El Tesoro aprovecha el parón de la actividad y da mandato a la banca para la emisión sindicada de inicios de año
La prima de riesgo pelea por caer a los 63 puntos básicos, mínimos de noviembre de 2021
La previsibilidad es una de las señas de identidad de la estrategia del Tesoro. Dos semanas después de que diera a conocer la estrategia para 2025, el organismo que dirige Paula Conthe ha dado mandado a la banca para ejecutar la tradicional colocación de deuda a 10 años de cada enero. BBVA, Crédit Agricole, Deutsche Bank, JP Morgan, Morgan Stanley y Santander son las entidades contratadas para llevar a cabo la operación. La nueva referencia a 10 años vencerá en abril de 2035, frente a la actual que lo hace en abril de 2034. El importe a colocar se desconoce, pero lo habitual en las operaciones de inicios de años es que se capten entre unos 10.000 millones-15.000 millones.
Las operaciones sindicadas son emisiones que se efectúan al margen del calendario y en las que el Tesoro contrata a un ejército de bancos para colocar la deuda directamente entre los inversores. Su puesta en marcha se realiza en función de las condiciones del mercado. En las primeras semanas del año, los emisores públicos y privados han aprovechado los elevados niveles de liquidez y se han lanzado a la venta de deuda. Solo entre el 7 y el 10 de enero, gobiernos y agencias vendieron deuda por valor de 68.000 millones. Fuentes del mercado señalan que ante esta avalancha de papel, el Tesoro ha considerado que lo más apropiado era esperar y limitar las operaciones a las previstas en el calendario para evitar que la respuesta de los inversores no fuera la esperada. A medida que se acerca la temporada de presentación de resultados, los bancos y empresas reducen la actividad en el mercado de capitales, una ocasión que el Tesoro no está dispuesta a dejar pasar.
El apetito de los inversores por el papel sigue intacto y una buena muestra de ello es el comportamiento de la prima de riesgo. En un contexto geopolítico explosivo, la buena marcha de la economía y el compromiso con la estabilidad de las cuentas públicas han permitido que el diferencial entre la deuda española y alemana se siga reduciendo. Horas antes de que el Tesoro salga al mercado la prima de riesgo española pelea por bajar de los 63 puntos básicos, mínimos de noviembre de 2021, cuando los tipos continuaban anclados en el cero y el BCE seguía comprando deuda para ayudar a la recuperación, y a distancia de los 77 puntos básicos del riesgo país de Francia, economía que durante años ha disfrutado de la etiqueta de país seguro.
La confianza en la economía española va más allá del mercado secundario y de las emisiones de letras, el activo que durante meses ha sido la opción preferida por los ahorradores. La demanda registrada en las operaciones de 2024 fue elevada, con la emisión de enero y septiembre logrando récord. El reto está ahora en batir estas marcas. En la operación de hace un año, en la que se adjudicaron 15.000 millones de euros, las órdenes de compra alcanzaron los 138.000 millones, la mayor para una emisión pública en la historia del euro hasta el momento, pues en el pasado 8 de enero Italia logró una demanda de 269.000 millones en la emisión verde de doble tramo. Unos meses después, en septiembre, el Tesoro repitió la hazaña con la venta de deuda ligada a la inflación, colocación en la que logró unas peticiones por más de 50.000 millones, la mayor para una referencia de este tipo en la zona euro.
La emisión sindicada de comienzos de año es el primer paso para cumplir los objetivos de financiación para 2025, un ejercicio en el que el Tesoro prevé unas emisiones netas de 60.000 millones, superior a los 55.000 millones del pasado ejercicio. El incremento tiene su origen en las ayudas para la reconstrucción del desastre generado por la dana el pasado octubre. Además de ayudar a la reconstrucción, el Tesoro acelera la captación de recursos para relanzar la economía y ser más sostenibles. Tal y como aseguró Paula Conthe en una entrevista con El País, la prioridad del Gobierno es lograr financiación accesible y lo más rápido posible para reducir el riesgo. Junto a la ayuda a los damnificados, el Tesoro busca contar con un colchón que le permita reaccionar a posibles imprevistos, como por ejemplo el cumplir con las exigencias de aumentar el gasto en defensa. En paralelo a los esfuerzos de cada estado está la posibilidad de que la Unión Europea emita deuda conjunta a imagen y semejanza de lo que realizó durante la pandemia. Conthe reconoce que en Bruselas hay unanimidad generalizada y que en el ámbito de la defensa ya se habla con total normalidad de la idea de emisiones conjuntas de deuda.
Más allá del Tesoro español, este martes Francia ha colocado 10.000 millones de euros en un bono sindicado con vencimiento en 2042, en una colocación que ha recibido una demanda récord de 134.000 millones de euros y que llega tras meses de turbulencias sobre la deuda francesa por la inestabilidad política.
1.000 millones en deuda bancaria al 3,75%
A medida que acerca la temporada de presentación de resultados, los bancos y empresas empiezan a tener limitado el acceso al mercado de capitales. Antes de que esto suceda, CaixaBank no quiere dejar pasar la oportunidad para acelerar sus objetivos de financiación para el conjunto del año. Cuatro sesiones después de abrir fuego con la emisión de un bono contingente convertibles (cocos en la jerga) hoy ha sido el turno de la deuda sénior no preferente con vencimiento en 2036 y opción de amortización anticipada al décima. Fuentes conocedoras de la operación confirman que se trata de la operación de este formato con mayor vencimiento para un emisor español desde la lanzada por la entidad en 2023.
La confianza de los inversores en el papel español se limita a las operaciones soberanas, sino que tiene su reflejo en los emisores privados. La demanda que ha superado los 4.900 millones de euros, la mayor cuantía registrada por la entidad hasta la fecha. Los gestores están poniendo a trabajar la elevada liquidez que siguen acumulando las carteras y ven en la deuda bancaria un instrumento muy atractiv. El apetito de los inversores ha permitido reducir en 35 puntos básicos el precio. La operación se ha cerrado con un diferencial de 135 puntos básicos sobre mid swap (tipo de interés libre de riesgo), lo que equivale a una rentabilidad del 3,816%. Junto a este rendimientos los bonos devengarán un cupón del 3,75%.