Debate en el BCE para publicar un informe que revela que los bancos de EE UU cuentan con más capital que los europeos
Los bancos vienen presionando al supervisor para que establezca normas más laxas que permitan contar con más fondos disponibles
El Banco Central Europeo (BCE) está debatiendo si publicar un informe en el que se pone de manifiesto que los bancos estadounidenses cuentan con más capital que los europeos. El documento del banco central analiza qué sucedería con los requisitos de capital de los bancos de la UE si estuvieran sujetos a las actuales normas prudenciales de Estados Unidos. Los supervisores descubrieron que, para los bancos más grandes de la UE, la aplicación de las normas estadounidenses aumentaría sus niveles mínimos de capital en un porcentaje de dos dígitos, según informa el diario Financial Times.
Cada año, el BCE realiza su ejercicio de evaluación supervisora (SREP, por sus siglas en inglés) en el que determina los niveles de capital mínimos con los que debe contar cada banco de la Unión Europea. Esos niveles mínimos de capital se establecen en función de los riesgos de cada entidad, por ello para cada banco las exigencias son diferentes. El objetivo es que los bancos cuenten con suficientes fondos propios para absorber potenciales pérdidas. Además, los bancos más grandes, tanto de la UE y como de EE UU tienen que cumplir requisitos de capital adicionales en función de su importancia sistémica y del impacto que su colapso podría tener sobre el sistema financiero.
En Estados Unidos, los niveles mínimos de capital para los bancos más grandes incluyen un colchón que refleja los resultados de las pruebas de estrés anuales que hace el supervisor (la Reserva Federal) y un recargo adicional basado en su importancia sistémica, además de los requisitos básicos, basados en el nivel de riesgo particular de cada banco. La conclusión final del informe es que si se aplicaran los mismos requisitos, las entidades europeas deberían aumentar sus reservas.
Algunos altos directivos del BCE están presionando para que se publique el informe, o al menos algunas de sus conclusiones, para contrarrestar la presión del sector bancario para diluir las normas del acuerdo de Basilea sobre los requisitos globales de capital en el sector que implicarían para algunos bancos aumentar sus reservas. El llamado paquete Basilea III es una revisión de la regulación bancaria acordada por supervisores de todo el mundo a raíz de la crisis financiera de 2008. Entre otras medidas, implicará la limitación de los bancos para usar modelos propios a la hora de calcular sus riesgos, ya que de alguna forma podrían estar subestimando algunos focos de peligro y en consecuencia sus balances pueden parecer más sólidos de lo que realmente son.
Para medir los riesgos que tienen en sus activos, los bancos pueden utilizar un modelo estándar en el que los parámetros vienen dados por la regulación o unos modelos internos en el que cada banco los calcula bajo sus propios criterios. Entre los organismos supervisores existía una sensación de que algunas entidades habían hecho un uso bastante agresivo de esos modelos internos para considerar menos riesgos de los que realmente tienen y así reducir el capital que tiene que mantener para cubrirlos. De forma que en la normativa de Basilea III se acordó limitar esos modelos. En el caso de los bancos españoles, esta medida no afectaría en exceso, ya que las entidades domésticas ya utilizan los modelos estándar desde hace años.
De todas formas, tampoco está claro que los resultados de ese informe se vayan a publicar. Algunos directivos del BCE se muestran reacios a publicar las conclusiones porque se basan en varias hipótesis que seguramente serán cuestionadas por el sector bancario. Y algunas voces en Fráncfort consideran que se podría crear una disputa contraproducente entre los bancos y los supervisores.
En realidad no es la primera disputa en los últimos años entre banca y BCE por el capital. Mientras las entidades buscaban aprovechar los beneficios récord para repartir dividendos y hacer recompras de acciones, los supervisores pedían prudencia y que destinasen esas ganancias a reforzar sus colchones. Las reservas obligatorias implican que ese dinero no puede salir de banco en ningún momento, por lo que si las exigencias aumentan, las entidades contarían con menos capacidad para conceder nuevos créditos, realizar nuevas operaciones o remunerar a los accionistas.