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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El BCE se prepara para lo impredecible

La presidenta del BCE reclama “un momento para Europa”, que pese a los intentos realizados se visualiza lejano

Christine Lagarde, presidenta del BCE, este jueves.
CINCO DÍAS

Seis semanas de infarto han trascurrido entre las dos últimas reuniones del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, suficientes para que lo que se preveía una pausa se haya transformado en una nueva rebaja en los tipos de interés, la séptima en un año. El impacto de las políticas comerciales de Donald Trump ha dado vía libre a Christine Lagarde para continuar con la moderación de la política monetaria, toda vez que el órdago lanzado al corazón de la economía mundial se está traduciendo ya en un empeoramiento de las perspectivas de crecimiento y en un debilitamiento del dólar frente al resto de divisas. El BCE vislumbra ya un deterioro de las estimaciones de crecimiento de la zona euro ante un shock negativo en la oferta provocado por los aranceles estadounidenses, pero pide tiempo para ver cuál será su impacto en la inflación.

Lagarde dejó claro que la institución “estará preparada para lo impredecible” que pueda devenir en las próximas semanas o meses, habida cuenta de la celeridad de las decisiones de las últimas semanas y la posibilidad de que todo cambie para que nada cambie, o no, tras las múltiples conversaciones que están teniendo estos días los representantes de Washington con sus socios comerciales. En la misma línea se ha posicionado su homólogo estadounidense Jerome Powell, si bien el presidente de la Reserva Federal ha descartado por ahora cualquier intervención en un mercado que, pese a la volatilidad desatada por el huracán Trump, sigue funcionando con normalidad, aunque con ello vuelva a ser apercibido públicamente por el inquilino de la Casa Blanca.

El BCE dio el jueves un paso al eliminar las referencias a que los tipos de interés se encuentran en niveles restrictivos, que el mercado interpreta como una señal de que los recortes de las tasas continuarán, y dejó claro que, ante el actual nivel de incertidumbre, el debate sobre dónde están los tipos neutrales carece de sentido.

De igual forma, optó por incorporar a su discurso una mención al fortalecimiento del euro frente al dólar entre las causas de un posible proceso desinflacionista en la zona euro, junto con la caída de los precios energéticos. Y es que la debilidad del billete estadounidense está provocando un cambio de paradigma en la inversión, que hace replantearse a empresas y ahorradores europeos sus inversiones al otro lado del Atlántico, mientras cobra más fuerza la cobertura del riesgo divisa. Ante ello, la presidenta del BCE aprovechó para reclamar “un momento para Europa”, que pese a los intentos realizados se visualiza lejano.


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