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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La crisis de los ‘cocos’ puede ayudar a los reguladores

Su encarecimiento puede hacer que los bancos mantengan su deuda en lugar de sustituirla

Logos de los bancos Credit Suisse y UBS.
Logos de los bancos Credit Suisse y UBS.DADO RUVIC (REUTERS)

La fusión forzosa de Credit Suisse y UBS en Suiza ha provocado un auténtico escándalo. El mercado de bonos convertibles contingentes, valorado en 250.000 millones de dólares, se tambalea después de que el banco suizo se viera obligado a liquidar los suyos. Sin embargo, si el consiguiente encarecimiento de la emisión de estos cocos hace que los bancos mantengan su deuda que vence en lugar de sustituirla, los supervisores bancarios aún pueden sacar un resquicio de esperanza.

Los reguladores europeos se movilizaron el lunes para calmar a los inversores en deuda después de que las autoridades suizas decidieran amortizar 16.000 millones de francos suizos de cocos, capital adicional de nivel 1, de Credit Suisse. Aunque se supone explícitamente que estos instrumentos asumen pérdidas en una crisis de solvencia, Suiza dejó valor sobre la mesa para los accionistas que se sitúan por debajo de la deuda júnior. Según un índice de ICE Bank of America, los precios de los cocos habían bajado el lunes un 14% respecto a los niveles del día 13, ya que los tenedores temían que otros bancos ejecutaran sus propios cocos con mayor facilidad.

Tanto el Banco de Inglaterra como los reguladores europeos se comprometieron el lunes a respetar la jerarquía de rescate bancario que establece que los accionistas deben perder dinero antes que la deuda. Pero la incertidumbre provoca que los inversores pueden exigir ahora una prima por esos bonos de menor rango. Ello pondría a los bancos en un aprieto: los títulos son perpetuos, lo que significa que no tienen fecha de vencimiento para parecerse más a las acciones. Pero suelen tener una ventana de amortización anticipada (call) a los cinco años, que los tenedores de bonos esperan que sean respetadas por los bancos.

Esta convención puede llevar a un banco débil a rescatar un bono para evitar enfadar a los acreedores y desatar el pánico, a pesar de tener que emitir a un tipo más alto. Un ejemplo: el año pasado, el Credit Suisse, que ya chirriaba, optó por rescatar un bono. Desde un punto de vista regulatorio, la presunción de que un bono será rescatado lo hace menos útil como fuente de capital permanente.

Algunos bancos, como Santander, han optado por no rescatar bonos cuando no les interesa. Ello podría ser más común si los rendimientos se mantienen altos o suben mucho más. De media, los cocos rendían el 9,6% el martes, según el índice ICE Bank of America, casi un punto porcentual más desde principios de marzo. Esta cifra está en línea con el coste de los fondos propios de los bancos, a pesar de que los bonos suelen estar por encima de las acciones.

Según CreditSights, este año está prevista la amortización de unos 19 bonos, incluidos los emitidos por Unicredit, Santander, BBVA o Barclays. El coco al 6,625% del banco italiano con vencimiento en junio cotizaba el martes al 95% de su valor nominal, frente al 99,5% del día 9, según datos de Refinitiv. Si los mercados siguen volátiles, es posible que más bancos decidan saltarse las convenciones del mercado de bonos. Para los reguladores, ello sería un beneficio colateral de una semana desestabilizadora.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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