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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Francia sale de ventas

El Gobierno francés anunció ayer lo que, sin duda, será uno de los planes económicos estrella en la legislatura que acaba de estrenar. El titular de la cartera de Finanzas, Francis Mer, avanzó que en octubre, siempre que los mercados lo permitan, pondrá en marcha una oleada de privatizaciones de grandes empresas. La lista está compuesta, básicamente, por EDF, Air France, Crédit Lyonnais, Snecma y Thales.

Este ambicioso plan no deja de sorprender ante la tradición, tanto a derecha como izquierda, y las raíces profundas que en la sociedad de el vecino país tiene cultura de lo público. De hecho, después de la avalancha privatizadora en la época de Charles de Gaulle, y algunos atisbos con Edouard Balladur, los Gobiernos franceses no se han caracterizado precisamente por su afán vendedor. No obstante, es cierto que privatizaciones como la de EDF, la gran eléctrica no sólo francesa sino también europea, se daba por descontada.

Esta operación será, con toda seguridad, la que más expectación va a suscitar cuando se ponga en marcha el plan de privatizaciones. Y no sólo por la potencia económica del grupo, sino por el simbolismo que la rodea. La gran joya de la corona francesa ha estado en el ojo del huracán los últimos meses por su agresiva política de expansión por toda Europa.

De acuerdo con las cifras que está manejando el Gobierno francés, las ventas de grandes empresas han de reportar alrededor de 40.000 millones de euros a lo largo de la legislatura. Un auténtico balón de oxígeno para las cuentas públicas francesas, que atraviesan un momento muy delicado. Hace tan sólo unos días, el Ejecutivo elevó un 50% la previsión de déficit para este año. En concreto, los cálculos apuntan a 46.000 millones, muy por encima de los 30.400 presupuestados por el equipo de Lionel Jospin. Y con un dato muy relevante: la Seguridad Social entrará en números rojos este año, después de tres ejercicios con resultados positivos. Este espectacular incremento del déficit le coloca a las puertas del temido 3% del PIB, cifra a partir de la cual se enfrenta a una sanción de Bruselas por incumplir el pacto de estabilidad presupuestaria.

El recurso a la venta de grandes empresas públicas para corregir el déficit público no ha sido un camino emprendido por Francia en solitario. Esta misma semana, coincidiendo con la presentación de los presupuestos para el año próximo, el Gobierno italiano anunció su intención de vender las participaciones en Enel, Alitalia, la tabacalera ETI, Telecom Italia, Seat, Pagine Giale o Fincantieri.

El ministro de Finanzas francés también tuvo un mensaje proteccionista, en este caso para la empresa que más quebraderos de cabeza le está dando en las últimas semanas, France Télécom. Mer recalcó que no pretende privatizarla ni renacionalizarla, pero añadió que está dispuesto a salir en su apoyo. La operadora está asfixiada por una deuda de 60.000 millones, que ha colocado su valor en Bolsa bajo mínimos.

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