Rodrigo Buenaventura no renovará como presidente de la CNMV
Su cargo expiraba en diciembre pero podía haberse renovado por dos años. Ha sido nombrado secretario general de IOSCO
El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura, no renovará en el cargo para convertirse en el próximo secretario general de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO). El mandato de Buenaventura finaliza el próximo 16 de diciembre, aunque podía haberse renovado otros dos años según la normativa actual. El Gobierno deberá nombrar al nuevo responsable del supervisor a propuesta del ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
Tal y como ha informado el vigilante del mercado español, Buenaventura se incorporará a su nuevo cargo en IOSCO en las semanas siguientes a la finalización de su mandato en la CNMV. Mientras tanto, seguirá ejerciendo las funciones que tiene encomendadas con total normalidad, “asegurando el normal funcionamiento y la toma de decisiones de la CNMV”. A diferencia del cargo de presidente de IOSCO, que ostenta Jean-Paul Servais, responsable a su vez de la Autoridad de Mercados y Servicios Financieros (FSMA) belga, el cargo de secretario general del organismo es de carácter ejecutivo y no puede compatibilizarse. Según ha detallado la CNMV, este cargo “es una posición a tiempo completo y tiene la misión de dirigir el funcionamiento de la organización, representarla externamente y asesorar al Consejo y al presidente”. Se trata de un mandato, renovable, con una duración de tres años. Buenaventura apenas tendrá que desplazarse, pues la sede de IOSCO está en Madrid, a pocas manzanas de su despacho actual en la CNMV.
“Es un honor poder contribuir, una vez finalice mi mandato en CNMV, a la mejora de la supervisión y la regulación de los mercados financieros a través de la organización internacional más relevante en este ámbito. Este nombramiento es una muestra del buen hacer y el trabajo que la CNMV, que he tenido el privilegio de liderar estos cuatro años, ha desplegado en el plano supervisor y regulatorio a nivel internacional y que la sitúan como un organismo de primer nivel a escala global”, ha reconocido Buenaventura.
En los próximos días, Carlos Cuerpo deberá proponer al Gobierno un nuevo presidente del supervisor del mercado español. Posteriormente, el candidato deberá comparecer ante la Comisión de Asuntos Económicos del Congreso de los Diputados, que votará su nombramiento, y luego será nombrado por el Consejo de Ministros. De todos los presidentes que ha tenido la CNMV en sus 35 años de historia -está prevista la celebración de su aniversario este viernes- solo uno, Luis Carlos Croissier, renovó su mandato como presidente. Croissier fue el primer responsable del supervisor, puesto que ocupó entre 1988 y 1996.
La IOSCO agrupa a 130 comisiones de valores de todo el mundo, los cuales regulan y supervisan el 95% de los mercados financieros del mundo. Hasta ahora su secretario general era Tajinder Singh. Jean-Paul Servais ha asegurado que “es un gran placer dar la bienvenida a Rodrigo como nuevo secretario general de IOSCO, donde es conocido desde hace muchos años como un destacado regulador y líder”.
Buenaventura, Madrid (1968), fue nombrado presidente del regulador del mercado español en diciembre de 2020, a propuesta de Nadia Calviño y en sustitución de Sebastián Albella, quien estuvo al frente del supervisor entre 2016 y 2020 con Ana María Martínez-Pina como vicepresidenta. Albella, nombrado por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, no recibió el apoyo del Gobierno para continuar un segundo mandato. Después, en 2022, el Ejecutivo amplió de cuatro a seis años los mandatos de los miembros del consejo del supervisor, incluidos el presidente y vicepresidente, dentro de la reforma de la Ley del Mercado de Valores, equiparando así a este organismo con otros como el Banco de España o la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). La modificación se realizó a instancias del propio supervisor, que venía reclamando esta modificación para mejorar la independencia de los consejeros. A partir de entonces, los nuevos nombramientos del consejo tienen una duración de seis años, pero no cuentan con posibilidad de renovación. Los hasta entonces consejeros, es el caso de Buenaventura y de su vicepresidenta Montserrat Martínez Parera, podían renovar su mandato por un periodo máximo total de seis años.
La trayectoria del hasta ahora presidente del supervisor del mercado español está ligada a la CNMV. Buenaventura, Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid, el futuro secretario general de IOSCO, trabajó en el vigilante del mercado entre 2005 y 2011, primero como director de relaciones internacionales y posteriormente como director de mercados secundarios. Posteriormente ejerció como director de Mercados del coordinador de las comisiones europeas de valores, ESMA, para reincorporarse a la CNMV en 2017, primero como director de Mercados y posteriormente como presidente.
Trayectoria y frentes de batalla
Durante su etapa como presidente de la CNMV, Buenaventura ha acelerado la lucha contra los denominados chiringuitos financieros y logró la habilitación del Gobierno para vigilar la publicidad sobre los criptoactivos desde 2022. Bajo su mandato, el Ejecutivo ha reformado la Ley de los Mercados de Valores y de los Servicios de Inversión, para reforzar la transparencia y la protección de los inversores y simplificar las emisiones de deuda. Pese al empeño por rebajar las tasas a los emisores y hacer más simple el proceso, la CNMV ha perdido en este tiempo la batalla por recuperar a los grandes emisores, que optaron tiempo atrás por acudir a Dublín o Fráncfort para colocar deuda. Tampoco ha logrado, en consonancia con el Ministerio de Economía, atraer a las firmas financieras que por el Brexit tuvieron que implantarse en suelo europeo. En el proceso de deslocalización de oficinas y trabajadores de la City londinense, Fráncfort, Dublín y París tomaron la delantera a Madrid.
En el terreno corporativo, Rodrigo Buenaventura ha tenido que lidiar con la decisión de Ferrovial de mudar su sede fiscal a los Países Bajos para desde allí iniciar los trámites para cotizar en Estados Unidos. Pero más allá de esta polémica y del rechazo mostrado por el Gobierno de coalición, en estos cuatro años el supervisor se ha visto inmerso en varias polémicas, como la decisión de no obligar a Minor a lanzar una opa de exclusión sobre NH, o su investigación sobre Grifols tras las acusaciones vertidas sobre la contabilidad de la compañía por Gotham. Para su sucesor queda la aprobación o no de la opa de BBVA sobre Sabadell, pendiente aún del veredicto de la CNMC. En octubre aseveró que al tratarse de un intercambio de acciones y no contraprestación en efectivo, la oferta es de una mayor complejidad y el pequeño inversor debe conocer sus riesgos. Con todo, no se ha visto envuelto por casos de mayor alcance e impacto político como la crisis de Banco Popular, la quiebra de Bankia o las opas sobre Endesa, que sí salpicaron a algunos de sus predecesores.
En el frente político, Buenaventura se ha diferenciado de su predecesor en el cargo, Sebastián Albella, al haber esquivado los choques con el Gobierno, más allá de sus reclamaciones para dotar al supervisor de mayor independencia económica y plantilla (objetivo que se tradujo en una oferta de empleo récord) para poder hacer frente a nuevos retos como la entrada en vigor de la directiva europea sobre criptoactivos, MiCA. El aún presidente de la CNMV se ha mostrado en estos años un firme defensor de la Unión del Mercado de Capitales para mejorar el mercado de capitales europeo e impulsar la visión a largo plazo de los ahorradores europeos. Y queda en el aire, también, la propuesta de Mario Draghi para reforzar los poderes a la ESMA de modo que las grandes cotizadas europeas y los principales mercados estén sujetos a la misma supervisión. Una idea que no ha sido acogida con entusiasmo entre los organismos de los países.