Alvise Lennkh-Yunus: “El bono de EE UU tendría que ir más allá del 5% para que salten las alarmas con el gobierno de Trump”
El director de ratings soberano de la agencia Scope sostiene que lo más importante para el mercado de deuda es que se preserve la independencia de la Fed. Mantiene su visión positiva para España pero prevé que la dana eleve el déficit público
El director de análisis de ratings públicos y soberanos de la agencia de calificación Scope, Alvise Lennkh-Yunus, tiene claro que la llegada al poder de Donald Trump en Estados Unidos supone un riesgo de cara al medio plazo para la deuda soberana del país. Reconoce que el futuro presidente tendrá a su favor el hecho de que el dólar es la divisa líder del mercado financiero global, lo que da sostén a su deuda soberana, pero advierte de que el déficit público y la carga de intereses de EE UU van a elevarse de forma preocupante si Trump pone en marcha lo prometido en campaña electoral.
Pregunta. ¿Cómo va a influir el mandato de Donald Trump en el perfil de riesgo soberano de EE UU? El mercado ya está tensionando la rentabilidad de los bonos.
Respuesta. Nosotros calificamos a Estados Unidos con un rating AA con perspectiva negativa, justamente por los riesgos que vemos. En caso de que los republicanos ganen también la Cámara de Representantes, que es lo más probable [la entrevista se realizó poco antes de concretarse este hecho], el riesgo de que haya una crisis sobre el techo de deuda es menor porque pueden sacar adelante los presupuestos sin el apoyo de los demócratas. Pero a medio plazo sí vemos dos riesgos importantes. El uno es el riesgo fiscal, Estados Unidos ya tiene un déficit de alrededor del 6% del PIB. Y según las promesas electorales que ha hecho Trump, esperamos un déficit alrededor del 8% en los próximos años. Además, y es también un riesgo para el medio plazo, el gasto en intereses de EE UU va a ser muchísimo más alto que el de cualquier país europeo e incluso Italia, y va a ser la tasa más alta desde los 80. Podría elevarse al 12% sobre los ingresos, cuando hasta el año 2022 ha rondado el 6% ó 7%. Vemos también un riesgo institucional, de politización de la justicia, que puede debilitar el marco institucional.
P. ¿Trump va a poner en riesgo la independencia de la Fed?
R. No, la independencia de la Fed es clave para la estabilidad financiera y para el rating de Estados Unidos. Aunque ahí también vemos la inconsistencia de ciertas políticas de Trump. Por un lado quiere introducir más impulso fiscal, que es inflacionista, y a la vez que la Fed baje los tipos de interés. Si los mercados perciben que la independencia de la Fed se ve disminuida porque no mantenga las tasas de interés al nivel que sea coherente con la tasa de inflación, eso podría llevar a un accidente. Obviamente, ahora estamos lejos de ese escenario.
P. ¿Y qué margen de maniobra tiene realmente Trump para aplicar sus políticas sin sacudir el mercado de deuda? Cuenta a su favor con el hecho de que el dólar es divisa reserva a nivel global.
R. La comparación entre Estados Unidos con lo que sucedió en Reino Unido y su deuda en 2022 con el recorte fiscal de Liz Truss es difícil, justamente porque Estados Unidos es único por la dimensión y el peso que tiene en los mercados financieros. Eso favorece mucho a Trump. La economía de momento es muy fuerte. Y la desregulación en el sector energético o la banca puede dar un empuje al crecimiento. El recorte fiscal a corto plazo también puede ser positivo. No está claro aún si de verdad va a introducir el arancel del 60% a todos los productos de China, y del 10% al 20% a todos los productos europeos. Creo que es el principio de una negociación y que tal vez serán menos, aunque en todo caso sí esperamos más aranceles, es una de sus promesas clave. Y una vez que tenga la mayoría en ambas cámaras lo puede hacer sin problema. Lo único que necesitará será convencer a los republicanos, a sus propios congresistas.
