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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El FMI avala el rumbo económico pese a los nubarrones

La española es la economía avanzada que más crecerá este año, un 2,5% frente al 0,9% de la zona euro

CINCO DÍAS
 La directora gerente del FMI, Kristalina Gueorguieva.
La directora gerente del FMI, Kristalina Gueorguieva. Getty Images

La economía española fue más rápida que su entorno en sufrir el brote inflacionista y más lenta a la hora de recuperar la producción perdida en la pandemia. Hay motivos para explicar ambas variables, como la configuración de los precios energéticos y la dependencia de los servicios. Pero este desacople ha facilitado, a lo largo de los últimos trimestres, conclusiones apresuradas y, en ocasiones, sesgadas sobre la coyuntura.

No obstante, las previsiones del FMI dejan poco lugar a dudas. La española es la economía avanzada que más crecerá este año, un 2,5% según el fondo (un 0,9% para la zona euro), y la que ha experimentado una mayor revisión al alza en las estimaciones, que han aumentado en un punto porcentual. Para 2024 España crecerá un 2%, medio punto más que la zona euro.

Apoya el fondo sus mejores previsiones en el buen comportamiento de los servicios, mientras que la industria manufacturera queda más rezagada. El turismo es una explicación razonable tanto de por qué el peaje de la pandemia ha sido mayor como de la mejora de las cifras para este 2023, donde precios y actividad componen una temporada récord para hostelería, restauración, transportes y las múltiples industrias auxiliares. El turismo explica también la revisión al alza de los datos de Italia, mientras el crecimiento alemán se recorta a causa de la debilidad industrial.

Esta disparidad en las cifras de crecimiento, y también de inflación, complica la labor del BCE. No obstante, las señales de que la subida de tipos acumulada ha hecho efecto se repiten, empezando por el magro crecimiento de países como Alemania, que cerrará el año con menos PIB que lo empezó. Por más que los precios siguan recalentados, el balance de riesgos parece más equilibrado. La encuesta de préstamos bancarios publicada ayer daba cuenta también de la contracción tanto de la demanda como de la oferta de crédito. Que es, en definitiva, el mecanismo mediante el que la política monetaria enfría la inflación: provocando que la economía crezca menos. Algunos analistas alertan ya del riesgo de un credit crunch, es decir, una contracción acelerada del crédito que ralentiza la economía, lo que a su vez restringe más el crédito. La clave llegará mañana en la reunión del BCE; la subida se da por hecha, pero Christine Lagarde ha vinculado futuros movimientos a la revisión de las previsiones que se realizará en septiembre, previsiblemente a la baja. España, en este difícil contexto, al menos puede presumir de crecimiento por encima e inflación por debajo de la media.

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