Concurso de ideas para atacar a France Télécom
Todos aquellos expertos que crean tener argumentos para demostrar que en el plan de rescate lanzado por France Télécom a finales del año pasado hubo un comportamiento cuestionable por parte del Gobierno francés tienen una cita con la Comisión Europea.
La decisión del organismo comunitario es inusual, pero ellos mismos lo reconocen: Bruselas necesita ayuda. Y la forma de encontrarla ha sido sacarla a concurso. Con el objetivo de 'obtener asistencia legal y financiera', la Dirección General de Competencia invita desde su página web a consultores y expertos a presentar sus propuestas. La fecha límite para ello es el 23 de junio, ya que el trabajo se desarrollará entre los meses de agosto y noviembre.
La comisión busca ayuda externa 'de vez en cuando', asegura una portavoz, en declaraciones a Bloomberg, sobre todo si se enfrenta 'a casos complejos en los que pueden surgir importantes dificultades técnicas'.
El caso que ahora tiene entre manos cumple las características. La intención comunitaria es demostrar que el Gobierno francés concedió ayudas de Estado a France Télécom, en la que tiene un 56%, y el problema es que no hubo trasvase de dinero.
El origen del conflicto lleva por nombre Ambición 2005. Este es el calificativo que el presidente de France Télécom, Thierry Breton, dio a su plan de choque para sacar a la operadora pública francesa de la crisis financiera en que estaba inmersa. Los retos organizativos eran parte importante del programa, pero la polémica se centró en las propuestas económicas: una macroampliación de capital de 15.000 millones y varias emisiones de bonos para afrontar los vencimientos más inminentes de la deuda.
La debilidad financiera de France Télécom en ese momento convertía en imposible una apelación al mercado en condiciones satisfactorias. Así que el Gobierno entró en juego; concedió un préstamo de 9.000 millones a la operadora, reiteró en varias ocasiones su intención de acudir a la ampliación y adelantó su respaldo ante cualquier problema financiero.
Los comentarios gubernamentales fueron un bálsamo para la telefónica. Las emisiones de bonos se cubrieron con un éxito sorprendente para una compañía que tiene el dudoso honor de ser la más endeudada de Europa. La entrada de liquidez permitió a France Télécom no tocar un euro del préstamo del Gobierno y llegar a la ampliación en las mejores condiciones. Los inversores respondieron y la operadora llenó sus arcas con 15.000 millones sin problemas. El Ejecutivo suscribió 9.000 millones, su parte proporcional, en un movimiento irreprochable desde la literalidad de la legislación.
Pero la Comisión sí ha detectado irregularidades y considera que las meras declaraciones del Gobierno y el préstamo concedido, aunque no se usara, ayudaron a France Télécom a conseguir sus objetivos financieros. Ello constituye, según Bruselas, una forma de ayuda de Estado. La tesis no es fácil de demostrar y por ello se ha apelado a expertos externos. Su cometido, entre otros, pasa por 'analizar e interpretar la evolución de las acciones y los bonos de France Télécom antes y después de que el Gobierno anunciara la línea de crédito' y así hasta 12 tareas concretas, más las que surjan sobre la marcha, con las que la Comisión quiere dar fuerza a su caso contra Francia.