_
_
_
_
CincoSentidos

Armstrong, contra su mito

El próximo 24 de julio, en los Campos Elíseos de París, Lance Armstrong, de 33 años, pondrá fin a su carrera como ciclista profesional. Así lo comunicó el tejano el pasado mes de abril en una multitudinaria rueda de prensa. 'Quiero dedicar más tiempo a mis hijos', argumentó emocionado. El adiós de Armstrong coincidirá con la última etapa de la 92 edición del Tour de Francia, que comienza mañana en el departamento de Vendée, a orillas del Atlántico.

El ciclista estadounidense, que superó un cáncer de testículos en la década de los noventa, entró en la Historia del deporte el año pasado. Con una superioridad insultante ganó su sexto Tour consecutivo. Se situaba así un peldaño por encima de Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Indurain, pentacampeones de la Grand Boucle. En la presente edición, una vez superada la mítica barrera de los cinco maillots amarillos, Armstrong sólo corre contra sí mismo, contra su mito.

De ganar, el corredor del Discovery Channel se convertiría en el vencedor de mayor edad de las últimas 24 ediciones de la carrera francesa. Sin embargo, el trazado que han preparado los organizadores del Tour no le favorece demasiado. Repartidos en 21 etapas (hay previstas dos jornadas de descanso) los corredores deberán pedalear durante 3.600 kilómetros hasta llegar a París. De éstos, sólo 74 kilómetros serán de contrarreloj individual, la gran especialidad de Armstrong (se ha impuesto en ocho de las últimas 11 etapas cronometradas del Tour). También habrá una crono por equipos de 67 kilómetros de longitud.

Será un Tour atípico. Sólo hay dos cronos individuales y los finales en alto se recortan a tres

Además de haber menos contrarrelojes que otros años, su distribución también es diferente. La etapa prólogo será más larga de lo habitual, 19 kilómetros entre Fromentine y Noirmoutier-en-I'Ile, pero hasta el penúltimo día de carrera no llegará la segunda crono, de 55 kilómetros, en los alrededores de Saint-Etienne. Este hecho provocará, salvo sorpresas en las etapas llanas, que los ciclistas lleguen con escasas diferencias de tiempo a la primera etapa de montaña.

'Uno de los aspectos clave para Roberto Heras será que consiga ahorrar fuerzas en la primera semana de carrera, que desgasta mucho a los escaladores. Tendrá que preservarse mucho todo ese tiempo para llegar en forma al pie de la montaña', según declaraciones de Manolo Saiz, director del Liberty Seguros, recogidas por la página web oficial del Tour (www.letour.fr).

Aparte de las etapas cronometradas, la presente edición del Tour se compone de nueve jornadas llanas, tres de media montaña y seis de montaña, aunque sólo habrá tres llegadas en alto, menos que en temporadas anteriores.

En esta ocasión los Alpes se interpondrán antes que los Pirineos en las piernas de los ciclistas. La primera etapa clave llegará el décimo día de competición, cuando los corredores finalizarán la jornada en el puerto de Courchevel, a 2.000 metros de altitud. Al día siguiente, un clásico: final en Briançon después de ascender los míticos Madeleine, Télégraphe y Galibier. La carrera se despedirá de terreno alpino sin subir la montaña mágica del Tour, Alpe D'Huez.

Tras varias jornadas por el macizo central, terreno propio para emboscadas, los ciclistas llegarán a los Pirineos. Allí dos finales en alto, el primero en Ax 3 Domanies. Al día siguiente se celebrará, quizás, la etapa más dura del presente Tour: 205 kilómetros, con cinco puertos intermedios, y llegada a Saint-Lory-Soulan. La carrera debería quedar sentenciada en la cima de este puerto inédito.

El alemán Jan Ullrich será un año más el gran rival de Armstrong. Además, en esta edición el corredor del T-Mobile contará como escudero en las cumbres francesas con âscar Sevilla. El corredor manchego será uno de los 37 ciclistas españoles que tomarán la salida en Fromentine. Entre los ciclistas españoles con más probabilidades de hacer algo importante en el Tour se encuentran Roberto Heras e Iban Mayo, los dos mejores escaladores del mundo. Además habrá que seguir de cerca a Alejandro Valverde, el ciclista que más conecta con la afición. Su carácter todo terreno y el hecho de que inicie su andadura en el Tour de Francia de la mano de José Miguel Echávarri, ganador de seis Tours con Delgado e Indurain, son sus dos mayores bazas.

Una máquina de generar ingresos

El Tour de Francia es un evento muy rentable para sus organizadores. La Amaury Sport Organisation (ASO), dirigida con mano de hierro por Jean-Marie Leblanc, cobra a las ciudades 76.000 euros por albergar una llegada de etapa y 36.000 euros por organizar la salida.El impacto publicitario y turístico del que se benefician las localidades por acoger a la caravana ciclista compensa, sin embargo, este coste. No en vano, se calcula que 2.000 millones de espectadores en todo el mundo están pendientes a través de la televisión de los finales de etapa.Dada la planetaria audiencia del evento, los derechos de televisión son una de las mayores fuentes de ingresos para la ASO. France Television paga 23 millones de euros al año por dichos derechos. El contrato de la cadena con la organización se extiende hasta 2008.Entre los costes de la ASO se encuentra el salario de las 1.100 personas que trabajan durante los 21 días de carrera para que todo esté listo y no haya incidentes. La ASO también corre con los gastos de los premios de los ciclistas. En total, destina a esta partida tres millones de euros, repartidos entre las diferentes categorías. El vencedor del Tour recibe 400.000 euros, 168.000 euros el segundo y sólo 91.000 el tercero en el pódium.

Más información

Archivado En

_
_