P. ¿Prevé oposición a algunas de sus políticas entre las filas republicanas?
R. En comparación con la primera presidencia de Trump, el Partido Republicano refleja más su política, su personalidad. Tiene menos oposición dentro del partido. Pero puede que sí haya ciertos republicanos, y también en su círculo más próximo, que le insistan en que el déficit no puede crecer mucho más, ante lo que tiene la opción de reducir el gasto. También hay gobernadores republicanos que saben que se benefician, por ejemplo, de los subsidios a las renovables y en ese sentido puede que haya tensiones.
P. ¿Cuál es el nivel de rentabilidad del bono que puede hacer saltar las alarmas? ¿El 5% se podría alcanzar pronto?
R. No sé cómo va a reaccionar el mercado, pero el nivel del 5% no es nuevo, ya lo hemos visto en el pasado. Debería ir más allá del 5% para que realmente haya un impacto, haya una alarma. Si llegamos a un nivel de 5% de forma gradual, no creo que vaya a ser un problema. Es más el riesgo es que haya un accidente, que se den varios cambios a la vez y haya una sorpresa. La independencia de la Fed es, probablemente, lo más importante.
En el contexto de las últimas crisis y de los riesgos que vienen, España está más protegida. El país más afectado por los aranceles de Trump es Alemania
P. ¿Qué hay de la zona euro? ¿Es posible que Trump precipite la recesión en esta región con su política proteccionista?
R. Trump llega en un momento en que los dos países claves en Europa, Francia y Alemania se encuentran en una situación política débil, con una fragmentación política bastante amplia y con ningún líder con un mandato para de verdad implementar reformas y hacer frente a Trump. Ese es el problema más importante porque no cabe duda que los aranceles son negativos. El país más afectado es Alemania, de forma directa como nación exportadora y también indirecta si hay una guerra comercial entre China y Estados Unidos, por el impacto en las cadenas de suministro. Es probable que no haya un nuevo gobierno en Alemania hasta el verano, y sin inversiones y ni estímulo fiscal en el país la situación va a ser difícil, también para el resto de la zona euro. Esperamos que Alemania siga estancada el año que viene.
P. ¿Ve más probable una recesión en la zona euro en 2025?
R. De momento no, aún no sabemos qué es lo que verdaderamente va a suceder con las políticas de Trump. También tenemos que tener en cuenta la posibilidad que el próximo gobierno alemán tenga un mandato para hacer reformas e invertir más. Si lo lidera Friedrich Merz, del partido conservador, es probable que maximice todo lo que pueda el margen de maniobra fiscal y eso puede tener un impacto positivo. Y del BCE tampoco esperamos más bajadas de tipos de interés tras el resultado de las elecciones en EE UU.
P. ¿Qué opina de España? ¿Cree que su economía está algo más protegida en este nuevo entorno?
R. Vemos a España con mejores ojos, en septiembre subimos su calificación. En el contexto de las últimas crisis y de los riesgos que vienen, está más protegida. El crecimiento ha sido más alto de lo que habíamos esperado y ciertas reformas laborales también han tenido un impacto positivo. Los fundamentales y competitividad externa están mejorando.
P. ¿Puede cambiar su visión el impacto económico de la dana en Valencia? ¿Está revisando sus previsiones por el desastre?
R. Vemos difícil que el déficit público vaya a descender al 3% este año. Revisamos al alza nuestra previsión para el déficit presupuestario de España hasta alrededor del 3,5% del PIB, desde el 2,8% anterior. Para 2025 esperamos un déficit alrededor del 3,0% del PIB, frente a la estimación anterior del 2,3%. Pero todo va a depender de la absorción de los fondos europeos y del crecimiento, que es más alto de lo que habíamos esperado. Y si los ingresos son más altos, el Tesoro no tiene que emitir más deuda. Aunque exista flexibilidad en la consolidación de las finanzas públicas, nuestra expectativa para los próximos años es la caída gradual de la deuda.