De Altafonte a Fermax pasando por APD: las firmas de servicios son unas joyas ocultas en el exterior
En 2022, los negocios no turísticos supusieron más del 56% de los ingresos por servicios frente al 40% del 2000. La cuota española en los intercambios globales del sector se sitúa en el 1,6% frente al 6% de Alemania
El colapso financiero de 2008, la pandemia, la crisis energética y las tensiones geopolíticas pasaron factura a la economía española. Sin embargo, pese a la extrema incertidumbre, desde 2010 España no ha parado de internacionalizarse. Las grandes protagonistas detrás de este éxito son las exportaciones de servicios no turísticos –como los financieros, empresariales, de telecomunicaciones e información, servicios de construcción y de propiedad intelectual– que han crecido en los últimos años en términos reales con mayor intensidad que las de bienes o las de servicios turísticos. En 2022 supusieron más de la mitad (56,7%) de los ingresos por servicios, desde un 40,2% del 2000, o el 49,2% en 2019, según un informe del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa.
Pese a este dinamismo, España se queda por detrás de otros países europeos en intercambios globales, con una cuota del 1,6% frente a más del 6% de Alemania y al 4,5% de Francia. Además, la fuerza exportadora suele concentrarse en pocas empresas y de mayor tamaño. Esto para Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles, es uno de los problemas del sector. “Aunque hay más de 57.000 exportadores regulares de bienes, menos de 1.000 empresas concentran el 66% de las ventas al exterior”, explica.
Pero en un tejido empresarial como el español, con el 99,8% de pymes, existen unas joyas ocultas que contribuyen significativamente a los buenos resultados del comercio exterior. Pablo López Gil, director general del Foro Marcas Renombradas Españolas, destaca el rol de estas firmas: “No podríamos explicar el éxito de las exportaciones de servicios no turísticos sin la creciente presencia internacional de pymes españolas. Hoy en día hay empresas muy competitivas, con servicios muy especializados y con un gran potencial de crecimiento”.
De hecho, para los expertos el triunfo de estas firmas fuera de las fronteras nacionales se debe a su capacidad competitiva y a la mayor sofisticación y diferenciación de los servicios ofrecidos. López Gil lo resume en pocas palabras: “Ser competitivo en precios es necesario, pero para tener éxito en los mercados internacionales hay que desarrollar otras ventajas competitivas. La mayoría ha apostado por una diferenciación en activos intangibles como la marca, la innovación y el capital humano que proporcionan un valor añadido”.
La digitalización y el efecto arrastre de las grandes compañías han actuado como locomotoras. Los avances tecnológicos han sido la clave para el salto de Altafonte, una firma española de música y tecnología que trabaja con sellos discográficos y artistas como Julieta Venegas, Mónica Naranjo y David Otero, poniendo su música en tiendas y plataformas digitales como Spotify, Apple Music, YouTube, Amazon, Instagram y TikTok. La firma, que cuenta con 110 empleados, recibe ingresos de 170 países, aunque sus mercados principales son Europa, EE UU y Latinoamérica. Con un volumen de negocios de 50 millones de dólares al año (46,5 millones de euros al tipo de cambio actual), España representa un 24%, mientras el 76% de los ingresos procede del exterior.
“La música no tiene fronteras, viaja libre por el mundo. Gracias a internet y a la música digital, el mercado es global”, señalan Nando Luaces, CEO de Altafonte, e Inma Grass, fundadora y directora de comunicaciones corporativas de la empresa que nació en 2011. Desde el principio supieron que su creación iba a superar los confines de España, gracias al idioma común y al fuerte vínculo con América. “Nuestro objetivo fue crear un mercado para la música en español y portugués, como el que existía para la música en inglés”, afirman.
Los fundadores recuerdan que cada vez que una canción se escucha en cualquier rincón del mundo y a través de cualquier plataforma, los artistas perciben regalías. Altafonte gestiona cientos de millones de usos generando microingresos. Además, ofrecen sincronizaciones de música en películas, publicidad o series, como La Casa de Papel, con millones de escuchas en el mundo, y estrategias de marketing para los artistas.
Digitalización e I+D
El impulso de la digitalización ha conllevado un incremento de la demanda de servicios no turísticos en diferentes sectores. Si se observan los ingresos totales de 2022, los servicios empresariales de alto valor añadido –que incluyen los relacionados con la consultoría en administración de empresas, I+D, técnicos de arquitectura, ingeniería y científicos– fueron los más solicitados (36%), seguidos por los de transporte (24%) y de telecomunicaciones, informática e información (17%), según el informe del Banco de España sobre la evaluación de las exportaciones españolas de servicios no turísticos.
