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Tribunales

Los últimos coletazos de Long-Term Capital

Long-Term Capital Management (LTCM), un fondo de cobertura estadounidense, se hizo tristemente famoso en 1998 cuando la Reserva Federal tuvo que sacarlo de la quiebra con la ayuda de 14 bancos para evitar una crisis de todo el sistema financiero. Seis años después de aquel episodio, los antiguos accionistas de aquel fondo podrían tener que pagar hasta 56millones de dólares por evadir impuestos a través de LTCM en 1997.

Así al menos lo dictaminó el viernes pasado la juez de la corte de EEUU Janet Bond Arterton, que ha acusado a los accionistas de LTCM­hoy cerrado­ de anotarse deducciones fiscales de manera injustificada. Los dueños de este hedge

fundpodrían tener que devolver 40 millones de dólares y pagar una multa de hasta 16 millones (13 millones de euros).

La juez Arterton encuentra probado que el fondo ­creado entre otros por Robert Merton y Myron Scholes, premios Nobel de economía en 1997­ se benefició injustamente de una deducción fiscal de 106 millones de dólares por realizar una transacción ¢que no tenía un objetivo económico más allá del beneficio fiscal¢. Los acusados, que han recurrido la sentencia, sostienen que sí tuvo un objetivo más allá de obtener un rédito fiscal, que fue el atraer nuevos accionistas a la sociedad.

Los hechos se remontan a 1997, un año antes de que la crisis de la deuda rusa provocara la quiebra del fondo. LTCM utilizó los servicios de la empresa de leasing Onslow Trading and Commercial, con sede en Londres. Esta compañía alquiló material informático a la empresa General Electric Capital Computer Leasing y posteriormente subarrendó el derecho a utilizar este equipo a sus socios en EstadosUnidos que pagaron 100 millones de dólares cada uno. Ese dinero se colocó en cuentas bancarias para pagar el alquiler de los equipos a General Electric al finalizar el contrato. Posteriormente Onslow contactó con cuatro compañías de EE UU a las que cedió los derechos de alquiler y el dinero de las cuentas a cambio de acciones preferentes de esas empresas. Estas cuatro empresas pagaron el alquiler y lo anotaron en sus cuentas como gastos de capital. Onslow recibió un millón de dólares

en acciones por cada 100 millones que dio en efectivo.Mientras que el valor en Bolsa de esas acciones era de cuatro millones, Onslow declaró que su valor

era de 400 millones, la cantidad depositada en las cuentas bancarias. Finalmente Onslow cambio sus acciones preferentes por una participación en LTCM.

Cuando el fondo vendió parte de las acciones de estas empresas declaró que las pérdidas eran de 400 millones de dólares menos el dinero que recibió de la venta. En total, unos 106 millones.

Se reanuda el juicio contra Merrill Lynch

El juicio contra Merrill Lynch por presunta discriminaciónsexual se reanudó ayer en Londres después de que quedara interrumpido en junio por la enfermedad del abogado defensor. El tribunal trata de determinar si hubo discriminación por parte de los ejecutivos del banco de inversión contra la financiera Stephanie Villalba por ser mujer. Villalba alega que su sueldo era inferior al de sus colegas masculinos, que fue humillada por su jefe en repetidas casiones y que la dejaron de lado por ser mujer. Por todo ello pide una indemnización de 7,5 millones de libras (más de 11 millones de euros).Merrill Lynch sostiene, por su parte, que Villalba fue relevada de su puesto porque estaba fuera de lugar.

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