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Audi y Siemens se unen a la larga lista de gigantes de la industria alemana en aplicar despidos masivos

La recesión de la locomotora europea y los problemas de la automoción se extienden a otros sectores

Un hombre pasa junto al logo de Volkswagen.

Caída de las ventas, recortes de plantilla, reducciones salariales y cierres de plantas: 2024 no fue un buen año para la industria alemana, especialmente para la automotriz, y 2025 no se perfila mucho mejor si se tiene en cuenta la debilidad de las ventas en el mercado chino y los aranceles de Estados Unidos.

A inicios de esta semana, Audi y Siemens anunciaron una fuerte reducción de su número de trabajadores, sumándose a una larga lista de grandes nombres de la industria alemana que se han visto obligados a implementar planes de ahorro que implican inevitablemente un menor número de trabajadores.

Los coches de fabricantes premium Made in Germany siguen siendo símbolos de estatus, pero el mercado mundial ha cambiado y sus fábricas están infrautilizadas. La industria produce muchos menos automóviles que antes, lo que implica un mayor gasto de personal y una menor productividad de las plantas.

Si 2024 cerró con el acuerdo de Volkswagen con el sindicato para imponer restricciones salariales y la eliminación de 35.000 empleos hasta 2030 de manera gradual y sin despidos obligatorios, en febrero de 2025 se cerró la planta de Audi en Bruselas y esta semana, Audi anunció que recortará 7.500 puestos de trabajo en Alemania hasta finales de 2029, junto con recortes financieros.

Aunque no serán despidos forzosos, sino que se incentivarán jubilaciones anticipadas y salidas voluntarias, esto golpeará duramente al ambiente laboral en sus sedes de Ingolstadt, donde trabajan cerca de 40.000 personas, y Neckarsulm, que cuenta con una plantilla de 15.500 trabajadores.

La noticia llegó un día antes de que el fabricante automotriz de gama alta anunciara un desplome de sus beneficios, siguiendo así la estela de la empresa matriz, Volkswagen, y de Porsche. Debido a la caída de las ventas, especialmente en China, el resultado después de impuestos de la filial de VW se desplomó un 33%, hasta los 4.200 millones de euros, en comparación con el ejercicio anterior. El consejero delegado de Audi, Gernot Döllner, señaló durante la presentación de resultados que los retos no han disminuido. “La escasa demanda se enfrenta a una mayor oferta, especialmente en China”, indicó.

De esta manera, 2025 continuará con un descenso del número de personas que trabajan en el sector automotriz. Ya el año pasado se perdieron casi 19.000 puestos de trabajo, según un análisis reciente de la empresa de auditoría y consultoría EY. Según este estudio, a finales de 2024 había algo más de 761.000 personas empleadas en la industria automovilística alemana. Un año antes, la cifra era de alrededor de 780.000. “Es solo el comienzo de un proceso de contracción doloroso pero inevitable”, resumió EY.

La caída de las ventas en el mercado chino afecta especialmente a las grandes marcas alemanas: VW, Mercedes y BMW. Los fabricantes chinos han aumentado notablemente su cuota de mercado en su país. A esto se agrega el coste derivado de la aplicación de la normativa CAFE (Emisiones de Combustible Medias Corporativas, por sus siglas en inglés) de la UE que fija un límite de emisiones medias de los vehículos nuevos. Si bien finalmente se ha flexibilizado -las empresas tendrán hasta 2027 para ponerse al día con los objetivos- supone un enorme desafío para la industria alemana.

Esto golpea duramente la economía del país, que lleva dos años consecutivos en recesión. En términos de facturación la industria automotriz alemana es, con diferencia, el mayor sector industrial de Alemania. Según la Oficina Federal de Estadística, los automóviles y sus componentes representaron el 17% de las exportaciones alemanas en 2023. Además, según la Asociación de la Industria Automovilística (VDA), tres cuartas partes de todos los automóviles producidos en

Alemania en 2023 se exportaron al extranjero

La crisis perjudica tanto a los fabricantes de automóviles como a los proveedores. Por ejemplo, el proveedor de automóviles ZF notificó recientemente que eliminará hasta 14.000 puestos de trabajo en Alemania hasta finales de 2028. Mientras, Continental va a separar completamente su división de componentes automovilísticos y anunció a mediados de febrero que recortará 3.000 empleos más en todo el mundo hasta finales de 2026, de los cuales 1.450 en Alemania y cerrará por completo su fábrica en Núremberg (Baviera). Esta reducción de plantilla se suma al recorte de 7.150 empleos en su división automovilística comunicado hace un año. Por su parte, Bosch -el mayor proveedor de piezas de automóviles del mundo- dio a conocer a finales del pasado año sus planes para reducir su plantilla en hasta 5.500 empleos en los próximos años.

Pero las malas noticias no solo afectan al sector del automóvil, el grupo tecnológico e industrial alemán Siemens informó el pasado martes que quiere recortar 6.000 empleos en todo el mundo, de ellos 2.850 en Alemania, sobre todo, en el negocio de automatización de fábricas (Digital Industries) que afronta una caída de la demanda.

La medida se llevará a cabo sin despidos forzosos. La mayor parte de la reducción de plantilla tendrá lugar hasta finales de 2027 en el negocio de automatización de fábricas que verá reducido su equipo actual de 68.000 trabajadores en todo el mundo en 5.600 personas. Los 450 empleos restantes se suprimirán en el negocio de carga de vehículos eléctricos -donde trabajan 1.300 personas- hasta finales de este año.

Siemens fue así la última en unirse a una lúgubre lista en la que también están otras empresas como Thyssenkrupp o BASF, que ya anunciaron el pasado año fuertes recortes, o el Commerzbank, que hace apenas un mes comunicó que eliminará unos 3.900 puestos de trabajo hasta finales de 2027, de los cuales, unos 3.300 están en Alemania, donde cuenta con una plantilla de unos 20.000 empleados. Según el segundo banco privado más grande de Alemania, los recortes afectarán principalmente a la sede central y a otras sedes de Fráncfort. El banco se encuentra inmerso en estos momentos en una lucha contra el banco italiano UniCredit, que acaba de recibir la autorización del Banco Central Europeo para aumentar su participación en el banco alemán hasta el 29,9%.

Se espera que la lista continúe engrosándose como se desprende de un estudio del instituto económico alemán IW que mostró que cuatro de cada diez empresas quieren reducir su personal. Para Michael Grömling, autor del análisis para el que se encuestó a más de 2.000 empresas, las perspectivas de empleo son las peores desde la crisis financiera mundial de 2008.

Esto también se ve reflejado en la cifra de desempleo que en enero se situó en los 2,993 millones de desempleados, la más alta en casi diez años. Además, a estos se suman los casi 300.000 trabajadores que reciben subsidio de desempleo parcial por los programas de reducción de la jornada laboral a los que se han acogido muchas empresas para hacer frente a la debilidad de pedidos actual.

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