El BBVA sostiene que la vuelta del Sabadell a Cataluña no cambia en nada las bondades de la opa
El banco ha ofrecido mantener el centro corporativo de Sant Cugat y la marca en algunas regiones
El BBVA no se da por aludido por la decisión del Banco Sabadell de retornar su sede social a Cataluña. El banco afirma que respeta la decisión de su competidor, pero que esto “no cambia en nada las bondades de la opa”. Según el banco, se trata de una transacción “buena para España, para Cataluña y para el resto de territorios donde está Banco Sabadell así como para los clientes, empleados y accionistas de ambos bancos”.
Esta visión, sin embargo, no es compartida por la mayoría del mundo empresarial y financiero catalán. La opa hostil se ve como una pérdida más de la importancia como polo económico en España. También preocupa la reducción de la competencia, en una zona donde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha alertado de la alta concentración que supondría la transacción, fundamentalmente en pymes, justo donde está la fortaleza comercial del banco de origen catalán. Esto podría provocar una reducción del acceso al crédito de multitud de pequeñas y medianas empresas que constituyen el tejido industrial y empresarial en Cataluña y también en la Comunidad Valenciana.
El presidente del BBVA, Carlos Torres, se ha fajado durante los últimos meses en intentar convencer al ecosistema empresarial catalán de las bondades de la transacción. Esgrime que ya cuentan con una importante presencia en la comunidad autónoma, después de que en 2015 se hiciese con Caixa Catalunya. Y que, por tanto, son un banco tan catalán como vasco o madrileño.
Además, también ha intentado tranquilizar las aguas con algunos mensajes concretos. Uno de ellos es el de conservar el centro de decisión corporativo y la sede de Sant Cugat del Vallès, así como ha deslizado la idea de que el banco resultante cree un gran hub tecnológico en Cataluña. También ha abierto la puerta a mantener la marca del Banco Sabadell en aquellas regiones donde tiene una presencia comercial más fuerte.
No obstante, la decisión del Banco Sabadell pone en un brete al BBVA y compromete esta campaña en Cataluña. Al final, de triunfar la opa, esto supondría que la sede social del Banco Sabadell volviese a salir del territorio, pasase a pagar impuestos en otra comunidad autónoma y, a buen seguro, las decisiones sobre el banco se tomasen lejos de Sabadell. En puridad, la sede social del BBVA (que es la suma entre los vascos Banco de Bilbao y Banco de Vizcaya con el madrileño Argentaria) está en Bilbao, pero hace tiempo que el centro de poder de la entidad está en el edificio de La Vela, en Madrid.
A la oferta, en cualquier caso, le queda un largo camino por delante. Está pendiente de la decisión final de la CNMC, que ha decidido ampliar el análisis a una segunda fase. Si bien este organismo puede vetar la transacción, lo que se espera es que imponga unas condiciones más o menos estrictas, fundamentalmente en todo lo que afecte a pagos y pymes. Estas condiciones tendrán que ser refrendadas por el Gobierno, quien se ha opuesto frontalmente a la transacción y que las puede incrementar por razones distintas a las puramente de competencia, como de interés nacional.
Una vez resuelto este asunto, será el turno de la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV) de pronunciarse. Cuando dé el visto bueno al folleto, se iniciará el plazo de aceptación, de entre 15 y 70 días, en el que los accionistas del Sabadell deberán decidir si aceptan o no la oferta, que está vinculada a un umbral mínimo de aceptación, de la mitad de los derechos de voto.
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