El Ibex 35 espanta a sus agoreros
Los bajistas se alejan del parqué español en busca de otros selectivos de poco glamour (y, sobre todo, de peores resultados).
![Fachada de la Bolsa de Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4OKFLB5X5NCNLHCUFG4RKKFM6U.jpg?auth=d6f9f201520651784cb027536a1f953b49a9b3254971e0c7c64e6a34d6736552&width=414)
Sobre el Ibex 35 ha sobrevolado siempre la condición de ser un selectivo bursátil poco diversificado, dependiente de unos pocos sectores y con falta evidente de glamour, frente a parqués rivales como la Bolsa de París, Londres o Nueva York, con sus grandes empresas en mercados punteros. Sin embargo, en los mercados no hay mejor remedio para las críticas, por muy fundamentadas que estén, que el dinero. O, lo que es lo mismo, las rentabilidades.
El peso, –o la sobredependencia– de la banca, por ejemplo, ha resultado providencial para el selectivo español en los últimos años, aprovechándose de la lluvia de millones que ha caído sobre el sector gracias a las subidas del precio del dinero dictaminadas desde Fráncfort. Y con ellos, claro, han llegado las subidas en Bolsa. Eso y un ambiente de optimismo en los mercados han empujado al Ibex y, de paso, espantado a los agoreros. Los bajistas se alejan del parqué español en busca de otros selectivos de poco glamour (y, sobre todo, de peores resultados).
Aena vuela a lomos de la gallina de los huevos de oro
El operador aeroportuario español, Aena, sigue pulverizando todos los récord de tráfico en la red nacional, gracias a la gallina de los huevos de oro patria: el turismo. Con los visitantes extranjeros llegando a tropel, los vuelos se disparan y no tienen visos de ralentizarse, a pesar de las amenazas e improperios de dudoso gusto de Ryanair. Esta tendrá que apechugar, porque necesita a al mercado español. Ese que interesa y sigue rompiendo récords gracias a un sector que no contribuye especialmente a la productividad, pero que pone platos en la mesa de los trabajadores españoles, que no es poco.
¿Quién conoce la salida del laberinto de la coalición de Gobierno?
El Ejecutivo de coalición liderado por Pedro Sánchez se ha ganado a pulso el adjetivo de laberíntico, y el último ejemplo ha sido la subida del SMI y la ausencia de adaptación del impuesto de la renta al mismo. Trabajo (Sumar) dice que se enteró por la prensa de la decisión de Hacienda (PSOE), como si las dueñas de las respectivas carteras no se viesen todos los martes en la Moncloa.
La pregunta que subyace es cuánto aguantará en este laberinto el Gobierno, que va sacando acuerdos con no poco esfuerzo (y casi sangre). Teseo logró huir del laberinto del minotauro gracias a un ovillo de hilo que recibió de Ariadna, la hija del rey, pero no parece que Pedro Sánchez lo vaya a tener más fácil. Sobre quién es el minotauro en esta historia, ya depende de a qué ministerio se pregunte.
La frase
Estados Unidos no cree que la adhesión de Ucrania a la OTAN sea un resultado realista de una solución negociadaPete Hegseth, secretario de defensa de EE UU
Un menú del día muy vivo, pero menos obrero
El menú del día nació en España durante el franquismo, cuando Manuel Fraga, por entonces ministro de Información y Turismo, lo implantó para atraer turismo a un país aislado del mundo. Atraído el turismo, caído el régimen, el concepto pasó a conocerse coloquialmente como menú obrero, porque alimentaba, fundamentalmente, a trabajadores, todo ello a un precio asequible. Aunque el menú sigue muy vivo, como apunta algún conocedor del mundillo, es cada vez menos obrero: la inflación ha hecho mella en estas fórmulas, apartando a muchos trabajadores de los restaurantes y conduciéndoles a la tiranía del túper. Los restauradores, mientras, buscan reducir sus costes reduciendo a su vez las cantidades. La famosa reduflación.