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Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Una nueva oportunidad para apostar por el hidrógeno verde made in Spain

España debe aprovechar la presidencia en el Consejo de la UE para impulsar un marco regulatorio estable

Javier Gutiérrez Corpas
Estación de repostaje de hidrógeno verde
Estación de repostaje de hidrógeno verdeOlemedia (Getty Images)

En los últimos años, España se ha posicionado como una de las principales potencias mundiales en el desarrollo del hidrógeno verde. Nuestra ubicación geográfica, con un gran número de horas de sol –recurso necesario para el proceso de electrólisis del hidrógeno renovable mediante la energía fotovoltaica–, junto con un importante despliegue tecnológico, nos está permitiendo dar grandes pasos por la senda de la descarbonización.

Asimismo, los múltiples usos asociados al hidrógeno verde – desde su aplicación en diversos sectores industriales, la aviación, el transporte o el ámbito doméstico – en combinación con los últimos avances tecnológicos están permitiendo desarrollar alternativas de movilidad más sostenibles y avanzar en soluciones para el almacenamiento de energía.

Esta posibilidad que proporciona el hidrógeno renovable se ha convertido en una versatilidad para, por ejemplo, poder inyectarse en las tuberías de gas natural existentes, reemplazando los combustibles fósiles y reduciendo la dependencia de los recursos no renovables.

Por otro lado, la tecnología de producción de este elemento también ha evolucionado. A medida que se reducen los costes de la energía renovable, la electrólisis generada principalmente por la energía solar y la energía eólica se vuelve cada vez más accesible. Ello posibilita que las entidades privadas den el paso para invertir en proyectos a gran escala, ampliando la producción de hidrógeno verde y reduciendo todavía más los costes.

Junto a esto, cabe mencionar la puesta en marcha de iniciativas como la Hoja de Ruta del Hidrógeno, impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno, los fondos Next Generation, o el proyecto del corredor de hidrógeno H2Med, del que forman parte España, Francia, Portugal y Alemania. Este último se ha convertido en una apuesta estratégica para España, lo que hace pronosticar que en los próximos años esta energía 100% limpia va a ser clave para alcanzar la neutralidad climática y un sistema eléctrico totalmente renovable para 2050.

Si atendemos al crecimiento del hidrógeno verde made in Spain, integrado por importantes actores que han apostado por este vector energético, podemos observar que ya ha alcanzado una cartera de proyectos de más de 15,5 gigavatios (GW), lo que prácticamente multiplica por cuatro su objetivo para 2030. De hecho, una gran superficie de la geografía española cuenta ya con proyectos de potencia instalada de electrolizadores, lo que demuestra que nuestro país cumple con los requisitos necesarios para seguir avanzando en esta materia y convertirse en uno de los líderes en materia de hidrógeno verde a nivel mundial, contribuyendo, al mismo tiempo, a generar puestos de trabajo, sostenibilidad y riqueza.

Pero ante este escenario que se presume favorable, conviene preguntarnos si sabremos aprovechar convenientemente las oportunidades que se nos presenten.

Sin ir más lejos, desde el 1 de julio nuestro país ostenta la presidencia del Consejo de la Unión Europea para los próximos seis meses, una excelente oportunidad para impulsar la política energética en Europa y, más concretamente, para conceder un mayor protagonismo al desarrollo de proyectos de hidrógeno verde.

No podemos olvidar que estamos, por tanto, ante una oportunidad clave para que España aborde con prontitud temáticas que influyen de forma directa en la apuesta por esta energía.

Asuntos como la capacitación profesional, ya que en los próximos años será necesario incorporar un elevado número de trabajadores cualificados en esta tecnología; un marco regulatorio estable que abogue por este vector energético; aumentar los esfuerzos de inversión en investigación y desarrollo que aceleren los avances tecnológicos; un sistema de ayudas públicas que contribuya a impulsar la demanda; la agilización de la colaboración público-privada; la creación de infraestructuras de almacenamiento y la dotación de una mayor representatividad a los proyectos de hidrógeno verde.

Si, ante la gran competencia mundial, aspiramos a ocupar una posición de liderazgo internacional en la producción de H2 verde y si buscamos alcanzar la neutralidad de emisiones en 2050 y reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, es vital que la apuesta por las energías limpias como el hidrógeno verde producido en España siga avanzando a buen paso, aprovechando las oportunidades que, como país, tenemos a nuestro alcance y que no podemos ni debemos desaprovechar.

Si el hidrógeno verde se está posicionando como el vector energético del futuro, España está ante la oportunidad de liderar la transición energética, convirtiéndose en un país clave para el desarrollo de las energías renovables. Nuestro país cuenta con los recursos, las empresas y el compromiso para hacerlo, por lo que es necesario que todos rememos en la misma dirección con un claro objetivo en mente: reforzar nuestra apuesta estratégica por el hidrógeno verde made in Spain para situar a nuestro país en un lugar privilegiado dentro del mapa mundial de producción de este nuevo vector energético.

Javier Gutiérrez Corpas es director de Desarrollo de Ansasol

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