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Los ‘cocos’ que asustan al mercado también afectan a la banca española

Cuatro entidades han emitido este tipo de bonos, que cuentan con condiciones como las de Credit Suisse, no se convierten en acciones y podrían reducir a cero su valor, aunque los niveles de solvencia están lejos de eso

Cocos Gráfico Banca española
Belén Trincado Aznar

El diablo está en los detalles. Fue una línea en el rescate de Credit Suisse por UBS, que volatilizó 16.000 millones en bonos cocos sin tocar a los accionistas, la que puso contra las cuerdas al mercado de deuda bancaria el pasado lunes. Los cocos son un tipo de deuda que, cuando el capital de un banco cae de un nivel se convierten en acciones o pierden todo su valor. Los de Credit Suisse eran de este segundo tipo y también algunas emisiones de cuatro entidades españolas –Santander, Unicaja, Ibercaja y Abanca–, según rezan sus folletos.

Tras la anterior crisis, los reguladores financieros apremiaron a los bancos a construir murallas que los defendiesen de una crisis y permitiesen que, ante la quiebra de un banco, fuesen sus accionistas y bonistas los que soportasen las pérdidas y no se necesitase un rescate bancario. Establecieron un esquema, el llamado rescate interno o bail in, según el cual los primeros en absorber pérdidas serían los accionistas, seguidos de los dueños de bonos cocos y después los que tienen deuda subordinada y senior no preferente. Solo quedarían totalmente blindados la deuda garantizada y los depósitos de menos de 100.000 euros.

La solución acordada para Credit Suisse hacía saltar por los aires todo este esquema. Los dueños de los cocos perdieron toda su inversión, mientras que los accionistas recibieron 3.000 millones. El regulador suizo se amparó para ello en una cláusula de los bonos que permitiría volatilizar los instrumentos si el banco recibía ayudas públicas y UBS ha recibido 9.000 millones de francos suizos. Para permitirlo, el Estado helvético ha reformado de urgencia su normativa.

En esencia, los bonos cocos se dividen en dos tipos. La mayoría de ellos establecen que, como suele ocurrir en los híbridos, se convierten en acciones si la ratio de capital cae de un determinado valor. Otros pocos dicen que, ante determinadas circunstancias, directamente su valor se reduce a cero.

En este último grupo están los cocos de Credit Suisse y de cuatro bancos españoles, Santander, Unicaja, Abanca e Ibercaja. No obstante, los folletos de las entidades españolas solo incluyen esta opción si la ratio de capital CET1 cae de un umbral, una condición calcada en estos documentos y en los de la entidad helvética. No incluyen, por el contrario, la cláusula a la que se ha agarrado Suiza para liquidar los de Credit Suisse, que el banco recibe ayudas públicas.

En el caso del Banco Santander las emisiones afectadas son de su filial británica. Se trata de cuatro colocaciones de 2.200 millones de libras en cocos y todas ellas establecen que su valor se reduce a cero si el capital CET 1 de Santander UK cae del 7%. Sus niveles actualmente están por muy por encima de ese umbral.

Estas cláusulas son habituales también en la banca mediana española. Unicaja cuenta con ella en sus 500 millones vendidos en 2019; Abanca, en sus dos emisiones de 250 y 375 millones de 2018 y 2021, respectivamente. E Ibercaja en sus dos colocaciones de 2018 y 2023, por 350 millones cada una de ellas. En todos estos casos, los cocos perderían su valor si la ratio CET 1 cae del 5%.

Sobre el papel, estas cláusulas permiten que los dueños de los cocos vean volatilizada toda su inversión sin que los accionistas se vean afectados y sin que se active el proceso de rescate interno o bail in. No obstante, con un capital por debajo del 5% o del 7% la presión del mercado prácticamente abocaría a los bancos a una resolución. Fuentes próximas a uno de estos bancos añaden que la legislación española impide que los bonistas asuman pérdidas antes que los accionistas, pese a que los folletos indican lo contrario y no citan ningún punto concreto de la ley.

La mayor parte de los cocos no contemplan estas clausulas de liquidación de los instrumentos. Es reseñable que tres de las entidades no son cotizadas y tienen un solo accionista, por lo que estas clausulas serían una última protección de su propiedad. Santander UK está totalmente en manos de la matriz; Abanca, en las de Juan Carlos Escotet; e Ibercaja, en las de su fundación. Unicaja también tiene un accionista de referencia, su fundación.

Los bancos centrales han sido taxativos durante esta semana. Tanto el Banco Central Europeo como el Banco de Inglaterra han dejado negro sobre blanco que en ningún caso, si un banco tiene problemas, los dueños de bonos cocos asumirían pérdidas antes que los accionistas.

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Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.

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