Trabajo aún por hacer en materia de igualdad
No debería ser necesario poseer superpoderes y saber hacer malabarismos con el tiempo para desarrollar una carrera profesional

Por primera vez en cinco años, no son las mujeres las responsables de la creación de empleo en España. En los últimos 12 meses, ellos aportan 250.591 puestos y ellas 237.186, según los últimos datos de afiliación. Las políticas del Gobierno en materia de empleo han ido encaminadas en los últimos tiempos a mejorar la situación de los trabajadores que están más abajo en el mercado laboral, con la subida del salario mínimo y la reducción de los trabajos temporales. Las mujeres son gran parte de ese colectivo: ellas tienen más jornadas parciales y peores sueldos, ya que son mayoría en los sectores menos productivos. El cambio registrado en la tendencia de creación de empleo puede ser una llamada de atención que no deberían pasar por alto administraciones y empresas.
Las primeras deben seguir trabajando para que la mitad de la población no se encuentre barreras en su camino profesional. Los cuidados continúan recayendo principalmente sobre ellas, que son las que renuncian a horas de trabajo y ascensos. La equiparación de la baja de paternidad ha ayudado, pero no es suficiente. Los niños no empiezan a cuidarse solos cuando sus progenitores tienen que volver al trabajo. Son necesarias más medidas para conciliar y ayudas a las familias, para que a las mujeres no les salga mejor, económicamente hablando, quedarse en casa cuidando que volver a su empleo.
Las empresas, por su parte, si no apuestan por la igualdad por convicción, al menos deberían hacerlo por egoísmo. En un momento en el que los responsables de recursos humanos de muchas compañías se quejan porque les cuesta encontrar talento, dar la espalda a la mitad de la población no parece la estrategia más sensata. Trabajar para acabar con los sesgos en la contratación e implantar de verdad medidas de conciliación que no acaben penalizando a las profesionales son un primer paso. Y no se puede olvidar la responsabilidad de las mujeres en puestos de responsabilidad para ser referentes de generaciones futuras; pero sin caer en la imagen de la supermujer. No debería ser necesario poseer superpoderes y saber hacer malabarismos con el tiempo para desarrollar una carrera profesional como la de los hombres.
Las sociedades occidentales viven momentos convulsos en las que principios como la igualdad o la diversidad, que se daban por hechos, están siendo atacados. Administraciones y empresas deben mostrarse fuertes, no dar ni un paso atrás en lo conseguido hasta ahora y seguir trabajando para lograr que la equidad entre hombres y mujeres no sea una quimera. Hay una parte de la defensa de la igualdad que también queda dentro de los hogares, donde hombres y mujeres deben distribuir sus tareas sin apriorismos de género.