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Cómo proteger la cartera de deuda de los bandazos de los tipos

Los plazos cortos, la deuda corporativa de gran calidad y acertar con los tiempos son la clave para apurar las ganancias durante este año

La fuerte corrección vivida por los mercados de renta fija en esta última parte del año, nos hace reflexionar sobre el comportamiento general de los mercados.
La fuerte corrección vivida por los mercados de renta fija en esta última parte del año, nos hace reflexionar sobre el comportamiento general de los mercados.
Nuria Salobral

La rápida subida de las rentabilidades de los bonos en las últimas semanas ha detenido en seco la marcha triunfal con que comenzó el año la renta fija. Los inversores ya asumen que los tipos de interés, tanto en la zona euro como en Estados Unidos, van a ser muy superiores a los que calculaban en enero. Y el momento de la esperada bajada del precio del dinero también va a tardar más de lo previsto en llegar. La inflación es recalcitrante y para combatirla, los bancos centrales van a seguir subiendo los tipos de interés. Hasta el 4% en la zona euro para la facilidad de depósito, desde el 2,5% actual, y hasta el 5,6% en EE UU, según descuenta el mercado.

El resultado de este nuevo escenario de tipos de interés está dejando otra vez pérdidas para la inversión: el precio de los bonos ha caído en pararelo al alza de su rentabilidad. Ese incremento de rentabilidades fue la causa de la debacle para la inversión en deuda de 2022. En febrero, los fondos de renta fija han registrado de nuevo números rojos a causa del repunte de las rentabilidades, con pérdidas del 0,33% y un balance plano para los monetarios, los que invierten en deuda a más corto plazo, según los datos de Inverco. ¿Cómo proteger entonces la cartera de deuda de los bandazos del mercado? ¿En qué medida puede haber pinchado la idea de que 2023 será un buen año para la renta fija? ¿Qué va a pasar con la rentabilidad de los fondos de deuda que se están vendiendo en avalancha en el inicio de año?

Las perspectivas para la inversión en renta fija son muy diferentes a las de 2022 y los gestores no ponen en duda que 2023 será un año de ganancias para este activo, aunque con volatilidad y sobresaltos por delante, como queda de manifiesto en las últimas semanas. E insisten en que la deuda a plazos más cortos y de mayor calidad crediticia es la mejor opción para consolidar las ganancias. “El año comenzó con demasiado optimismo, con la idea de que la inflación cedería y las bajadas de tipos podrían llegar al cierre del ejercicio. Pero los bancos centrales no han modificado la dureza de su discurso contra el alza de precios y el mercado, ahora ya sí, descuenta que el BCE llevará los tipos al 4% y la Fed, al 5,5% ó 5,75% incluso”, explica Salvador Jiménez, analista de AFI. En su opinión, 2023 será un año de rentabilidades positivas para la renta fija “aunque quizá ahora haya inversores con la sensación de haberse precipitado”.

La contratación de fondos de renta fija en el inicio de año está siendo apabullante, fruto de la búsqueda de rentabilidad que han emprendido los inversores más conservadores ante las alzas de tipos. En los dos primeros meses del año, las gestoras de fondos han captado 5.753 millones de euros en vehículos de inversión en deuda, que estos días sufren el primer sobresalto en su corta vida.

Remontar febrero

“Lo perdido en febrero lo recuperaremos”, asegura Rafael Valera, gestor y consejero delegado de Buy & Hold. Su fondo Buy & Hold Bonds, cien por cien de renta fija, se anota una ganancia en lo que va de año del 4%, con un posicionamiento ahora centrado en la deuda a corto plazo y en la deuda corporativa de calidad. Así, el peso de este tipo de deuda se acerca ya al 60% de la cartera y seguirá subiendo, según señala Valera, que ha incorporado a la cartera emisiones en euros de bancos con la máxima calificación financiera, como UBS o Wells Fargo. “Son emisiones con muy buen rating que pagan dos puntos más de rentabilidad que el bono soberano”, explica Valera.

