Los Quince deciden mañana el futuro del proyecto Galileo
"Mañana Europa debe decidir si opta por la ambición", declaró hoy el portavoz de la comisaria europea de Transportes y Energía, Loyola de Palacio. "Es mañana o nunca", añadió. El portavoz, Gilles Gantelet, advirtió que la Comisión espera una decisión de los Quince no sólo para liberar financiación para el proyecto, sino también sobre el estatuto de la empresa que lo desarrollará.
"No es sólo la Comisión la que lo dice, también lo dijo el Consejo Europeo de Barcelona", añadió Gantelet, recordando que el pasado fin de semana los jefes de Estado y Gobierno de la UE pidieron al Consejo de Transportes que adopte una decisión el próximo 26 de marzo.
Esta ambiciosa iniciativa, que prevé lanzar un total de 30 satélites, llegó a su punto más oscuro en diciembre pasado, cuando los líderes de los Quince aparcaron la cuestión hasta el punto de que no se fijaron compromisos sobre el lanzamiento de la fase de desarrollo de Galileo ni la adopción del reglamento relativo a la constitución de la empresa común, en cooperación con la Agencia Espacial Europea.
En cambio, el Consejo Europeo de Barcelona, donde Reino Unido y Holanda flexibilizaron sus posiciones, consiguió desbloquear el dossier y encargó a los ministros de Transporte las decisiones necesarias para solventar la financiación y los temas pendientes.
Así, la reunión de ministros debe confirmar la liberación de los créditos comprometidos en abril 2001, previstos en las redes transeuropeas para la financiación de la fase de desarrollo de Galileo. Esta confirmación deberá alcanzar un valor de 450 millones euros, completando los 100 millones de euros ya comprometidos para la parte comunitaria. No obstante, deberán terciar sobre si se permite la participación del sector privado, o en cambio, se veta en esta primera fase y se relega a la de "despliegue" (2006-2007) en la que se fabricarán y lanzarán los satélites, y se procederá a la instalación de las infraestructuras en tierra.
Las modalidades de participación del sector privado han sido objeto ya de varias discusiones entre los Estados miembros. Destacaron aquellos que insistían en obtener garantías, temiendo que la participación de compañías privadas al capital de la empresa común podría conllevar conflictos de intereses con las teorías de servicio público.
Además, existen diferentes opiniones sobre la pertinencia de que se permita a la industria norteamericana entrar en esta fase, lo que daría, por ejemplo, la posibilidad a Boeing de implicarse en el desarrollo del proyecto.
La oposición estadounidense
Estados Unidos ha desplegado toda su maquinaria diplomática para impedir el éxito de Galileo. Según los estudios de la Comisión Europea, la interferencia que puede producirse entre ambos equivale a 0,02 decibelios, es decir, un nivel "no susceptible para plantear problemas". Además, la Unión pugna por permitir la interoperabilidad entre el sistema norteamericano y el europeo, ya que de este modo se mejoraría el servicio. El GPS tiene entre 24 y 28 satélites, la mayoría en el hemisferio norte y en ocasiones varios en un mismo lugar para servir a sus objetivos de seguridad militar. En cambio, Galileo cubriría el 100 por cien del globo, con una precisión incluso mayor que su homólogo estadounidense.
Por otra parte, Washington alega que el sistema Galileo podría crear problemas en caso de crisis, pues el control su GPS plantea la posibilidad de bloquear todos los usos civiles en caso de necesidad para dejar en exclusiva los militares. Para la UE ésta es precisamente una de las razones por las que desarrollar su propio sistema de navegación, ya que considera que caben diversos grados de control.