El euríbor da síntomas de fatiga y pone en peligro su racha de nueve meses cayendo
El regreso de un cierto runrún inflacionista por el alza de la energía y el cambio de rumbo de la Reserva Federal han elevado la presión sobre los recortes de tipos del Banco Central Europeo
El cambio de año no le ha sentado nada bien al euríbor. Enero apenas ha llegado a su ecuador, y hay tiempo para un vuelco, pero la tendencia en las primeras sesiones del nuevo curso no trae buenas noticias para los hipotecados: la media del indicador al que se referencian la mayoría de los préstamos variables en España se mueve en niveles superiores a los de diciembre, lo que amenaza con romper la racha de nueve meses de caídas, iniciada el pasado mes de abril. Aun así, la comparación con un año atrás seguirá reduciendo las cuotas de los hipotecados a tipo variable a los que le toque revisión próximamente.
Detrás del retroceso hay varios motivos. La zona euro acumula tres meses de inflación al alza, lo que eleva la presión sobre el Banco Central Europeo para que modere las bajadas de tipos de interés. Los precios del petróleo —en máximos de cinco meses con las nuevas sanciones de EE UU a Rusia— y el gas natural están repuntando, aunque todavía no se mueven en niveles alarmantes. También empuja en esa dirección el cambio de rumbo que empieza a esbozarse en la Reserva Federal: los mercados descuentan dos recortes de tipos en 2025, menos de los previstos hace unos meses, ante el temor a que la imposición de aranceles por parte de Donald Trump haga repuntar la inflación.
Fráncfort, aunque proclama su independencia, no es del todo ajeno a lo que haga la Fed. Un desacople excesivo de las políticas monetarias de ambos bloques —la Fed hacia el inmovilismo, y el BCE manteniendo los recortes— es inflacionista para Europa, al debilitar el euro, en mínimos de dos años frente al dólar, con el que ya roza la paridad, y encarecer así las importaciones de los productos que se pagan en moneda estadounidense, como la energía. La deuda también ha reaccionado con un repunte de la rentabilidad, con el bono alemán a diez años por encima ya del 2,5%, máximos de seis meses, y sus equivalentes británico y estadounidense rozando el 5%.
En ese escenario algo más incierto para las bajadas de tipos en la zona euro, la desescalada del euríbor se ha frenado. Tras romper la barrera del 2,5% en diciembre, el porcentaje ha vuelto a situarse por encima de ese umbral en tasa diaria, concretamente en el 2,612% este martes. Todo hace indicar, por tanto, que la media de enero, por ahora en el 2,534%, será superior al 2,436% de diciembre, cuando ya se constató una moderación en la velocidad a la que venía cayendo. De las nueve sesiones que lleva el euríbor en este primer mes del año, ha subido en seis, ha descendido en dos y se ha mantenido intacto en otra.
La evolución de enero, sin embargo, no altera por ahora las expectativas de largo plazo, que continúan siendo favorables para 2025, un año en que los hipotecados a tipo variable deberían seguir viendo cómo se reduce la cuota que pagan, y en el que quienes pidan financiación para comprar una vivienda encontrarán, salvo sorpresa, intereses más bajos que en el ejercicio pasado. Así lo estima el economista Javier Santacruz. “Creo que es un bache que se irá deshaciendo en las próximas semanas. Al final, el euríbor está registrando unas presiones muy parecidas a las de los mercados de renta fija a largo plazo. Todo bebe de las dudas en torno a las decisiones de tipos de interés de los bancos centrales”, apunta.
Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa, mantiene su previsión de que el BCE colocará los tipos en el 1,5% en septiembre de 2025, pero teniendo presente ciertos riesgos, como el alza de la energía. “Podría crear ruido en la comunicación y algunos retrasos en el ciclo de recortes si persistiera”.
Nuevas caídas en el horizonte
En 2024 las hipotecas variables se abarataron al mayor ritmo en 12 años. Ese ritmo frenético, que llevó el euríbor del 3,609% al 2,436% en 12 meses, o lo que es lo mismo, casi 1,2 puntos abajo, con algunos meses en los que el ahorro por hipoteca media al revisar la cuota superó los 1.500 euros anuales, parece imposible de repetir en 2025. Así lo señala Antonio Gallardo, experto económico de la asociación de usuarios financieros Asufin. “La bajada de 2025 va a ser mucho menor. Va a ser más pausada y con ciertos escalones, con varios meses en los que no habrá bajada e incluso puede darse el caso de una ligera subida. Hay mucha incertidumbre con lo que va a pasar con Estados Unidos y las elecciones alemanas. El euríbor ya había descontado unas bajadas importantes de tipos, e irá actuando según vaya el mercado. La senda a largo plazo es bajista, pero ni mucho menos con la misma potencia que en 2024″, defiende.
Simone Colombelli, director de Hipotecas de iAhorro, pronostica que como máximo el euríbor bajará otro punto porcentual, hasta el 1,5% o un poco menos. “Lleva unos meses en caída libre y esperamos que [la bajada] se modere un poco”, afirma. Para llegar a ese valor, sostiene que deben alcanzarse metas intermedias, situándose antes de junio en torno al 2%.
Los mensajes que traslade al mercado la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la rueda de prensa posterior a la reunión del banco de los próximos 29 y 30 de enero proporcionará nuevas pistas. Ese último día, Fráncfort acometerá, si no hay cambios de última hora, una nueva rebaja del precio del dinero de 25 puntos básicos —la quinta en seis reuniones—. Pasarán así del 3% al 2,75%, unos niveles que no se veían desde marzo de 2023, hace casi dos años.
Según el Banco de España, las entidades financieras concedieron 6.017 millones de euros en hipotecas el pasado noviembre, la cifra más elevada desde julio y la tercera más alta de 2024. El incremento respecto a octubre fue de 89 millones, pero crece hasta rozar los 1.000 millones si se compara con noviembre de 2023.