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El Ibex avanza un 2% semanal pero se le resiste la barrera de los 9.500 puntos

Las Bolsas europeas se mueven con signo mixto en el comienzo de la temporada de resultados

Mapa
Belén Trincado Aznar

El optimismo regresa al mercado. La moderación de los precios y las expectativas de que la Reserva Federal rebaje el tono sirvieron de revulsivo a unas Bolsas que tras los ascensos del primer semestre empiezan a enviar señales de sobrecalentamiento. Las valoraciones están muy ajustadas y prolongar el rally se antoja complicado. Pero esto no impidió que los inversores optaran por ver el vaso medio lleno. Aunque la primera oleada de resultados de la gran banca de EE UU confirman la capacidad de recuperación de la economía, el Ibex no logró pleno de subidas en la semana. La caída de Fluidra (-8,8%) el viernes por el temor a un descenso de la demanda en EE UU contribuyó al retroceso del 0,43% del selectivo. Este tropiezo no impidió a la Bolsa española avanzar un 2,05% en las últimas cinco jornadas, hasta los 9.438,3 puntos. El reto más inmediato pasa ahora por recuperar la barrera de los 9.500 puntos.

Junto al fabricante de piscinas, Repsol (-3,03%), Bankinter (-2,96%) y Solaria (-2,42%) lideraron las pérdidas. En el lado opuesto se situaron cotizadas con un marcado perfil defensivo como Rovi (3,67%), Logista (0,81%) y Ferrovial (1,5%). Las entidades españolas no consiguieron sumarse a la corriente alcista con la que Citi, Wells Fargo y JP Morgan recibieron las cuentas. Además de Bankinter, Santander cedió un 0,86%; BBVA, un 0,17%; CaixaBank, un 0,29%; Sabadell, un 0,8% y Unicaja, un 1,22%.

A la espera de que la temporada de resultados vaya cogiendo ritmo, las referencias macroeconómicas acaparan las miradas. Por encima de todos los indicadores esta semana la inflación de EE UU ha sido gran protagonista. Aunque la tasa general cayó al 3%, el nivel más bajo desde marzo de 2021, sigue todavía por encima del objetivo del 2%. La moderación que muestra la escalada inflacionista fue refrendada el jueves por el índice de precios de la producción, que en junio subió un 0,1%, el menor avance desde 2020, un periodo marcado por la paralización de las economías.

Subida de tipos en EE UU

La menor presión sobre los precios ha llevado a los inversores a descontar un menor endurecimiento de la política monetaria en EE UU. Aunque el mercado no duda de que la Reserva Federal volverá a subir los tipos a finales de mes, algunos han empezado a descontar que esta será la última subida en lo que queda de año. Una idea de la que desconfían los analistas de Macroyield después de que Christopher Waller, miembro del banco central de

EE UU, asegurara que siguen siendo necesarias otras dos subidas de 25 puntos básicos antes de que finalice el año. “La fortaleza del mercado laboral y el sólido desempeño de la economía estadounidense dan margen para ajustar aún más las tasas”, remarcó Waller. No obstante, no quiso dar fechas concretas. Más allá del alza del próximo 26 de julio, Waller señaló que en la reunión de septiembre todas las posibilidades están abiertas, en sintonía con lo que vienen apuntando algunos miembros del BCE como su vicepresidente Luis de Guindos.

La posibilidad de que el alza de julio sea el último incremento de las tasas en EE UU lo que queda de año impulso las ganancias en las Bolsas y la renta variable. El Dax alemán avanzó un 3,2% en la semana mientras el Cac francés sumó un 3,69%; el Mib italiano, un 3,19% y el FTSE británico, un 2,45%. Los ascensos fueron generalizados. El MSCI global sumó un 3,5% en la semana, el mayor avance desde noviembre. Al cierre de los mercados europeos, Wall Street avanzaba más de un 2,5% con el S&P 500 y el Nasdaq rondando máximos de abril de 2022. Es decir, los inversores optaron por incrementar su apetito por el riesgo ante la posibilidad de que EE UU logre el ansiado aterrizaje suave. Es decir, lograr una desaceleración de la inflación sin provocar una recesión.

Los ascensos de las Bolsas se vieron ampliados por las caídas de las rentabilidades de la deuda. La posibilidad de que EE UU se aproxime al final del ciclo de subida de tipos se tradujo en descensos destacado de los rendimientos. La deuda a dos años, la más sensible al alza de las tasas, bajó 21 puntos básicos, el mayor descenso desde marzo hasta el 4,7%, a cierta distancia de los máximos de 2007 que tocó la semana pasada cuando superaba la barrera del 5%. La deuda con vencimiento en 2033 cedió 25 puntos básicos, hasta el 3,8%. Los descensos tuvieron su réplica en Europa. Aunque las presiones inflacionistas en la eurozona siguen siendo mayores y justifican más alzas, tal y como se desprende de las actas de la pasada reunión, la rentabilidad del bono español a 10 años bajó 15 puntos básicos, hasta el 3,5% con la deuda alemana al mismo plazo retrocediendo 13 puntos, hasta el 2,5%.

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