Las necesidades de las empresas de mejorar su competitividad, así como la tercerización de las economías, han jugado un rol fundamental en la creciente importancia de este tipo de exportaciones. En este sentido, APD, un grupo tecnológico que desarrolla actividades de ingeniería e integración de sistemas en diferentes áreas, especialmente en la sanidad y en la educación, sobresale internacionalmente. Se enfoca en transformar los hospitales en entornos digitales avanzados, con soluciones de automatización de farmacia hospitalaria y, en el ámbito de la formación, aportan infraestructuras de red y herramientas digitales interactivas. Con un volumen de negocio de más de 60 millones de euros y tres filiales en Portugal, México y Chile, la compañía exporta a más de 20 países su tecnología propia desarrollada en el centro de I+D de Majadahonda.
Mercedes Perea García, directora general de APD, subraya la importancia de la internacionalización. “Es prioritaria en nuestra estrategia, ya que es la vía para continuar con el crecimiento y la consolidación a largo plazo. La diversificación de mercados es vital para asegurar los negocios”, insiste. Una de las ventajas competitivas de la empresa fuera de los confines nacionales es la apuesta por el I+D, parte del ADN de la firma. “Innovar y desarrollar soluciones tecnológicas avanzadas es esencial para adaptarnos a distintos mercados y encontrar nuestro elemento diferenciador”.
La importancia de la marca, en cambio, ha sido esencial para Fermax, fabricante de sistemas de portero, videoportero, control de accesos y soluciones de conectividad para el hogar. La empresa ha superado los 80 millones de euros de facturación consolidada en 2023, y el 57% de los ingresos procedía del extranjero. En el último año, el 80% de sus ventas internacionales venía de países como Singapur, Bélgica, Portugal, Francia, Reino Unido y Polonia. Jeremy Palacio, presidente y CEO de Fermax, apunta que la conectividad aporta un valor diferencial a los productos, así como el made in Spain. “Es un sello de calidad y confianza. Somos la única marca de videoportero que mantiene su proceso productivo en Europa”, afirma. La apuesta por la innovación también ha sido fundamental. “Contamos con un equipo de I+D, en China y en Valencia, y una fábrica propia que nos permite ser muy ágiles a la hora de diseñar circuitos electrónicos y garantizar el suministro bajo cualquier circunstancia”, asegura.
Las pymes consultadas aspiran a crecer y consolidar su posición en los mercados. Su contribución a la integración de España en el panorama internacional es evidente: el grado de apertura de la economía del país, calculado como la suma de exportaciones e importaciones de bienes y servicios respecto al PIB, alcanzó su máximo histórico en 2022, hasta el 80,6%, según el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa. López Gil no tiene dudas: este fenómeno ha venido para quedarse. “El creciente peso de los servicios en nuestra economía y la evolución del comercio exterior de estos denota un cambio estructural de la competitividad del país”.
Riesgos a la vista y tareas pendientes
Incertidumbre. Las tensiones geopolíticas crecientes y las dudas sobre la regionalización de las cadenas globales de valor generan incertidumbre sobre la evolución de las transacciones internacionales de servicios no turísticos. Como desvela el informe del Banco de España, estos factores podrían limitar la expansión de las transacciones de estos servicios a destinos extracomunitarios (que actualmente suponen casi la mitad de las exportaciones españolas), especialmente en algunos países asiáticos. Por otro lado, en cambio, podría fortalecer los lazos con los demás países de la UE. La Unión Económica y Monetaria (UEM) representa el destino preferente de estas exportaciones (42% en 2022), seguida por América (22%), Reino Unido (10%) y Asia (8%). Asimismo, las empresas señalan como otro peligro la inestabilidad política y económica de algunos países, que puede provocar devaluaciones de las monedas.
Por detrás de las UEM. Las exportaciones de servicios no turísticos han triplicado su peso en el crecimiento de la economía española en las últimas tres décadas. No obstante, todavía hay margen de mejora. De hecho, en 2021 la participación de estas en el PIB fue de 1,7 puntos porcentuales menor que en el conjunto de la UEM, según el Banco de España.
Asignatura pendiente. Pese a la ventaja competitiva que ha ido ganando en el comercio exterior, España arrastra una asignatura pendiente desde hace tiempo, eso es, la mejora de la complejidad de sus exportaciones. “Las que tienen alto contenido tecnológico solo representan el 6,8% del total, cuando la media de la UE se sitúa en el 17,7%. Pero hemos mejorado porque hace 10 años apenas llegábamos al 5%. La tendencia es positiva, aunque a un ritmo demasiado lento”, asevera Antonio Bonet, del Club de Exportadores e Inversores Españoles. En este sentido, los expertos señalan al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, como una oportunidad para potenciar los servicios de valor añadido, gracias a su apuesta por la digitalización.
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