Bank of America sitúa la primera bajada de tipos del BCE en junio, tres meses después que el recorte de la Fed
Prevé que un precio para el crudo en los 90 dólares, que se dispararía a 130 en el caso extremo por una escalada bélica en Oriente Próximo
El próximo año será un ejercicio de desaceleración y bajadas de tipos. Así lo prevén en Bank of America, donde confían en un aterrizaje suave de la economía global después de la acelerada subida de tipos iniciada en 2022 y donde apuntan a un petróleo más caro, entorno a los 90 dólares, pero sin llegar a ser una amenaza para el crecimiento ni para una inflación en descenso. En este contexto, la Fed bajará los tipos en marzo, antes que el BCE, que comenzaría en junio un ciclo de recortes que se acelerará en los meses posteriores.
“El BCE ha hecho demasiado y bajará los tipos demasiado tarde”, señaló hoy en una presentación Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa. Su previsión es que la inflación en la zona euro ya habrá descendido al objetivo del 2% del banco central en la segunda mitad de 2024, mientras que el crecimiento estimado para la región es del 0,5% el próximo año, con estancamiento en los próximos trimestres, y del 1,2% en 2025.
Bank of America contempla que el BCE no bajará los tipos hasta junio del próximo año, una vez tenga completa seguridad de que los salarios no han aumentado más de lo previsto y de que, tal y como aguarda la autoridad monetaria, las empresas hayan repercutido esas alzas salariales contra sus márgenes de negocio y no causando un nuevo incremento de los precios de venta de sus productos. A partir de junio, los recortes de tipos comenzarán a apresurarse y Bank of America estima que la facilidad de depósito haya retrocedido al 2% a mediados de 2025, desde el 4% actual.
En el escenario que maneja el banco estadounidense, la Fed recortará tipos antes que el BCE, tan pronto como el próximo marzo. Será el inicio de una senda de recortes muy gradual, mientras la economía crecerá al 1,8% en 2024 y también en 2025, de acuerdo a las estimaciones de Bank of America.
Para España, la previsión es de un crecimiento en 2024 del 1,2% y del 1,5% en 2025, de nuevo superior al del conjunto de la zona euro y gracias en gran medida al impulso de los fondos Next Generation. El comportamiento de la prima de riesgo española el próximo año será “favorable”, apunta Segura-Cayuela, aunque sin olvidar el “frágil equilibrio” de la deuda soberana. Así, el mercado ya ha descontado en las últimas tres semanas el efecto del recorte de tipos que se espera para todo 2024, pero sigue sin haber certidumbre sobre cómo serán las reglas fiscales en la zona euro. “Hay suficiente demanda en el mercado para seguir apoyando las emisiones de deuda y los Tesoros han alargado el vencimiento medio, pero a cinco años vista hace falta un plan de consolidación fiscal creíble”, advierte.
En las perspectivas de Bank of America, el descenso de tipos de interés y una mayor debilidad del dólar favorecerán el precio de los metales preciosos, con una estimación para el oro de 2.400 dólares la onza. Para el petróleo, contemplan un precio para el barril brent de 90 dólares el próximo año, desde el entorno actual inferior a los 80 dólares. “Creemos que el mercado del crudo puede estar siendo demasiado optimista sobre los recientes acontecimientos en Oriente Próximo. La dependencia de las economías asiáticas del petróleo que fluye por el Estrecho de Ormuz es enorme. Y aunque esperamos un mercado mundial del petróleo relativamente equilibrado en 2024, tras experimentar importantes déficits en el segundo semestre de 2023, creemos que los precios se mantendrán en torno a los 90 dólares por barril durante los próximos 12 meses, incluso si se contiene el conflicto entre Israel y Palestina”, explica el responsable global de materias primas y derivados de Bank of America, Francisco Blanch.
Cualquier escalada bélica en Oriente Próximo podría desencadenar un salto a los 130 dólares, aunque no es el escenario central para Bank of America. La firma no prevé una gran presión al alza para el petróleo, a menos que Rusia recortara con fuerza su producción. Pero es un supuesto poco probable ya que tanto Rusia como Arabia Saudí están interesadas en un precio del crudo más elevado y afrontan el reto de una producción cada vez mayor por parte de EE UU. “Estados Unidos puede ofertar más producción de petróleo llegado el caso. En la actualidad ya casi produce tanto como Rusia y Arabia Saudí juntos”, señala Blanch.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días