Un ‘rally’ bursátil para el sector de defensa que amenaza con ser estructural
Las principales compañías ganan en Bolsa más de 30.000 millones desde el inicio de la guerra en Israel y Gaza. Los expertos creen que el alza no será puntual ante la creciente demanda de armas
Las imágenes que llegan desde Oriente Medio están conmoviendo al mundo en estas últimas semanas. Atrocidades como el bombardeo de un hospital en Gaza han recrudecido aún más un conflicto que ya ha causado miles de muertos. Los últimos datos disponibles apuntan a que en los primeros 11 días de conflicto murieron más de 1.000 menores, es decir, uno cada 15 minutos. Mientras el mundo de la política y la opinión pública decide de qué lado de la historia alinearse, los mercados aguantan pese al riesgo geopolítico y mantienen el aliento a la espera de evaluar los resultados corporativos y comprobar la escalada en el conflicto, que podría llegar a involucrar a otros países como Irán o Siria. Pero hay un sector que sin duda se ve beneficiado por esta nueva guerra: el de defensa.
Desde el pasado 7 de octubre, cuando Hamás atacó por sorpresa a Israel, el índice Stoxx Europe Total Market Aerospace & Defense, que incluye varias compañías del sector tanto europeas como estadounidenses, ha alcanzado máximos históricos. Asimismo, el GS EU Defense, una cesta de firmas europeas con exposición a la defensa seleccionadas por el Global Investment Research, avanza un 8% desde el estallido del conflicto y también está en niveles récord. Si se mira más atrás, es decir, desde febrero de 2022 cuando empezó la invasión Rusia en Ucrania, repunta un 87%.
Las empresas estadounidenses de defensa son las más beneficiadas, aunque las europeas también han avanzado en estas dos semanas. La norteamericana Northrop Grumman fue la que más avanzó, con una subida del 16% junto con Lockheed Martin, que se anotó un 12%. General Dynamics, en cambio, subió un 7,9%. En el mercado europeo, Rheinmetall, el famoso fabricante de tanques Leopard, también se anota una subida de dos dígitos (11,4%), mientras Hensoldt, especializada en la fabricación de sensores para aplicaciones civiles y militares, sube un 8,5%. Asimismo, la italiana Leonardo, la sueca Saab, la británica Thales y la alemana Dassault suben entre un 5% y un 8%. Entre todas, estos ascensos les han permitido ganar 30.176 millones de euros de capitalización bursátil desde el estallido del conflicto el pasado 7 de octubre. Desde febrero de 2022, desde el inicio de la guerra en Ucrania, estas firmas han ganado casi 71.000 millones en Bolsa.
El hecho de que el sector de defensa se beneficie del recrudecimiento de las tensiones y de los conflictos armados no es novedad. Sin embargo, los expertos debaten sobre si el rally alcista que están experimentando estos valores se prolongará en el tiempo o si se desvanecerá. Los grandes repuntes que se han registrado en las Bolsas el día después del conflicto no se han vuelto a repetir. De hecho, tal y como ocurrió con el estallido de la guerra en Ucrania, la primera reacción tiene un fuerte componente especulativo. Pese a corregir las subidas, los principales valores siguen ganando. Joaquín Robles, analista de XTB, explica que ante este tipo de eventos hay dos escenarios. Por un lado, los inversores descuentan una escalada de las tensiones o una duración larga del conflicto, lo que impulsa los ingresos de la compañía. Por el otro, “también suele ocurrir que se evaporen estas subidas cuando se relaja la situación”, explica.
Lo cierto es que las tensiones geopolíticas actuales, así como la guerra en Ucrania que se acerca ya a cumplir dos años, confirman que la carrera armamentística sigue estando entre los objetivos de los países. Tras la invasión rusa, los miembros de la OTAN se comprometieron a elevar sus presupuestos de defensa, no solo en caso de guerra, sino también para hacer frente a delitos como los ciberataques y al terrorismo. Por ello, muchos gestores consideran que el rally alcista de estas firmas podría durar.
Víctor Morales, gestor de renta variable global de Trea AM, considera que la demanda de armas va a ser estructural y que se reflejará en los resultados y en las previsiones que las compañías presentarán en las próximas semanas. “Hay que ver si los resultados son tan buenos como está descontando el mercado, pero van a ser mejores por los crecimientos más altos que el sector ha tenido en los últimos 10 o 15 años”, explica. Si bien el crecimiento será generalizado en todo el sector, Morales distingue entre dos tipos de compañías. Por un lado, las que fabrican productos para la “guerra tradicional”, como Rheinmetall, por el otro, las que se enfocan a la “guerra 4.0″, como Hensoldt. “Parece que los nuevos conflictos van a ir por ese camino. La demanda de misiles dirigidos y de drones va a experimentar un mayor crecimiento”, destaca el experto.
Los analistas de Goldman Sachs corroboran esta lectura. La firma estadounidense pone como ejemplo a Elbit, una empresa de defensa con sede en Israel. El 20% de sus ventas provienen del país de Oriente Medio, el 30% de EE UU, un 25% de Europa y el restante 25% de Asia. Las previsiones de esta compañía, que cotiza en Tel Aviv y en el Nasdaq, incluyen un mayor gasto en inteligencia y en operaciones especiales.
Pese a las subidas en Bolsa y el potencial de crecimiento que el mercado da a estas empresas, también hay matices. Por un lado, Joaquín Robles, de XTB, considera que las valoraciones de estas firmas ya se encuentran sobre la media histórica. Por otro, los analistas de Barclays destacan que hay una amplia disparidad en la valoración dentro del sector y señalan que hay compañías que cotizan con un descuento del 10%-20% con respecto al mercado.
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