pero también reconocen que 'les cuesta identificarlo y saber qué deben primar'. Las compañías, por otra parte, deben procurar el desarrollo profesional de los empleados más cualificados. Es decir, invertir en formación y dar oportunidades de crecimiento a los mejores para evitar que se marchen. 'Las empresas tienen que preguntarse si tienen planes de carreras eficaces', dice José de Ramón. 'Todos los analistas', añade, 'aseguran que los empleados se alejan de los malos gestores. Si no ofreces un desarrollo profesional puedes perder el capital intelectual y no ser capaz de reemplazarlo'.

Conciliación

La gente joven que llega a las empresas 'va a tener en cuenta parámetros como la posibilidad de promoción' y otros como los horarios flexibles, el teletrabajo o las políticas de atención a los hijos. Es imprescindible que las compañías retengan a los mejores profesionales, pero también, según el informe de IBM, que no pierdan el conocimiento de los trabajadores más preparados aunque estos se marchen.

Para ello, José de Ramón propone que se emprendan programas de sucesión y que se utilicen técnicas de gestión del conocimiento. 'En los países anglosajones están más avanzados en este terreno, ya que es habitual que los recién jubilados se incorporen de alguna forma a los proyectos de la compañía para aportar conocimiento, para compartirlo con las nuevas generaciones', explica. De la misma forma, es necesario formar a los empleados de mayor edad porque probablemente se retrase la edad de jubilación debido a la escasez de personas activas.

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