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Las cuatro jugadas de Ken Griffin para convertirse en el segundo inversor más rico del mundo

El fundador de Citadel acumula una fortuna de 37.000 millones de dólares, frente a los 135.000 millones de Warren Buffett

Kenneth C. Griffin
El gestor de 'hedge funds' Kenneth C. Griffin.ALLISON DINNER (EFE)
Miguel Moreno Mendieta

Es fácil perderse a la hora de calibrar fortunas. Kenneth C. Griffin (Daytona Beach, Florida, 1968) es el segundo inversor más rico del mundo, solo por detrás de Warren Buffett. De acuerdo con los cálculos de Forbes, la riqueza de Griffin asciende a 37.000 millones de dólares, frente a los 135.000 millones de Oráculo de Omaha. Ahora bien, Griffin ejerce más de rico. En su Florida natal, el inversor lleva desde 2012 comprando mansiones situadas en la zona más cara del país, Palm Beach. En total ha adquirido 13 propiedades colindantes. Por algunas de ellas ha pagado más de 100 millones de dólares. ¿Y qué ha hecho con estas fincas de lujo? Unirlas, derribar las construcciones previas y edificar una casa para su madre cuyo valor en mercado se estima que superará los 1.000 millones de dólares. La residencia más cara de Estados Unidos. Hace tres años, el hijo de Griffin se encaprichó con un ejemplar de la Constitución de Estados Unidos, de 1787, y le pidió a su padre que lo comprara. Dicho y hecho. Su padre pagó 43 millones de dólares.

La fortuna de Griffin se ha disparado en la última década, cuando ha multiplicado por seis los más de 6.000 millones de dólares que ya tenía acumulados en 2015. ¿Cómo es posible que alguien se haya enriquecido tanto? ¿Cuáles son las principales jugadas que ha realizado el inversor? Una de las claves ha sido la constancia. Desde que lanzó su propio fondo en 1999 ha logrado un rendimiento medio anual de casi el 20%, lo que duplica el retorno logrado por el índice S&P 500 de la Bolsa de Estados Unidos. En términos absolutos, ha generado para los partícipes de sus fondos 74.000 millones de dólares beneficios (8.000 millones solo el año pasado).

1. Apuestas bajistas durante el crac de 1987

Ken Griffin, criado en la ciudad de Boca Ratón (Florida), es hijo de un directivo de una empresa de materiales de construcción y director de proyectos en General Electrics. En 1986 empezó a estudiar en la Universidad de Harvard, donde hizo sus primeros pinitos en el mundo de la inversión. Tras leer un artículo que dudaba sobre la viabilidad de una nueva compañía, Home Shopping Network, compró unas opciones para apostar por su depreciación. Cuando esta llegó, ganó sus primeros 5.000 dólares.

Más tarde, logró el permiso para instalar una antena parabólica en el tejado de la residencia de estudiantes donde vivía para poder recibir las cotizaciones bursátiles en tiempo real directamente en su ordenador IBM. También invertía en el aún desconocido mercado de los bonos convertibles en acciones.

Con solo 19 años, empezó a gestionar el dinero de su abuela (que poseía granjas, una pequeña petrolera y una empresa de semillas), su dentista y algún amigo. En total, más de 265.000 dólares. Sus apuestas bajistas le permitieron ganar mucho dinero tras el famoso lunes negro de octubre de 1987. Dos años después de su graduación, Frank Meyer, propietario de Glenwood Capital de Chicago, le dejó un millón de dólares para invertir. Obtuvo un rendimiento del 70% en su primer año.

2. Un hedge fund brillante con solo 22 años

Su trayectoria como inversor universitario amateur llamó la atención de muchas firmas. En 1990, con solo 22 años, logró el respaldo de varios inversores institucionales para la creación de su hedge fund Citadel, con un patrimonio inicial de 4,6 millones de dólares. Los resultados de los dos primeros ejercicios fueron brillantes. Un 43% en 1991 y un 40% en 1992.

Durante la década de los 90, la firma creada por el joven Griffin aprovechó la quiebra del fondo de cobertura Long Term Capital Management tanto para hacer apuestas bursátiles muy rentables como para quedarse con parte de sus directivos. En esos primeros años, Citadel creció como la espuma. En una década, el gestor llegó a entrevistar a más de 5.000 candidatos para incorporarlos a su firma. Para el año 2000 ya gestionaban más de 1.000 millones de dólares.

3. Crea su propia firma de compraventa de valores

El negocio de la gestión de fondos de inversión libre iba viento en popa para Ken Griffin en los 2000, cuando también pudo aprovecharse del hundimiento del gigante energético Enron. Fue en esa década cuando el gestor, cansado de las caras comisiones de intermediación que tenía que pagar cuando operaba, decidió crear su propio bróker, que denominó Citadel Securities.

En las más de dos décadas de historia, la firma se ha convertido en uno de los mayores creadores de mercado de Wall Street, intermediando en una de cada cinco operaciones con acciones. De hecho, Griffin está pensando sacar esta compañía a Bolsa, con un valor de mercado que superaría los 25.000 millones de dólares

Esta parte de los negocios de Griffin, aparentemente menos conflictiva que las agresivas estrategias de su hedge fund, le ha acabado dando más dolores de cabeza. En 2021, la llamada revuelta de las acciones meme -cuando un grupo de pequeños inversores coordinados compraron títulos de Gamestop-, cogió con el pie cambiado a algunos fondos de cobertura bajistas, generándoles grandes pérdidas. Los inversores minoristas señalaron a Griffin por un conflicto de intereses: por un lado, Citadel acabó respaldando con 2.750 millones de dólares a uno de los hedge funds más afectados; y, por otro, su plataforma de intermediación Citadel Securities era el principal cliente de Robinhood, el bróker gratuito que utilizaban los inversores aficionados para invertir. En un momento dado, llegó a suspender la negociación de Gamestop, lo que beneficiaba claramente a los grandes hedge funds.

Griffin tuvo que acudir a testificar al Congreso por esta controversia, pero los legisladores no encontraron que hubiera actuado de forma inadecuada.

4. Sus últimas apuestas: tecnológicas y un ETF del S&P 500

El tamaño adquirido por Citadel ha hecho que haya aumentado muchísimo la cantidad de vehículos y estrategias que adoptan sus equipos. La firma tiene exposición en la actualidad a más de 4.000 acciones. Pero si hay un mínimo común denominador es el peso que tienen las acciones tecnológicas, que representan el 19% de su cartera.

Una de las compañías donde más ha aumentado su exposición es Amazon. Durante el último trimestre de 2023, los fondos comandados por Griffin han incrementado un 200% la inversión en el gigante de las ventas online, hasta superar los 1.200 millones de dólares de inversión. Griffin cree que la compañía fundada por Jeff Bezos puede ser una de las ganadoras en la nueva carrera por la inteligencia artificial (tiene un negocio inmenso de computación y almacenaje en la nube) y tiene la aplicación Amazon Bedrock para desarrollar herramientas de IA generativa. Citadel también invierte con fuerza en otras de las llamadas siete magníficas compañías de Wall Street. En concreto, mantiene posiciones en Microsoft, Nvidia y Meta.

Curiosamente, la mayor posición de los fondos de Griffin está ahora en un fondo cotizado que replica la evolución del S&P 500 (el SPDR S&P 500 ETF). Esta es la fórmula más sencilla de tener el dinero funcionando mientras busca nuevas oportunidades de inversión.

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Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.
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