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El Foco
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Hostelería, ¿un empleo solo para extranjeros?

Los trabajadores foráneos son clave en la industria turística, pero a veces por motivos cuestionables y poco sostenibles

hostelería
Terraza de una cafetería del paseo Sant Joan, en BarcelonaM. Minocri

Año tras año, en la temporada turística de nuestro país, vemos como en hoteles, en restaurantes, en bares y cafeterías, el personal que nos atiende es, cada vez más, extranjero. Tanto, que se estima que hasta el 30% de los trabajadores en el sector de la hostelería, son extranjeros. Un sector con casi 1,7 millones de empleados activos.

Es sabido que el turismo se ha convertido en un pilar fundamental de la economía española. España recibió más de 72 millones de turistas internacionales en 2022, lo que generó un impacto económico de más de 87.000 millones de euros (datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo para 2022). Este flujo constante de visitantes ha impulsado la creación de empleo en el sector y lo ha convertido en uno de los principales motores de la economía española.

Existen diversas razones que explican por qué el sector de la hostelería en España atrae a trabajadores de fuera de nuestras fronteras:

1. Efecto llamada, debido a la demanda del sector y a las necesidades de personal adicional, muchos profesionales de otros países se sienten atraídos por este sector en nuestro país. Demanda que, además, está muy concentrada estacionalmente, por lo que se vuelve relativamente sencillo para los foráneos venir a trabajar a nuestras empresas en periodos de tiempo concretos.

2. Crecimiento del sector, constante y en perspectiva positiva. El continuo crecimiento del turismo en España ha impulsado la expansión del sector de la hostelería, lo que ha aumentado la necesidad de empleados adicionales.

3. Flexibilidad laboral, debida a que en ocasiones la hostelería ofrece jornadas flexibles, lo que puede ser atractivo para trabajadores extranjeros que desean conciliar su empleo con otras ocupaciones.

4. Oportunidad de aprendizaje del idioma español, así como una experiencia culturalmente enriquecedora.

5. Calidad de vida, ya que España ofrece una calidad de vida de primer nivel, lo que atrae a trabajadores extranjeros que buscan una experiencia laboral en un entorno agradable.

Visto desde esta perspectiva, es obvio que nuestro país tiene innumerables atractivos que hacen que trabajadores y empleados de otras nacionalidades lo vean como un destino a elegir para trabajar. Pero, ¿qué factores aporta un extranjero a nuestro mercado laboral que no aporte o que se diferencie de los aportados por un nacional?

Los trabajadores extranjeros en la hostelería española desempeñan un papel fundamental en el crecimiento del sector. Su contribución es evidente bajo perspectivas como:

Diversidad cultural: los trabajadores extranjeros contribuyen con una riqueza de conocimientos culturales y culinarios que enriquece nuestra oferta gastronómica y cultural, lo que atrae a un abanico de clientes más amplio y diverso, con el impacto que esto tiene en los ingresos del sector.

Flexibilidad laboral: el trabajador extranjero suele ofrecer una alta disponibilidad, por volumen de trabajadores disponibles en nuestro país y por predisposición y disponibilidad horaria. Esto ha permitido al sector cubrir la demanda pico y adaptarse a las fluctuaciones en la carga de trabajo.

Dinamismo empresarial: gran cantidad de extranjeros llegados a España aspiran a emprender sus propios negocios en el sector de la hostelería. Esto ha llevado a la creación de pequeñas empresas que enriquecen la oferta hostelera y generan empleo adicional.

Aumento de competitividad y diversidad: lo que permite al sector adaptarse a las cambiantes preferencias de los clientes y turistas, así como a las tendencias gastronómicas internacionales. Esto hace que nuestro sector sea más competitivo a nivel internacional.

Hasta aquí todo bien. Todos ganan, la economía gana. Pero, como muchas cosas en la vida, también hay una cara B, y esta tiene que ver con que en muchos casos (muchos, muchos casos) parte o todo de ese trabajo realizado por extranjeros no se declara. Esto es, no está adecuadamente regularizado frente a la Seguridad Social (en cuanto a lo que se cotiza) y frente a Hacienda (en cuanto a lo que se retiene en la nómina mensual).

Esta situación, con la que frecuentemente trabajadores extranjeros del sector hostelero, están dispuestos a transigir, es propia de personas que necesitan comenzar y abrirse camino en un nuevo país, que no es el suyo.

Desde el punto de vista del Estado, este tipo de situaciones merman las arcas públicas, lastran los presupuestos sociales, y lo que es peor, para el trabajador, generan situaciones de clara dependencia de largo plazo (jubilaciones no suficientemente devengadas, subsidios, ayudas, atención social…), derivadas de esa infracotización o no cotización. Por supuesto, esta realidad va contra la línea de flotación de los datos de empleo, pues expulsa del mercado a españoles que no están dispuestos a trabajar por esa retribución y/o condiciones.

Dicho esto, ¿quién genera el problema?, ¿el trabajador extranjero que busca el salario sin tener en cuenta las consecuencias sociales y legales, o el hostelero que se aprovecha de esa disposición a transigir para ahorrar en salarios e impuestos? Abramos los ojos. Es cierto que las pymes españolas soportan unos costes laborales (y otros) crecientes. Solo en el último año se ha producido un incremento de los costes laborales unitarios en la hostelería de un 8,7% (Instituto Nacional de Estadística), un incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) de un 8% y un incremento de la base mínima de cotización a la Seguridad Social de un 7,4%, entre otros… Se habla también de que en el sector hay un problema de talento… ¿o no? Baja mi punto de vista, en la hostelería no hay un problema solo de talento, hay un problema de retribución. Una buena parte de las pymes del sector no está dispuesta a pagar lo que el mercado está demandando.

En la medida en que, en los respectivos países de origen, las condiciones laborales, económicas o el atractivo general del país mejore, España irá perdiendo posiciones y competitividad como lugar de elección para trabajar en el sector de la hostelería. Y esa tasa de ocupación tan alta del trabajador extranjero (tasa de ocupación global en España del 51% frente al 57% de la población extranjera, datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones) irá bajando. Mejorar la formación profesional en hostelería, ofrecer mejores retribuciones y condiciones laborales y reducir la temporalidad del empleo en el sector será imprescindible para que los trabajadores españoles se vuelvan hacia el sector hotelero.

Es necesario crear toda una industria de formación y capacitación al servicio del sector, desarrollar thinktanks y centros de innovación y profundizar en la mejora de procesos para hacer de nuestro sector hostelero, una industria global.

José Canseco es economista y profesor de Recursos Humanos del EAE Business School

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