La igualdad retributiva en el fútbol femenino: ¿utopía o exigencia de legalidad?
Lo que Yolanda Díaz persigue se encuentra inspirado por los principios de transparencia retributiva e igual retribución por trabajo de igual valor
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, a quien trabajamos y estudiamos el Derecho del Trabajo nos tiene acostumbrados a dar “bombazos”. Sin duda alguna, uno de estos ha sido su firme propuesta por investigar las diferencias retributivas de las futbolistas femeninas respecto de los masculinos. Una decisión que nace al calor del reciente Mundial de fútbol femenino conseguido por España, pero que ha de ser tomada con cautela por la dificultad estructural que impera en el sector.
Sin embargo, a vuelapluma no le falta razón, pues sus argumentos encajan perfectamente con la realidad de un conjunto normativo por el cual, a grandes rasgos, en cualquier trabajo ha de imperar una igualdad salarial. De este modo, en España tenemos, por un lado, el derecho a la igualdad entre mujeres y hombres y a la no discriminación reconocido en el artículo 14 de la Constitución Española (“los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”). Por otro lado, está el Estatuto de los Trabajadores, norma laboral básica que recoge en su artículo 28 que “el empresario está obligado a pagar por la prestación de un trabajo de igual valor la misma retribución, satisfecha directa o indirectamente, y cualquiera que sea la naturaleza de la misma, salarial o extrasalarial, sin que pueda producirse discriminación alguna por razón de sexo en ninguno de los elementos o condiciones de aquélla”. De igual forma, a nivel comunitario, todo lo anterior se refuerza con Directiva 2023/970, que subraya la aplicación del principio de igualdad de retribución por un mismo trabajo o trabajo de igual valor a través de medidas de transparencia retributiva y mecanismos para su cumplimiento.
Esta igualdad retributiva no es más que una manifestación del principio del derecho a la igualdad de trato y no discriminación entre mujeres y hombres. Dicho de otra forma, lo que Yolanda Díaz persigue se encuentra inspirado por los principios de transparencia retributiva e igual retribución por trabajo de igual valor.
Estaré expectante al comprobar cómo actúa la Inspección de Trabajo y de la Seguridad Social después del llamamiento de la ministra Yolanda Díaz. Me aventuro a afirmar que nuestros inspectores laborales empezarán a realizar auditorías retributivas con objeto de obtener la información necesaria para comprobar si el sistema retributivo de los clubes femeninos cumple con la aplicación efectiva del señalado principio de igualdad. Luego, también puede ser interesante apreciar cómo gradúan las sanciones por no cumplir con el principio de igualdad salarial. Uno de los criterios que pueden utilizar para esta graduación, sin duda, podría ser la cifra de negocio de la empresa o la plantilla afectada.
En virtud de lo antedicho, no es desacertado sostener que la máxima de “igual trabajo, igual salario” en el mundo del fútbol ha de ser un desiderátum. Puede ser utópico a día de hoy, pero dados los pasos gigantes que están consiguiendo nuestras futbolistas, puede ser una realidad en un futuro cercano. Me encantaría contar con una bola de cristal y leer la prensa deportiva para apreciar noticias de cómo hay clubes que fichan a futbolistas por auténticas millonadas. Eso querrá decir que lo generan. Ya no será tan extraño que veamos sueldos tan dispares entre una jugadora de fútbol y un jugador de fútbol.
Francisco Trujillo Pons, profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universitat Jaume I
