La Reserva Federal da, quita y vuelve a dar
La nueva línea de crédito para los bancos en apuros va contra el objetivo de Powell de frenar la inflación
Leer las hojas de té de la Reserva Federal de Estados Unidos de repente parece un ejercicio inútil. Hace una semana, en respuesta a la insolvencia de dos bancos estadounidenses, el banco central dirigido por Jerome Powell ofreció una nueva línea de crédito a las entidades que se encuentren en apuros. Eso inyecta nueva liquidez en un sistema que la Fed estaba tratando de destetar del dinero fácil con una rápida tanda de subidas de tipos de interés. Tan rápido como la Fed de Powell da y quita, vuelve a dar.
El banco central ha subido los tipos desde casi cero en marzo del año pasado hasta más del 4,5% en la actualidad para combatir la inflación galopante. Sin embargo, la Fed fue responsable, al menos en parte, de esos elevados precios al consumo... y de la asunción de riesgos financieros.
Los tipos ultrabajos entre 2020 y 2022 desataron un frenesí de inversiones especulativas. Los inversores utilizaron dinero barato para respaldar empresas de todo tipo, desde criptodivisas hasta taxis voladores. Esa liquidez también alentó la contratación masiva, enviando el desempleo a mínimos históricos e impulsando el crecimiento del gasto de los consumidores.
La agresiva reversión de la política de tipos de interés cero por parte de la Reserva Federal causó dos problemas a Silicon Valley Bank.
En primer lugar, la cartera de bonos estadounidenses de SVB había perdido valor debido a las subidas de tipos. En segundo lugar, la ralentización de la economía llevó a las startups clientes del banco a pedir su dinero en efectivo, desenmascarando la falta de capital de SVB. Ambos resultados se derivaban del deseo de la Reserva Federal de ralentizar la economía. Pero resultaron fatales para SVB, debido a su deficiente gestión del riesgo.
Salvaguardar todos los depósitos bancarios y permitir a los bancos obtener préstamos a tipos favorables también dificulta la labor principal de Powell. Esas medidas, en la práctica, reducen el coste del dinero y van en contra de su lucha contra una tasa de inflación que es más de tres veces superior al objetivo del 2% de la Fed.
Una quiebra de SVB habría amenazado a las empresas de capital riesgo y los puestos de trabajo de Silicon Valley… y habría sofocado una posible fuente de inflación. Es cierto que el sector tecnológico no es un gran empleador dentro de la economía estadounidense en general. Aun así, a la Reserva Federal le preocupa un mercado laboral tenso, en el que sigue habiendo casi dos ofertas de empleo por cada trabajador disponible, porque podría desencadenar una inflación impulsada por los salarios. En este sentido, los movimientos de hace una semana son antitéticos a la misión de Powell.
Goldman Sachs ya no espera que la Fed suba los tipos el día 22, debido a las consecuencias del colapso de SVB. Sin embargo, la nueva línea de crédito podría dar a la Fed más flexibilidad para seguir subiéndolos: ya no tendrá que preocuparse de que los bancos se desatasquen.
Powell sigue teniendo dos grandes problemas. En primer lugar, los últimos movimientos obstruyen su impulso para enfriar la economía. En segundo lugar, el mayor mazo económico de la Reserva Federal para las crisis –tras el atentado contra el World Trade Center, la crisis financiera mundial y la pandemia del Covid-19– es bajar los tipos. Eso le deja en conflicto respecto a su misión actual y mal colocado respecto a la futura.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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