El gran desafío para todo inversor en deuda es intentar anticipar hasta qué nivel van a subir los tipos de interés y en qué momento comenzarán a bajar pero ante la imposibilidad de acertar con la fecha, Valera prefiere activos con plazos cortos y “una cartera mucho más sólida que antes”. En su opinión, todavía es pronto para tomar posiciones en deuda a más largo plazo. Más aún cuando los bonos a dos o tres años ofrecen ahora una rentabilidad muy similar –superior incluso en el caso de EE UU–que la deuda a una década.

La volatilidad es inherente al mercado y la inflación ha demostrado tener una capacidad de sorpresa inagotable: aún sigue siendo muy incierto prever cuándo flaqueará. Los inversores en deuda ya tienen sin embargo un gran elemento a su favor, el cobro del cupón anual de los bonos, muy superior al que nadie podría haber imaginado hace un año. “Hace dos años, la TIR de un fondo de renta fija rondaba el 0,5% y ahora es del 4%. Los fondos han aguantado bien en febrero los últimos bandazos, el cupón ya es una garantía de rentabilidad”, defiende Gabriel Pañeda, director de renta fija de Mutuactivos.

Este gestor defiende que “está claro que no se iba a poder anualizar el retorno obtenido en enero. Esperamos en todo caso que sea muy buen año para la renta fija”. El Mutuafondo FI, el fondo de renta fija insignia de la gestora, podría según sus previsiones alcanzar un rendimiento del 4% este año, algo “completamente factible”. La gran parte de su cartera es deuda corporativa de calidad, una apuesta que también comparten en Dunas Capital. En esta gestora confían en que su fondo más conservador –el Dunas Valor Prudente, un mixto que ahora invierte el 90% en renta fija– arroje una rentabilidad este año cercana al 4%.

La renta fija es una parte básica en la estrategia multiactivo de Dunas Capital. La inversión en deuda es mayoritaria también en su fondo mixto de perfil más agresivo y acapara el 60% de la cartera. Los gestores no renuncian ni mucho menos a los bonos en su búsqueda de rentabilidad, con una unánime preferencia por la deuda corporativa. “Nos gustan especialmente los bonos de bancos de primera calidad crediticia, como Barclays, Santander o BBVA, con cupones anuales de entre el 4,5% y el 5% para plazos de tres a cuatro años”, explican en el equipo gestor de Dunas.

La importancia del momento

Frente a quien invirtiera en deuda a principios de año, el alza de rentabilidades de los activos de las últimas semanas, alimentada por la expectativa de un precio del dinero más caro de lo previsto, garantiza un cupón anual superior para quien lo haga ahora. Ha quedado patente en las últimas subastas de letras del Tesoro: en la de enero a un año la rentabilidad rozó el 3%, en febrero quedó en el 2,813% y en marzo ha subido al 3,295%, por primera vez desde 2012 por encima del 3%.

Para Víctor Alvargonzález, fundador de la firma de asesoramiento independiente Nextep Finance, la legión de pequeños ahorradores que ha estado contratando en los últimos meses fondos de inversión a vencimiento –habitualmente a un plazo de tres años y con una notable penalización por reembolso anticipado– bien puede sentirse decepcionada tras este último repunte de las rentabilidades de los bonos. “En el momento actual, lo más aconsejable para un ahorrador conservador es invertir ahora en letras a tres y seis meses y en fondos monetarios y pasar más adelante a un fondo de renta fija”, explica. En su opinión, muchos de los fondos que ha vendido la banca más recientemente “no están haciendo el proceso correcto” ni sacando el máximo provecho para el ahorrador de los tempos del mercado. Es decir, aprovechar los plazos más cortos para exprimir las subidas de rentabilidades y abandonarlos por plazos más largos una vez que se vea que han alcanzado techo, momento que no habría llegado aún. Menos todavía para la deuda soberana europea, donde el Banco Central Europeo está mucho más lejos que la Reserva Federal de haber alcanzado el punto máximo en sus subidas de tipos. Así, la segunda fase en la que exprimir rentabilidades en la inversión en deuda llegará cuando el precio de los bonos a más largo plazo comience a recuperarse, ya sin sobresaltos, al tiempo que los inversores se habrán asegurado un jugoso cobro de cupón.

Por el momento, la inversión más segura dentro del perfil conservador que implica la renta fija está en los plazos más cortos, como las letras del Tesoro. Los pequeños ahorradores bien lo saben, como revela su demanda en las subastas.

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Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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