La puja emiratí por la petrolera de Basf es inoportuna pero lógica
Adnoc estudia comprar Wintershall, que también posee gasoductos, por 10.000 millones de euros
El último interés de Sultan Al Jaber por un activo occidental de combustibles fósiles es uno de los más inoportunos. Abu Dhabi National Oil Company (Adnoc), el gigante petrolero estatal de Abu Dabi que él dirige, está estudiando una oferta por Wintershall Dea, propiedad de la alemana Basf, con una valoración potencial de 10.000 millones de euros. Dado que Al Jaber también está a cargo de la COP28, la conferencia mundial sobre el clima que se iniciará esta semana, husmear en torno a un explorador de petróleo y gas que emite dióxido de carbono es un asunto delicado.
Adnoc está muy interesada en activos europeos. La empresa emiratí ya está en conversaciones para comprar la empresa química Covestro, compatriota alemana de Wintershall, por 11.000 millones de euros. También está interesada en fusionar Borouge y Borealis, dos empresas de poliolefinas que fabrican plásticos utilizados en cables e inhaladores y que Adnoc posee conjuntamente con la austriaca OMV. Ambas reflejan dos factores clave: la retirada de Rusia del mercado europeo del gas y los grandes bolsillos de Abu Dabi.
En este contexto, la compra de Wintershall tiene cierta lógica. Su compra podría suministrar el gas necesario para que Covestro lo transforme en productos petroquímicos. Y lo que es más importante, Wintershall posee extensos gasoductos y terminales en Alemania y Noruega, que podrían utilizarse para transportar importaciones de gas natural licuado e hidrógeno de los Emiratos Árabes por Europa.
Las licencias de Wintershall en el Reino Unido y Noruega para explotar proyectos de captura de carbono también podrían ser útiles para el gigante petrolero de Abu Dabi, que se ha comprometido a dedicar 15.000 millones de dólares (14.000 millones de euros) a una serie de tecnologías con bajas emisiones de carbono de aquí a 2030.
Tras retirarse de Rusia y asumir una pérdida de 5.300 millones de euros en enero, Wintershall también parece relativamente barata. Con el valor de empresa declarado, Wintershall se valoraría en 2,4 veces los 4.100 millones de ebitda que obtuvo en los 12 meses hasta septiembre. Esta cifra está por debajo de la media de 3,9 veces de Shell y TotalEnergies y muy lejos de las 10 a las que cotizan las empresas de infraestructuras de gas Snam (Italia) y Enagás.
Al mismo tiempo, la venta de Wintershall a Adnoc ofrece una salida más suave y una valoración potencialmente más alta que la oferta pública de venta planeada previamente por Basf, que posee el 72,7%, y la empresa de inversión LetterOne (creada por Mijaíl Fridman y dueña de los supermercados Dia), que posee el resto. La riqueza petrolera de Abu Dabi permite a la empresa emiratí pagar 5.500 millones de euros por la participación de Basf en Wintershall.
Lo único a favor de Adnoc es que su presa no puede moverse con rapidez. Wintershall sigue trabajando para separar legalmente su división rusa, lo cual se espera que esté hecho a mediados del año que viene. Su importancia estratégica para Noruega y Alemania también puede hacer que ambos Estados miren con lupa la letra pequeña. Sin embargo, en un momento en que los Emiratos Árabes tienen que hacer frente a las acusaciones de que solo están utilizando la COP28 para cerrar acuerdos petroleros, adoptar un ritmo constante puede no ser malo.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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