La Bolsa no me renta: la generación Z espera un retorno anual del 4,5% frente al 6,8% de sus abuelos
Un informe de UBS analiza la evolución de los mercados bursátiles desde hace 120 años y su correlación con otros activos
“Cuanto más echas la vista atrás, más lejos podrás mirar al futuro”. Esta cita de Wiston Churchill es el frontispicio del colosal trabajo de investigación realizado por el profesor Paul Marsh, de la London Business School, para analizar la rentabilidad de Bolsa, bonos y deuda corporativa, en todo el mundo, a lo largo de más de 100 años. En este magno estudio, el Global Investment Returns Yearbook, está patrocinado por el banco suizo UBS y muestra que la rentabilidad de los activos financieros, parece que cada vez es menor.
De acuerdo con los autores de este trabajo, la generación del Baby Boom (que coincide aproximadamente con los actuales jubilados) ha logrado una rentabilidad media anual del 6,8% con sus inversiones en Bolsa. En cambio, la generación Z (muchos ellos con abuelos boomers) podrían esperar un retorno medio en renta variable del 4,5%.
Marsh, autor del estudio, reconoce que estas no son “sino proyecciones estadísticas, no tratamos de adivinar el futuro”. La estimación para los próximos años depende de lo ocurrido en los anteriores. De hecho, tras el nefasto ejercicio 2022 “la previsión que dimos entonces de retorno de la Bolsa para las nuevas generaciones era solo del 2,5% anual”. Con todo, si que reconoce que la tendencia parece a la baja.
Estas rentabilidades pasadas y estimadas son en términos reales. Esto es, descontando las subidas de precios. Por eso los datos de 2022 fueron tan malos, porque a la caída de la Bolsa se sumó un fuerte repunte de la inflación.
La generación Boom, que vivió un periodo de crecimiento económico sin precedentes, tras la Segunda Guerra Mundial, así como un impulso nunca visto del comercio internacional, también logró beneficiarse de una mayor rentabilidad en la deuda soberana. En concreto, del 3% anual (también, tras descontar el encarecimiento de la vida). La generación Z, en cambio, tendrá que conformarse con un 2%.
Hay que recordar que estas rentabilidades son para el conjunto de acciones y bonos de todo el mundo, donde el peso de Estados Unidos (con sus buenos retornos) es muy significativo. En Bolsa, el 60,5% de la capitalización bursátil global corresponde a empresas cotizadas en Norteamérica. Cuando se analizan otros mercados locales, los rendimientos son bastante menores. En España, por ejemplo, la rentabilidad media real de la Bolsa desde 1900 ha sido solo del 3,5%. Y la de los bonos del 1,6%.
El autor del estudio, Paul Marsh, recuerda que la mejor forma para conseguir mejorar la rentabilidad a largo plazo de las inversiones “es tener una adecuada diversificación, tanto por tipo de activos como geográfica”. Marsh apunta que en el caso de la deuda corporativa de máxima calidad “ha ofrecido una prima de riesgo de significativa sobre la deuda pública equivalente a alrededor de un punto porcentual al año”. Y la prima de los bonos corporativo con más riesgo (high yield) es de unos dos puntos porcentuales superior a esta cifra.
En términos absolutos, un dólar invertido en 1900 en deuda del Tesoro de Estados Unidos se habría convertido en 248 dólares en 2023, mientras que si se hubiera destinado a deuda corporativa se habrían logrado 629 dólares.
Mejor en momentos de bajadas de tipos
Otra de las conclusiones del estudio es que la mayor parte de la rentabilidad de los activos a largo plazo se consigue durante los ciclos de bajadas de tipos de interés. En los últimos 100 años, los mercados de Estados Unidos vivieron durante el 45% del periodo ciclos alcistas de los tipos de interés y el resto en ciclos bajistas. La rentabilidad anualizada de la Bolsa y los bonos estadounidenses fue del 9,4% y el 3,6%, en los ciclos de relajación monetaria, frente con solo el 3,6% y el -0,3% cuando la Reserva Federal está subiendo tipos. Los datos del Reino Unido desde 1930 revelan un patrón similar.
Dan Dowd, responsable de investigación global de la división de banca de inversión de UBS recuerda que “debido al resurgimiento de la inflación y la consiguiente respuesta en forma de política monetaria de los bancos centrales, la perspectiva histórica se ha convertido en algo crucial para orientarse con éxito por el ámbito de la inversión y, en este sentido, el anuario aporta un valioso marco para abordar cuestiones contemporáneas bajo el prisma de la historia financiera.
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