TComet, la firma leonesa que maneja los cables de las grandes constructoras
La compañía instala sus propios sistemas de comunicación y seguridad en obras subterráneas. Compatibiliza proyectos en toda España y en otros países
En el exterior se vive con comodidad y sosiego gracias a los omnipresentes dispositivos móviles. Pero al entrar en un túnel o en una instalación subterránea, la cosa cambia. Al hablar de una obra civil de este ámbito, la intervención de TComet supone una tranquilidad para las personas que trabajan en ella y que, de otro modo, perderían todo el contacto con el mundo exterior; en especial, si hablamos de accidentes.
“Solucionamos esos problemas instalando sistemas de comunicaciones, iluminación y seguridad para este tipo de construcciones”, precisa Sergio de la Huz, director operativo de esta empresa leonesa. “Las minas, los túneles... En general, el trabajo subterráneo es uno de los entornos con más riesgo, con mayor tasa de siniestralidad. Un escape de gas o un incendio, y estás a cinco kilómetros de la salida o a 300 metros bajo tierra...”.
TComet es una compañía con sede en Ponferrada (León), pero con presencia global en Europa, América Latina y Oriente Medio, que, a pesar de haber sido constituida formalmente en 2012, cuenta con cinco décadas de experiencia a sus espaldas. No en vano, Telice, su empresa matriz, lleva desde 1973 siendo contratista de referencia en obras y servicios para la red ferroviaria de Renfe, ahora Adif.
Su facturación ha alcanzado en esta primera década de vida los seis millones de euros, con una plantilla de apenas una treintena de personas. Pero no todo ha sido un camino de rosas. La conocida tradición minera de la zona, “y lo manifiestamente mejorable de las instalaciones que operaban, hacía más que necesaria una empresa de servicios de este tipo”, recuerda De la Huz.
Sin embargo, el cierre paulatino de la industria del carbón impactó fuertemente en la región berciana. “Se puede decir que la empresa arrancó sin tener muy claro su futuro”. Así que, tras llamar a numerosas puertas, un gran proyecto echó realmente a rodar, un negocio que había sobrevivido a base de pequeñas instalaciones: la variante de Pajares, el principal tramo de la línea de alta velocidad León-Asturias, que atraviesa el complicado relieve de la cordillera Cantábrica con 13 túneles, entre los que destaca el de Pajares, uno de los más largos del mundo con 24,6 kilómetros.
Allí, TComet instaló la tecnología necesaria para dar cobertura a los teléfonos móviles, de modo que fuese posible comunicarse con el exterior; además de un sistema de cámaras para la monitorización desde un centro de control fuera de los túneles, uno de walkie-talkies y un control de detección de gases peligrosos y de ventilación. “Mientras que nuestras instalaciones se caracterizan por no ser permanentes, sino que se ajustan cuando comienzan las excavaciones, funcionan durante la ejecución de la fase más pesada y se desmontan cuando entran en marcha los sistemas definitivos, en esa ocasión han estado en marcha hasta un día antes de circular los trenes, lo que da una idea de su fiabilidad”.
En el ínterin, se planificó la expansión internacional, que ha resultado bastante exitosa, con dos proyectos emblemáticos: el de la Elizabeth Line, una línea de ferrocarriles de alta velocidad que atraviesa Londres de este a oeste (21 kilómetros con seis túneles de vía única), y el de Follobanen, un ferrocarril de alta velocidad de 22,5 kilómetros que conecta las localidades noruegas de Oslo y Ski.
Pero salir por todo el mundo conlleva problemas logísticos, de contratación de personal, idioma, legislación... “Decidimos la apertura de sendas delegaciones, en ambas capitales, que han sido todo un acierto. No en vano, nos han supuesto nuevos proyectos, como HighSpeed 2 (una línea de alta velocidad entre Londres y Birmingham) y hasta media docena de proyectos en Noruega.
Esta empresa ponferradina se encuentra también trabajando en emplazamientos tan dispares como Perú, concretamente en la ampliación del metro de Lima; Arabia Saudí, en la espectacular construcción de una ciudad lineal de cerca de 170 kilómetros, de la mano de una UTE (unión temporal de empresas) liderada por FCC, o Lisboa, donde se ocupa de las comunicaciones y la seguridad del túnel que se construye en el centro de la capital lusa para evitar problemas de inundaciones. Sin abandonar su labor en España, participando en las obras del puerto de A Coruña, el desdoblamiento de una línea ferroviaria en Orense o la construcción de una central hidroeléctrica reversible en Gran Canaria para Redeia y Dragados.
Su futuro inmediato, según el director operativo, pasa por seguir creciendo “con los pies bien asentados tanto en número de proyectos como en nivel tecnológico”.
De, por y para las personas
Tecnología. De las antiguas jaulas, en las que un sacrificado canario alertaba de las fugas de grisú, a los modernos sistemas de detección de gases peligrosos de TComet media todo un abismo en seguridad de instalaciones subterráneas.
Orgullo. “El hecho de emplear software propio nos enorgullece personalmente y nos permite ser más flexibles a la hora de adaptarnos a los proyectos”, explica Sergio de la Huz, director operativo de esta empresa leonesa ubicada en El Bierzo, que él define como creada “por y para las personas”.
Empleo local. Su crecimiento en los últimos años topaba con dificultades para la atracción de talento, dada su ubicación periférica. De ahí el papel que TComet juega en la empleabilidad –y por tanto, de fijación de población– de los jóvenes en El Bierzo, gracias a un convenio de colaboración con el IES Virgen de la Encina, en Ponferrada.
Experiencia-juventud. Crean equipos mixtos entre trabajadores con experiencia y noveles, “de modo que, trabajando a -20 grados en Noruega o bajo el sofocante calor del desierto saudí, aprendan unos de otros”.
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