El BCE urge a acelerar el euro digital frente al plan de Trump de impulso a las ‘stablecoin’
El 99% de las criptomonedas estables están vinculadas al billete verde, un activo en auge que augura más demanda de dólares y puede ser una nueva competencia en medios de pago


El BCE ha puesto sobre la mesa un nuevo reto para las instituciones europeas: reforzar el papel del euro como divisa de referencia global. Para su presidenta, Christine Lagarde, el momento actual de debilidad del dólar es la gran oportunidad para dar más peso al euro en el comercio y las finanzas internacionales, también en las reservas de los bancos centrales del mundo. Pero los obstáculos son enormes y van más allá de las carencias institucionales y económicas que impiden a la zona euro ser un relevo creíble a Estados Unidos y el todopoderoso dólar. A la falta de un mercado de capitales único, capaz de ofrecer la profundidad y la liquidez del estadounidense, o de poderío militar, que sin duda es reclamo para dar seguridad al capital internacional, el euro también afronta un nuevo obstáculo: el impulso que EE UU pretende dar a los criptoactivos y a las ‘stablecoin’ vinculadas al dólar. Iniciativas que sin duda van a impulsar la demanda de dólares entre inversores y consumidores cada vez más deslumbrados por los criptoactivos y los pagos virtuales y que hacen aún más urgente, según defiende el BCE, el desarrollo del euro digital.
El BCE ha presentado hoy su informe anual sobre el papel internacional del euro, en un momento en que la autoridad monetaria está haciendo un ambicioso llamamiento a la clase política europea para que aborde las tareas pendientes del proyecto del euro. La institución ve mimbres en el euro para intentar aspirar a reemplazar al dólar como divisa de referencia. Pero el camino es muy largo y a pesar de que la llegada de Trump está debilitando al dólar, y creando, por tanto, una oportunidad para la divisa europea, las políticas de EE UU también están plateando nuevos riesgos ante el desafío de reforzar el papel internacional del euro. Riesgos que tienen que ver directamente con el impulso a los criptoactivos y las stablecoin que defiende la Casa Blanca y que podrían reforzar la demanda de dólares.

Las stablecoin o criptomonedas estables son un activo digital que vincula su precio al de una divisa (o una cesta de divisas tradicional, respaldada por un banco central. Según señala el BCE, el 99% de las stablecoins están vinculadas al dólar estadounidense. Se trata de un mercado que alcanzó en 2024 un valor de 190.000 millones de dólares, alrededor del 7% de la capitalización de todo el universo de criptoactivos. El BCE reconoce en su informe que estas stablecoins, que la Casa Blanca está decidida a potenciar, tienen la ventaja de que eliminan a los intermediarios, ofrecen casi el anonimato, un procesamiento de pagos más rápido y la posibilidad de operar las 24 horas del día, cada día de la semana y todos los días del año. “Esto puede hacer que las stablecoins resulten especialmente atractivas en países con monedas nacionales inestables y volátiles, donde una parte significativa de la población no tiene acceso a servicios bancarios o está sujeta a elevadas comisiones por las remesas“, explica el BCE. Todo un catalizador potencial para el dólar, la divisa reina de referencia para estas criptomonedas estables, que podría elevar la demanda de bonos estadounidenses por parte de emisores de stablecoin y contribuir así al fortalecimiento del dólar. Los emisores de monedas stablecoin basadas en el dólar estadounidense ya poseen cerca de 150 000 millones de dólares en deuda soberana de EE UU, un volumen comparable a las tenencias de países como Arabia Saudí, Corea del Sur, México y Alemania.
El BCE también advierte del riesgo que las stablecoins podrían suponer para el propósito declarado de la UE de favorecer que el ahorro de los europeos se destine a activos europeos. ”Los hogares y las empresas podrían sustituir los depósitos por stablecoins, lo que a su vez provocaría una mayor volatilidad en la oferta de depósitos y unos mayores costes de financiación para los bancos, lo que repercutiría negativamente en el coste y la disponibilidad del crédito", añaden en el BCE. Para la autoridad monetaria la clave para hacer frente a este reto reciente es acelerar el proceso de creación del euro digital, ahora a la espera del desarrollo regulatorio por parte de la UE.
Trump, entusiasta converso de los criptoactivos, también ha anunciado el lanzamiento de una “reserva estratégica de bitcoin”, empleando para ello 17.000 millones de dólares incautados por el Tesoro estadounidense en procesos de decomiso. Este plan, cuya viabilidad es mucho más incierta -aunque nada pueda descartarse en el imprevisible mandato de Donald Trump-, es otro factor a vigilar en un momento en que “los criptoactivos y las stablecoins están avanzando a pasos agigantados en los pagos transfronterizos”, según reconoce el BCE. La decisión de Trump de vetar el desarrollo de un dólar digital es además un riesgo potencial para la estabilidad financiera, según apuntó recientemente el Banco de España, alegando que las divisas digitales promovidas por los bancos centrales son una alternativa más segura a las ‘stablecoins’.
El euro se mantiene sin cambios en su papel de segundón en el mapamundi de las divisas, con un peso del 20% sobre el total de las reservas en moneda extranjera. En los últimos años, y en especial a raíz de la guerra de Ucrania, ha crecido con fuerza la tenencia de oro por parte de los bancos centrales, mientras se sigue debilitando el papel del dólar. En 2024, el billete verde retrocedió dos puntos porcentuales en su reinado como referencia hegemónica en las reservas, hasta el 57,8%, si bien su retroceso es sostenido en la última década, con una caída en diez años de 11 puntos porcentuales. Y ese espacio no lo ha ganado el euro sino otras divisas como el dólar canadiense o el dólar australiano, demasiado pequeñas para ser alternativa pero cuyo peso global agrupado avanza al 9,6%. El yuan chino, que alcanzó un pico del 2,6% en 2022 en las reservas en divisa extranjera, ha retrocedido al 2,2%.
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