El atractivo de invertir en bonos de EE UU frente a Wall Street está en máximos de 16 años
Las subidas de tipos de interés han disparado la rentabilidad de toda la renta fija y quitado interés en la Bolsa
El dilema de si invertir en Bolsa o en bonos parece más decantado que nunca hacia estos últimos. Al menos, en Estados Unidos. Las subidas de tipos de interés han provocado que el cupón que ofrece la deuda del Tesoro norteamericano supere el 4% TAE en casi todos los plazos. En cambio, la rentabilidad potencial del S&P 500, el índice de referencia en EE UU, es de tan solo 5,3%. Hacía 16 años que no había una prima de riesgo tan baja por invertir en acciones.
La teoría inversora se basa en que destinar una parte de la cartera a renta variable compensa porque se obtiene una rentabilidad media muy superior a la que se consigue en la renta fija. En la primera, el mayor riesgo es que el valor de la cotizada se vaya a cero. En la segunda, que el emisor del bono no devuelva el dinero y se declare en quiebra, algo mucho más improbable.
Con todo, el actual proceso de subida acelerada de tipos de interés por parte de la Reserva Federal norteamericana –su banco central– ha trastocado muchos esquemas. El bono estadounidense a un año está pagando una rentabilidad del 5,26%, a 10 años del 3,8% y a 20 años del 4,15%. Con estas cifras, ¿quién quiere Bolsa entre sus activos?
Todo depende de cuánta rentabilidad se espera que aporte la inversión acciones. El retorno medio histórico del S&P 500 ha sido del 12% al año. Sin embargo, con una economía mundial en fase de ralentización, la mayoría de los inversores no esperan que la Bolsa de EE UU consiga tan buenos retornos en los próximos trimestres.
Los analistas utilizan una métrica para calibrar cuánto va a rentar la Bolsa. Hablan de la rentabilidad por beneficios, y mide qué retornos están implícitos al comparar las últimas ganancias y el precio de las acciones. Esa medida está ahora en el 5,3%, pero en los últimos 20 años casi siempre ha estado por encima del 6%.
No me renta
Igual que la prima de riesgo de España compara el bono español con el alemán para ver cuánto se está sobrepagando en este tipo de inversión, en la prima de riesgo de las acciones se compara la rentabilidad esperable con un activo libre de riesgo (que en este caso es el bono del Tesoro a 10 años). Y la conclusión es clara: no compensa el riesgo asumido.
Con todo, la lectura tampoco es tan evidente. Rafael Peña, gestor del fondo Olea Neutral, considera que “se trata de un ratio que hay que vigilar pero no es una señal de venta de Bolsa por fundamentales sino porque sube el coste de oportunidad y los resultados están siendo más resilientes de lo esperado”
Al general, la percepción por parte del mercado es que la renta variable no paga el riesgo asumido, y es mejor seguir sobreponderando en las carteras la parte dedicada a deuda soberana y corporativa.
El analista jefe de Morgan Stanley, Mike Wilson, entiende que las compañías de Wall Street ya se han revalorizado mucho este año (un 9,5%), un nivel que no es sostenible teniendo en cuenta la previsión de caídas de beneficios que se producirán por la ralentización económica que ya empieza a sentirse. “Lo que quiere decir el hecho de que la prima de riesgo de la Bolsa sea tan baja es que el mercado no termina de creer que los beneficios van a aguantar tan bien”.
Así se calcula la prima de riesgo de las acciones
- Precio/beneficios. Una de las variables financieras más utilizadas por los analistas bursátiles es el ratio entre el precio de las cotizadas y sus beneficios. El PER (por sus siglas en inglés) se puede interpretar como el número de años en que la empresa va a tardar en generar los beneficios equivalentes al precio que está pagando el inversor por el precio de la acción. Un PER 15 indica que en 15 años la empresa generará los beneficios para devolver el precio inicialmente pagado. Un PER alto puede significar que una empresa está muy sobrevalorada o que el mercado cree que los beneficios actuales son mucho más bajos de los que va a generar en el futuro.
- Rentabilidad potencial. Los analistas también utilizan la inversa del PER para analizar compañías, para su rentabilidad potencial. El indicador da una medida de lo cara o lo barata está la Bolsa en relación a las ganancias que están teniendo las compañías.
- Prima de riesgo de las acciones. El siguiente paso que dan los inversores es comparar la rentabilidad potencial de la renta variable con lo que ofrece el activo libre de riesgo, la deuda soberana. No es lo mismo que una empresa ofrezca una rentabilidad del 30% en Alemania a que lo haga una empresa basada en Turquía, donde la inflación está disparada y la rentabilidad de la deuda pública supera el 20%.
El dato de prima de riesgo de la renta variable de EE UU está en mínimos desde 2007 –con la excepción de un par de sesiones en marzo, en que estuvo también en esta horquilla de 123-130 puntos básicos. En cambio, en el caso de la Bolsa europea la prima de riesgo está en 680 puntos básicos.
En la Unión Europea y otros países del Viejo Continente, la política monetaria va con retraso respecto a la de la Reserva Federal (Fed), y las rentabilidades que ofrecen los bonos no son tan altas. El activo libre de riesgo, el bund alemán, ofrece un retorno del 2,44%, mientras que la rentabilidad esperada en el índice Stoxx 600 es del 9,2%.
Una de las consecuencias de esta disparidad entre bonos y acciones es que en los últimos meses ha entrado muchísimo dinero en los fondos de renta fija. Durante los últimos meses se han batido todos los récords de captación.
También está funcionando muy bien la inversión en deuda corporativa, la renta fija emitida por empresas. En los últimos meses ha disparado su retribución y muchos gestores de fondos multiactivos están prefiriendo comprar bonos de compañías de la máxima solvencia. Por ejemplo, los bonos de Apple están pagando un 6% de cupón anual, con un riesgo mínimo de quiebra.
La llave de esta situación la tiene la inflación. Si se modera, la Fed podría tener margen para empezar pronto a bajar los tipos de interés, lo que reduciría la rentabilidad de la deuda y podría animar a la Bolsa. Mientras los precios sigan disparados, la renta fija seguirá manteniendo su atractivo frente a la variable.
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