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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Nissan ofrece a sus pretendientes un desalentador trueque riesgo-recompensa

La automovilística japonesa deberá demostrar que puede estabilizar las ventas y reducir los costes

Nissan en Japón

Al menos Makoto Uchida sabe que su plan de reestructuración para Nissan Motor vale algo. El consejero delegado del asediado fabricante de automóviles japonés de 11.000 millones de dólares tiene ahora a KKR considerando la posibilidad de invertir, informó Bloomberg el día 13, el mismo día en que rompió oficialmente las conversaciones de fusión con Honda. Foxconn está interesado, al igual que Honda, si Uchida se va, según el Financial Times. Y ahora algunos peces gordos japoneses pueden querer que Tesla compre una participación, informó el FT el viernes.

Hay un premio claro: una reestructuración exitosa podría casi triplicar la valoración de Nissan, calculamos. El problema es que es una operación de riesgo-recompensa desalentadora.

Un “grupo japonés de alto nivel”, que incluye al ex primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, y al exmiembro del consejo de Tesla Hiro Mizuno ha elaborado una propuesta para que Tesla invierta en Nissan, según el FT. Luego, la oficina de Suga dijo que no tenía conocimiento de ningún plan para animar a Tesla a invertir en Nissan, y Mizuno dijo en las redes sociales que “no tenía absolutamente nada que ver” con lo que había informado el FT.

La unidad de automoción de Nissan está sufriendo pérdidas, con una pérdida operativa de aproximadamente 1.000 millones de dólares en los primeros nueve meses de este ejercicio fiscal. Los accionistas parecen atribuirle un valor negativo: la división de préstamos de la empresa probablemente tiene por sí sola un valor de unos 12.000 millones de dólares, según el promedio del 80% del valor contable al que cotizan las empresas financieras japonesas, según Fitch.

Supongamos que Uchida alcanza su objetivo de aumentar el margen operativo de la división de fabricación de automóviles al 4% para su ejercicio fiscal de marzo de 2027. Utilizando las estimaciones recopiladas por Visible Alpha, de 77.000 millones de dólares en ingresos anuales por la venta de 3,1 millones de vehículos, eso supondría 3.000 millones de dólares. Si se descuentan los pagos de intereses y el 25% de impuestos, el beneficio neto sería de 2.000 millones de dólares. Si aplicamos un múltiplo de algo más de 7 veces las ganancias, la media de una cesta de empresas japonesas similares, el negocio de fabricación valdría 14.000 millones de dólares.

Una mejora de este tipo también debería de reforzar la unidad financiera, por lo que se estima que su valor contable en marzo de 2027 será de casi 16.000 millones de dólares, según Visible Alpha. La entidad combinada podría entonces alcanzar un precio de alrededor de 30.000 millones de dólares.

Llegar a ese punto es una tarea difícil. Sería necesario demostrar que las ventas anuales de automóviles se estabilizarán en torno a los 3 millones, tras haber caído a 3,4 millones el año pasado desde los casi 6 millones de 2018. Uchida también tendría que asegurarse de que los conductores paguen de media un 8% más por su Nissan de lo que pagan ahora. La firma también ha recurrido a incentivos para fomentar las compras.

Y necesita que sus planes de cerrar fábricas y reducir drásticamente la plantilla tengan éxito y no se vean afectados por el aumento de los costes en otros lugares. Eso podría resultar difícil: la historia reciente muestra que los gastos de Nissan son persistentes, y la empresa tiene que aumentar la inversión en vehículos híbridos y eléctricos.

Las fuerzas externas podrían hacer que esos requisitos sean aún más difíciles. De aplicarse, los aranceles de importación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, perjudicarían a Nissan en su mayor mercado; y en el segundo mayor, China, Nissan y otras marcas extranjeras están perdiendo cuota de ventas frente a rivales locales como BYD.

La perspectiva de encontrar sinergias puede hacer que algunos posibles pretendientes se atrevan más que otros a asumir estos riesgos: Honda tiene su propia unidad de automóviles, mientras que KKR es propietaria del fabricante de piezas Marelli, que cuenta con Nissan como uno de sus principales clientes. Sea quien sea el que se involucre, la empresa de Uchida se enfrenta a un viaje de infarto.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías


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