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Las claves
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las claves: CriteriaCaixa da su sello de aprobación a la etapa Illa, y CaixaBank no entra en política

La entidad bancaria mantendrá su sede social en Valencia, así como sendas operativas en Madrid y Barcelona

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en el maratón de Barcelona.
CINCO DÍAS

CriteriaCaixa vuelve a la que siempre fue su casa, Cataluña, al igual que la Fundación, pero en las mudanzas siempre se queda algo por el camino, y le ha tocado a CaixaBank, que en estos siete años matrimonió con Bankia (la absorbió, más bien), y extendió su poderío financiero por buena parte del país, e incluso del vecino Portugal. La entidad bancaria mantendrá su sede social en Valencia, así como sendas operativas en Madrid y Barcelona.

El cambio de CriteriaCaixa refleja la normalización política post-procés, con el socialista Salvador Illa presidiendo la Generalitat. A eso ayudan, cierto es, las cesiones del Gobierno de Pedro Sánchez a sus socios, en forma de más autogobierno (fiscal, incluso migración). Pero esa profunda influencia en las decisiones generales del Estado ya se daba antes del 1-O. Es obvio que la clase política catalana es consciente de los despropósitos cometidos, y de que puede conseguir más y mejores cosas para su región en el Congreso que en las calles. CriteriaCaixa ya ha dado su aprobación a esta nueva etapa; CaixaBank, por si acaso, no entra en política.

Matar al perro para acabar con la rabia no soluciona el problema de la manta

La manera más drástica de acabar con la rabia es matar al perro. Ese método es el que se está aplicando, en la práctica, con las ejecuciones hipotecarias, comúnmente llamadas desahucios. Al dificultarse el acceso a los créditos para la vivienda, tras la apoteosis de los felices años 2000, hay menos posibilidades de que se produzcan impagos. También ayudan últimamente las rebajas de los tipos, claro está.

Los españoles se están pasando al alquiler, aunque eso está provocando a su vez un encarecimiento de las rentas. La manta es corta, y cuando se tapan los pies, el tronco se queda expuesto.

Una doble bofetada al trabajador español

Hay noticias que causan mayor indignación por una simple cuestión estética, como que las personas que cobren el salario mínimo tributen por su trabajo, aunque sea poco. Otros fenómenos, sin embargo, hacen menos ruido, pero tienen más consecuencias en la cartera del ciudadano medio. Uno de ellos es que el IRPF no se ajuste a la inflación, lo que implica un mordisco aún más amplio de ese lobo silencioso que se come nuestros ahorros. Las rentas bajas y medias han pagado entre 200 y 450 euros de más por no ajustar el impuesto a la desbandada que han sufrido los precios en estos dos últimos años. Una doble bofetada, inflacionaria y fiscal, para el trabajador. Eso sí, Hacienda registra cifras récord de recaudación. Y Hacienda, dicen, somos todos.

La frase

Aunque podemos discrepar sobre las modalidades de la paz, sí estamos de acuerdo en que debemos reforzar las capacidades de defensa de las naciones europeas, y estos esfuerzos deberían empoderar a los Estados miembros en lugar de a los burócratas de Bruselas
Viktor Orbán, primer ministro de Hungría

Ya no se caza como antes, ni se baila como antes, ni se canta como antes...

Casi la mitad de los cazadores tiene más de 60 años, lo que avanza un futuro poco halagüeño para la cinegética. Este fenómeno se suma a otros procesos que evidencian el abandono rural: un monte en el que ya no se caza, ya no se recoge leña y ya no se pastorea. Un monte, en definitiva, dejado a su suerte. Si Delibes levantara cabeza...

Con todo, no es un fenómeno que deba sorprender, toda vez que no es más que otro reflejo de lo que le espera a la pirámide demográfica española. “Ya no se caza”, dirán algunos. “Tampoco se va a los toros”, les responderán otros. Ni se juega a la petanca. Como dice un personaje del humorista Juan Carlos Ortega en su programa de la SER: “Hace 20 años no existía el dolor de espalda”. Son los tiempos modernos. No está claro si mejores.

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