Hacia un sistema de flotación sucia
Tanta presión ha tenido sus frutos. Aunque es bastante probable que las autoridades chinas prefieran verlo de otra forma. Ayer mismo el director gerente del FMI afirmaba que desde el punto de vista técnico se daban las condiciones para una flotación del yuan. Y hasta el presidente de la Fed, Alan Greenspan, ha repetido hasta la saciedad, la última vez este mismo miércoles, que la flexibilidad del tipo de cambio en China era beneficiosa, en primer lugar para ellos mismos, y después para el resto del mundo. Pues de forma sorprendente ayer el Gobierno chino dejó flotar su moneda. Sorprendente por el momento y por la forma. Pero veámoslo con detalle.
Sorprendente por el momento. Es evidente: hasta hace unas semanas se había argumentado que el sistema de tipo de cambio fijo del yuan al dólar (peg) era el mejor posible. Un tipo de cambio fijo de 8,28 yuanes por dólar. Pero unos meses atrás estas mismas fuentes habían reconocido que la decisión que se adoptara sobre el tipo de cambio 'probablemente iba a sorprender'. Y debo reconocer que lo ha hecho.
¿Cuál ha sido el cambio? Se migra hacia un sistema de tipo de cambio del yuan frente a una cesta de monedas, incluido el dólar. ¿Cómo se determinarán los pesos de cada moneda? Por el momento no se ha aclarado. ¡Algunos rumores cifran el peso del dólar en la nueva cesta en un rango del 17%-25%! En teoría debería ser una consecuencia del peso comercial de cada país con China. Pero también la consecución de este objetivo puede ser un proceso lento, partiendo de los problemas que puede acarrear la sobreponderación actual de la moneda norteamericana en las reservas de divisas chinas. El Gobierno chino también ha aclarado que la situación de partida del tipo de cambio yuan/dólar (USD/CNY) será de 8,11, lo que supone una apreciación inicial de la moneda del 2,11%. Una subida insignificante considerando que durante el último año hemos escuchado a las autoridades norteamericanas hablar de una sobrevaloración del yuan del 30%.
En el futuro es probable que veamos un aumento de la presión alcista sobre la moneda europea
Nosotros mismos esperábamos que la moneda asiática se apreciara tras el verano un 5,0% frente al dólar, pero debo reconocer que estábamos lejos de esperar un cambio tan radical como fijar su cotización a una cesta de monedas. Sí, nos ha sorprendido. Así, en el comunicado del Banco Central de China se establece una banda de fluctuación del yuan de +/-0,3% sobre el tipo de cambio del día anterior. En definitiva, el yuan se podría seguir apreciando frente al dólar hasta final de año un 3,0%, completando el 5,0% esperado inicialmente. Con todo, el margen de subida futuro será función del 'desarrollo del mercado y de la situación económica y financiera'.
Un primer paso hacia un sistema de tipo de cambio flexible. Un paso adecuado, pero también insuficiente por las autoridades norteamericanas que se han pronunciado tras conocerlo. En noviembre de este mismo año el Tesoro norteamericano debe aclarar su posición sobre la moneda china. En la última comparecencia ante el Congreso, el secretario del departamento, John Snow, amenazó con considerar que las autoridades chinas manipulan el tipo de cambio de su moneda, lo que habría dado pie a la imposición de penalizaciones comerciales. Por el momento, hasta un recargo del 27% sobre el valor de las importaciones chinas.
Las principales autoridades mundiales han considerado muy positiva la decisión. Voy a tomar como ejemplo las conclusiones escuchadas a un alto cargo del FMI: la decisión de las autoridades chinas les ofrecerá más margen para manejar la economía y concederá más independencia a la política monetaria. Pero también podría tener un coste en términos de menor crecimiento, especialmente si la subida del yuan es uniforme frente al resto de las monedas. Las exportaciones chinas crecen en estos momentos a tasas anuales superiores al 30%, frente a poco más del 14% de crecimiento de las importaciones. No es probable. De esta forma, la subida del yuan será mayor frente al dólar que frente al resto de las monedas. Mucho menor frente a las monedas asiáticas. Así al menos lo está tomando el mercado. Por de pronto, las autoridades de Malaisia también han declarado que cambiarán su sistema de tipo de cambio fijo actual a otro más flexible. Y la prueba de fuego la hemos observado en el cruce entre dólar/yen, con una caída de la moneda norteamericana del 2,8% al final del día. ¿Y el euro? Se ha apreciado ligeramente frente al dólar, pero no tanto como para no beneficiarse de la subida del yuan. Con todo, mucho me temo que en el futuro veremos un aumento de la presión alcista sobre la moneda europea. Especialmente si las autoridades asiáticas, no sólo las chinas, se muestran reticentes a dejar fluctuar 'libremente' sus monedas.
Greenspan ha considerado que la subida del yuan tendrá un impacto marginal sobre la balanza comercial de EE UU. Pero ha reconocido que sí podría tener impacto en la financiación de este déficit (en los últimos meses más del 40% de la financiación del déficit por cuenta corriente ha podido proceder de las autoridades asiáticas). Es más que lógico. Las expectativas de una mayor caída futura del dólar probablemente se van a traducir en la exigencia de una mayor prima por invertir en dólares. Ahora pueden ser los tipos de interés a medio y largo plazo los que suban. Pero en un futuro puede ser el propio dólar el que baje. Ya lo hemos vivido en los últimos años.