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El Santander aprueba con buena nota los test de estrés de la Reserva Federal

El banco central considera que la banca estadounidense está preparada para hacer frente a una hipotética recesión

Una oficina del Santander en Filadelfia.
Una oficina del Santander en Filadelfia.
Miguel Jiménez

La filial del Banco Santander en Estados Unidos estaría bien preparada para capear una hipotética recesión grave, según los resultados de los test de estrés publicados este miércoles por la Reserva Federal. En un escenario adverso, el coeficiente de capital principal del Santander en Estados Unidos se situaría en el 10,1%, esto es, el noveno puesto más alto de las 31 entidades analizadas en las pruebas, que tienen carácter anual, pese a que en la actualidad ocupa el puesto 13º por solvencia de ese grupo. En general, el examen a la banca realizado por el supervisor muestra que los grandes bancos sufrirían mayores pérdidas que las que se calculaba el año anterior, pero que aun así están bien preparados para hacer frente a una crisis económica y mantenerse por encima de los requisitos mínimos de capital.

“La prueba de resistencia de este año muestra que los grandes bancos disponen de capital suficiente para hacer frente a un escenario de gran tensión y cumplir sus coeficientes mínimos de capital”, declaró Michael S. Barr, vicepresidente de Supervisión de la Reserva Federal a través de un comunicado. “Aunque la severidad de la prueba de resistencia de este año es similar a la del año pasado, la prueba dio lugar a mayores pérdidas porque los balances de los bancos son algo más arriesgados y los gastos más elevados. El objetivo de nuestra prueba es ayudar a garantizar que los bancos tengan suficiente capital para absorber pérdidas en un escenario de gran tensión. Esta prueba demuestra que lo tienen”, añadió.

La prueba de resistencia del Consejo es una herramienta para ayudar a garantizar que los grandes bancos puedan sostener la economía durante las recesiones. La prueba evalúa la capacidad de resistencia de los grandes bancos estimando sus niveles de capital, pérdidas, ingresos y gastos en un escenario hipotético de recesión y crisis de los mercados financieros, utilizando los datos de los bancos a finales del año pasado.

Los 31 bancos sometidos a la prueba se mantuvieron por encima de sus requisitos mínimos de capital de nivel 1 del capital ordinario (CET1) durante la hipotética recesión, tras absorber pérdidas hipotéticas totales previstas de casi 685.000 millones de dólares. En situaciones de tensión, se prevé que el coeficiente de capital principal de primer nivel (CET1) agregado —que proporciona un colchón frente a las pérdidas— disminuya en 2,8 puntos porcentuales, del 12,7% al 9,9%. Aunque se trata de un descenso mayor que el del año pasado, está dentro del rango de las recientes pruebas de resistencia.

Pérdidas crediticias

En el caso del Santander, esa ratio pasaría del 12,4% al 10,1%, según los resultados detallados. De ese modo, absorbería mejor el impacto y se quedaría con una solvencia superior a la media. El banco es el 13º por solvencia (mayor nivel de capital principal de primer nivel) de esos 31 en la actualidad, pero tras un hipotético escenario de recesión grave quedaría como el noveno. En sus números se contempla que ante una crisis económica severa pudiera sufrir pérdidas de unos 1.500 millones de dólares en dos años, al superar los deterioros crediticios (7.800 millones) al resultado antes de provisiones (6.200 millones). El punto débil del banco es que sufriría unas pérdidas crediticias en proporción al tamaño de su cartera entre las más altas (el 11,8%), penalizado por el negocio de consumo y de tarjetas de crédito.

Entre los grandes bancos estadounidenses, el mayor de todos ellos, JPMorgan, pasaría del 15% a un mínimo del 12,5%; Bank of America descendería del 11,8% al 9,1%; Citi bajaría del 13,4% al 9,7%; Goldman Sachs sufriría un severo impacto que lo llevaría del 14,4 al 8,5%, Morgan Stanley retrocedería del 15,2% al 10,6% y el que se quedaría con un nivel de capital menor de todos ellos sería Wells Fargo, al pasar del 11,4% al 8,1%. La mejor nota corresponde a Charles Schwab, que mejoraría su solvencia del 24,5% al 25,2%.

Aunque todos los bancos aprueban, algunos verían caer su capital hasta cotas más bajas. BMO, filial estadounidense con sede en Chicago de Bank of Montreal retrocedería hasta el 5%; Citizens bajaría hasta el 6,5%; la filial de HSBC, al 6,7%; Ally, al 7,0%; US Bancorp, al 7,5%, y Capital One, al 7,6%, entre otros. El 4,5% marca el mínimo exigido.

El escenario contemplado incluye una grave recesión mundial con un descenso del 40% de los precios de los inmuebles comerciales, un aumento sustancial de las oficinas desocupadas y un descenso del 36% de los precios de la vivienda. La tasa de desempleo aumentaría casi 6,5 puntos porcentuales hasta un máximo del 10%, y la producción económica disminuiría proporcionalmente.

Entre las razones que explican el mayor descenso del capital en la prueba de este año, están los aumentos sustanciales de los saldos de las tarjetas de crédito de los bancos, que combinados con tasas de morosidad más elevadas, han dado lugar a mayores pérdidas previstas en las tarjetas de crédito. En segundo lugar, las carteras de crédito a empresas de los bancos se han vuelto más arriesgadas, lo que se refleja en parte en la rebaja de la calificación de sus propios préstamos, con el consiguiente aumento de las pérdidas previstas. Y el tercer factor destacado es que el aumento de los gastos y la disminución de los ingresos por comisiones en los últimos años han reducido los ingresos previstos para compensar las pérdidas.

Los casi 685.000 millones de dólares de pérdidas totales previstas incluyen 175.000 millones en pérdidas de tarjetas de crédito, 142.000 millones en pérdidas de préstamos comerciales e industriales y casi 80.000 millones en pérdidas de bienes inmuebles comerciales.

Tras la pequeña crisis bancaria del año pasado, en los test de estrés de este año la Reserva Federal ha realizado también un nuevo análisis exploratorio que incluye tensiones de financiación a todos los bancos examinados y tensiones de la cartera de negociación solo a los bancos más grandes y complejos.

Las dos fuentes de tensiones de financiación incluyen una rápida revalorización de los depósitos, combinada con una recesión más grave y otra menos grave. En cada caso, los grandes bancos se mantendrían por encima de los requisitos mínimos de capital en conjunto, con descensos del coeficiente de capital de 2,7 puntos porcentuales y 1,1 puntos porcentuales, respectivamente.

En las dos situaciones de tensión de la cartera de negociación, que incluían la quiebra de cinco grandes fondos de cobertura en diferentes condiciones de mercado, se prevé que los bancos más grandes y complejos pierdan entre 70.000 y 85.000 millones de dólares. Los resultados demostraron que estos bancos tienen una exposición importante a los fondos de cobertura, pero que pueden soportar distintos tipos de perturbaciones en la cartera de negociación.

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Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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