Los instintos de Orcel, a prueba en Unicredit
Puede volver a ser un banco ‘de importancia sistémica’ comprando Monte dei Paschi, BPM o Julius Baer
Han retirado a Unicredit de la lista oficial de bancos con peso suficiente para provocar una crisis financiera. Pierde su estatus, y sin algunas de las ventajas financieras que podría haber obtenido al dejar de ser un banco de importancia sistémica mundial, o G-SIB. Aún tiene la potencia de fuego necesaria para volver a formar parte del equipo A de la banca.
Unicredit llevaba años en la mitad inferior del grupo de entidades demasiado grandes para quebrar del Consejo de Estabilidad Financiera. Su descenso el lunes no es una gran sorpresa. La decisión de Jean-Pierre Mustier, predecesor de Andrea Orcel en el puesto de CEO, de vender el turco Yapi Kredi, cerrada en 2022, hizo el banco mucho más pequeño y menos internacional. Orcel también se ha esforzado por reducir la complejidad, uno de los factores que influyen en la puntuación G-SIB.
Ser del equipo B tiene ventajas e inconvenientes. Los bancos pequeños pueden tener menos capital y los reguladores los examinan con menos frecuencia. Por otro lado, algunos inversores con mentalidad global pueden preferir invertir en grandes entidades, sabiendo que se les aplican normas más estrictas. Por desgracia para Orcel, la posible ventaja de capital, equivalente al 1% de sus activos ponderados por riesgo, ya se ha esfumado. El Banco de Italia va a imponer un nuevo colchón del 1,5%, que compensa con creces el ahorro por dejar de ser G-SIB.
Orcel tiene opciones si quiere volver a la élite. Desde que tomó el timón, en 2021, se ha centrado en negocios que exigen menos capital. Como resultado, el banco tiene, calculamos, al menos 10.000 millones por encima de lo que necesitaría para cumplir con el 12,5% de sus activos ponderados por riesgo, un nivel por debajo del cual los inversores pueden ponerse nerviosos. Eso es fácilmente suficiente para tragarse 4.000 millones de Monte dei Paschi u 8.000 millones de BPM. Incluso podría ser suficiente para lanzarse a por el suizo Julius Baer, que ofrece una atractiva banca privada, o para pujar en efectivo y acciones por Commerzbank, que se solapa con las operaciones alemanas de Unicredit.
Claro, Orcel también podría simplemente devolver su exceso de capital a los inversores y conformarse con vivir en el segundo nivel. Para un ex banquero de inversión, parece el camino más difícil.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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