UBS tardará hasta cuatro años en digerir Credit Suisse y reducirá el peso de la banca de inversión por debajo del 25%
El presidente de la entidad admite que los accionistas no fueron consultados sobre el acuerdo durante el periodo previo al rescate
UBS ha librado este miércoles una pequeña batalla ante su junta general de accionistas. Durante varias horas el presidente del banco, Colm Kelleher, ha tenido que dar explicaciones respecto a la compra exprés de Credit Suisse, concretada el 19 de marzo sin la aprobación de los inversores. “No hubo tiempo” para consultas, “entiendo que no todas las partes interesadas de UBS y Credit Suisse estén satisfechas con este enfoque. Sin embargo, hasta las autoridades suizas consideraron esta solución como la más viable”, ha dicho a primera hora de la mañana. Kelleher ha reconocido que la integración con su máximo rival puede tardar de tres a cuatro años, excluyendo la liquidación del banco de inversión debido a que existe una “gran cantidad de riesgo en la integración de estos negocios”. No obstante, ha intentado calmar los ánimos diciendo que tienen este negocio bien enfocado y altamente competitivo, lo que “no ha cambiado con la adquisición de Credit Suisse. De hecho, reduciremos significativamente la cantidad de capital asignado al banco de inversión por debajo del 25% de los activos ponderados por riesgo”.
Kelleher ha considerado que la fusión con Credit Suisse servirá para acelerar sus planes de expansión con el fin de “atender la gran demanda” de sus servicios, y aunque han decidido suspender temporalmente su programa de recompra de acciones, se han comprometido a reanudarlo lo antes posible. Además, prevé que los inversores reciban una acción de UBS por cada 22,48 acciones de Credit Suisse que posean.
Por su parte, el vicepresidente del banco, Lukas Gähwiler, ha reconocido que habrá un entorno de gran incertidumbre hasta que se cierre el trato, lo que en el mejor de los casos sucederá en semanas, aunque considera posible que tome algunos meses. También ha abordado la posibilidad de una oleada de despidos. “Es demasiado pronto para especular sobre los puestos de trabajo, particularmente en Suiza. Ambos bancos deben continuar e integrarse en los próximos años. Esta es una tarea hercúlea que necesitará más personas en el corto plazo. A medio plazo, está claro que tenemos que sopesar varias opciones. Y también está claro que, a largo plazo, habrá sinergias.” ha remarcado en su discurso.
UBS acordó hace un par de semanas comprar a Credit Suisse por 3.000 millones de francos suizos -una cifra similar en euros- en una transacción histórica, después de años de escándalos y pérdidas que debilitaron al banco y lo llevaron al borde de la quiebra. El acuerdo, impulsado por el Gobierno, tenía como objetivo poner fin a una crisis que corría el riesgo de extenderse a los mercados financieros mundiales. Y como parte del trato, el Banco Nacional de Suiza acordó una inyección de liquidez por 100.000 millones de dólares (cerca de 93.000 millones de euros) y una valiosa garantía por 9.000 millones de francos suizos para las pérdidas en la cartera de crédito de Credit Suisse.
La transacción ha calmado a los mercados financieros, pero aún persisten dudas sobre su viabilidad. La Fiscalía suiza investiga si la transacción ha incumplido la ley y en la reunión de este miércoles, algunos accionistas de UBS han demostrado su preocupación ante la posibilidad de que una sola entidad domine la banca suiza. Los responsables de UBS han rechazado esas críticas argumentando que la firma combinada aún tendría que competir con decenas de bancos más pequeños.
También han recibido críticas por parte de ambientalistas, que han exigido a la junta dejar de hacer negocios con empresas de fracking que heredaría de Credit Suisse, un importante financiador de empresas de petróleo y gas. Kelleher ha salido a la defensa diciendo que UBS tiene una sólida estrategia climática y que ha progresado en su ambición de cero emisiones netas, pero los datos compilados por Bloomberg muestran que las acciones de UBS hasta ahora no son consistentes con alcanzar las cero emisiones.
En esta junta de accionistas también se ha dirigido al público Ralph Hamers, quien ha dejado de ser el CEO de UBS para ser sustituido por Sergio Ermotti, quien ha sido nuevamente contratado para dirigir la absorción de Credit Suisse. En su intervención, Hamers ha reconocido que la fusión ha traído nuevas prioridades para el banco y a eso se debe el cambio en la dirección. “Estoy convencido de que la fusión traerá consigo grandes oportunidades, se espera crear un negocio con más de cinco mil millones de dólares en activos totales invertidos”, ha dicho en su discurso.
Pese a los momentos de tensión, la junta de accionistas de UBS ha ido bastante mejor que la celebrada un día antes por Credit Suisse. La reelección de toda su junta directiva y la firma de los arreglos de compensación para el personal de alto nivel se llevó a cabo sin ningún tipo de protesta y con la mayoría de votos a favor. En contraste, cinco miembros de la dirección de Credit Suisse no se presentaron a reelección y el resto salió electo por la mínima. Además, los accionistas rechazaron abonar la retribución fija de la junta ejecutiva de 34 millones de francos suizos -una cifra similar en euros-, aunque aprobaron por la mínima (50,6%) la retribución del consejo de administración y el informe de remuneración de 2022. Por si fuera poco, el presidente de la entidad, Axel Lehmann, se tuvo que disculpar “por no detener el impacto de los escándalos heredados y contrarrestar los titulares negativos con hechos positivos. Al final, el banco no se pudo salvar”.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días