El índice de inflación preferido por la Fed cede mientras el consumo se debilita
La inflación subyacente del índice PCE se reduce al 2,6% y alimenta las esperanzas de rebajas de tipos para este año


La economía de Estados Unidos atraviesa un momento de cierta incertidumbre. Los despidos de empleados federales y la congelación de desembolsos de algunos programas federales se suman a una amenaza cambiante e inconcreta de aranceles a la importación. Como resultado de esa mezcla, las expectativas de inflación han repuntado y la confianza de los consumidores se ha visto dañada. En ese contexto, el indicador de inflación preferido por la Reserva Federal ha cedido posiciones en enero, un mes en que el consumo se debilitó, en parte quizá por las gélidas temperaturas.
El índice PCE, un deflactor de los gastos de consumo personal que utiliza la Reserva Federal como su indicador favorito de inflación, bajó en enero una décima, hasta el 2,5%, según los datos difundidos este viernes por la Oficina de Análisis Económico, dependiente del Departamento de Comercio. El índice subyacente, que descuenta los alimentos y la energía, y en el que se fija especialmente la Reserva Federal, se queda en el 2,6% interanual, dos décimas menos que el mes anterior. En ambos casos, la subida mensual ha sido del 0,3%, en línea con las expectativas.
Los datos publicados también muestran que los estadounidenses redujeron su gasto un 0,2% en enero con respecto al mes anterior, algo que cabe atribuir en parte al frío inusual. En términos reales, la caída es del 0,5%, lo que puede hacer saltar las alarmas sobre si los estadounidenses se están volviendo más cautelosos en medio de la incertidumbre generalizada sobre las perspectivas económicas.
La resistencia de la inflación a acercarse al objetivo de estabilidad de precios del 2% ha complicado al banco central que preside Jerome Powell la posibilidad de bajar los tipos de interés. El dato de este viernes es un paso en la buena dirección y permite seguir pensando en que habrá algún recorte más este año, aunque no sea inminente.
El indicador PCE no baja tanto al detalle como el índice de precios de consumo (IPC) que mostró un repunte de la inflación hasta el 3%. En aquel índice, la subida del precio de los huevos, del 53% interanual, con un fuerte tirón en enero, fue responsable de buena parte de la tensión de los precios. , Recientemente, se han publicado algunos indicadores preocupantes. Las expectativas de inflación se han disparado, según las medidas basadas en encuestas de la Universidad de Michigan, el Conference Board y la Reserva Federal de Nueva York
La economía de Estados Unidos mantiene una fuerte inercia de crecimiento. El producto interior bruto (PIB) creció a una tasa trimestral del 0,6% (anualizada del 2,3%) en los tres últimos meses del año, según la segunda estimación oficial, publicada esta semana, que coincide con la primera. Con ello, la economía estadounidense se expandió un 2,8% en términos reales en el conjunto del año 2024, convirtiéndose en la más dinámica de las grandes potencias industrializadas, los países miembros del G7, y manteniendo la fortaleza del año anterior, cuando creció un 2,9%.
Sin embargo, hay algunas señales que incluso apuntan a que el mercado empieza a vislumbrar la posibilidad de una recesión, como la inversión de la curva de tipos de interés, con rentabilidades más altas en plazos más cortos que en los largos. Los tipos de la deuda del Tesoro a 10 años han marcado esta semana sus mínimos del año. Los mercados han reflejado esos cambios de panorama con una corrección de los precios de los bonos y de las acciones.
Este viernes, mientras Estados Unidos vive un llamamiento de los consumidores a un apagón económico ante el malestar económico, social y político que es extiende en amplias capas de la población.
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