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Guerra en Irak

EE UU veta a Francia, Alemania, Rusia y Siria para los contratos en Irak

Mientras las tropas aliadas preparan su asalto final a Bagdad, los congresistas estadounidenses ponen los cimientos legales para una reconstrucción que EE UU está decidido a 'liderar'. La Cámara baja acaba de vetar por ley la participación de particulares y empresas de Francia, Alemania, Rusia y Siria en los proyectos de reconstrucción de Irak que sean financiados con dinero de los contribuyentes estadounidenses.

La enmienda, propuesta por el congresista republicano Mark Kennedy (sin relación con la familia del ex presidente demócrata), debe pasar todavía por el filtro del Senado y es vista con reticencia por el presidente George Bush. Pero pone en evidencia el talante con que se afronta la posguerra en las salas del Capitolio.

Lo enardecido del debate ha preocupado, incluso, a la Casa Blanca. El subsecretario de Estado, Richard Armitage, mandó el jueves sendas cartas a los líderes de las mayorías republicanas en ambas Cámaras advirtiendo que las enmiendas en este sentido terminarán por 'cargar desproporcionadamente en las espaldas de los contribuyentes en EE UU el coste de la ayuda humanitaria y la reconstrucción'. Avisaba Armitage que, además, un veto de este tipo puede minar las negociaciones para liberalizar el comercio mundial.

En el Senado, el republicano John Ensign retiró la enmienda que solicitaba este veto a los países opuestos a la guerra en el Consejo de Seguridad, pero la Cámara de Representantes prestó poca atención a Armitage. La medida prohíbe, incluso, dar información a estos países sobre las condiciones de los contratos. Pero sí permite otorgar contratos a las filiales de empresas estadounidenses establecidas en los países excluidos.

Una enmienda del también republicano George Nethercutt incluía a China en el bloque de países vetados, pero ésta no salió adelante.

Descalificaciones

El debate en la Cámara -la misma de la que salió la orden de redenominar en las cafeterías del Congreso a las patatas fritas, french fries en inglés- como freedom fries (patatas de libertad) fue duro y no faltaron las descalificaciones a la coalición de los 'no dispuestos', 'aquellos que animan a Sadam' y 'el eje de las comadrejas', una imagen utilizada por algunos periódicos para referirse a Francia.

La enmienda votada por la Cámara de Representantes debe ser conciliada con el proyecto del Senado antes de ser enviada para su firma al presidente Bush. Algo que los congresistas pretenden hacer antes del receso vacacional que empieza el 11 de abril.

La Casa Blanca espera que se imponga el criterio del Senado y la enmienda desaparezca del texto final, que eleva el presupuesto de guerra hasta 78.000 millones de dólares. Sin embargo, el efecto buscado está logrado: 'Estas enmiendas mandan una señal a los aliados que nos apoyan en estos momentos de necesidad y se acuerdan de aquellos que han tratado de frustrar los esfuerzos de la coalición para acabar con el régimen de Sadam Husein', dijeron los legisladores Kennedy y George Nethercutt.

La reconstrucción de Irak ha sido incluida en la agenda de la reunión que el G-7 celebrará la semana que viene en Washington. El secretario del Tesoro de EE UU, John Snow, ha dicho que quiere que otros miembros del G-7 ayuden con los costes de reconstrucción y que, a pesar de la tensión surgida con Francia y Alemania desde el inicio de la ofensiva bélica, 'las relaciones entre los ministros de Finanzas se han mantenido cordiales en todo momento'.

Reunión Bush-Blair

La actitud mantenida por algunos congresistas y miembros de la Administración Bush, al abordar la reconstrucción de Irak, ha provocado tensiones incluso con el aliado británico. Algo que quedó patente en la actitud tensa mantenida por Bush y el primer ministro Tony Blair tras su última reunión en Camp David el pasado 27 de marzo.

Bush y Blair volverán a reunirse, esta vez en la localidad irlandesa de Belfast, entre el lunes y el martes de la semana próxima. Oficialmente, ambos analizarán la marcha de la ofensiva en Irak.

Pero los observadores políticos dan por descontado que también discutirán la gestión del país durante la posguerra, el papel que jugará Naciones Unidas en ese proceso y cómo se gestionarán los contratos de reconstrucción cuando haya culminado la ofensiva militar.

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