Francisco Carranza (Basquevolt): “Hemos entregado los primeros prototipos de celdas de batería a clientes de automoción y aeronáutica”
La empresa vasca espera lanzar al mercado las baterías de estado sólido a partir de 2027. Su directivo quiere convertir a España en líder global
Antes de unirse a Basquevolt, Francisco Carranza (Sevilla, 48 años) ocupó puestos relevantes en las empresas de automoción más importantes de Europa. Vivía en París, adonde emigró para desarrollar su carrera, y allí trabajó en Nissan, Renault, Peugeot o Citroën. Fue vicepresidente de ACC, una compañía creada conjuntamente por Stellantis, Mercedes-Benz y Saft para la fabricación de celdas de batería.
Hasta que, en 2022, le llamaron desde País Vasco para dirigir una startup con un equipo de científicos liderado por Michel Armand, uno de los padres de la batería de litio moderna. Dijo que sí. Dos años después, Basquevolt –con el 25% del capital público y 85 empleados–, tiene una batería de litio en estado sólido que, según Carranza, puede cambiar el mundo. Ya han entregado la primera versión a varios fabricantes de coches, desvela en esta entrevista realizada en The Business Booster, una feria tecnológica celebrada en octubre en Barcelona por EIT InnoEnergy. La firma, que no revela datos de producción ni facturación, prevé tener el producto listo para la venta a partir de 2027. La última pregunta se formula y se responde después de la cita por correo electrónico.
P. ¿Cómo surge esta empresa?
R. Basquevolt nace como respuesta a un problema: las baterías actuales no nos permiten alcanzar los objetivos de electrificación que necesitamos como sociedad. Aunque llevamos años trabajando en la electrificación de vehículos, el coste, el peso y la limitada autonomía de las baterías son barreras que frenan su adopción masiva.
P. ¿Quién tomó la iniciativa?
R. El impulso inicial viene del Gobierno vasco y del Ejecutivo de España, que identificaron una oportunidad única: Michel Armand, considerado uno de los padres de la batería de litio, lleva investigando en España desde 2011 en el centro CIC energiGUNE. Con su liderazgo científico y el respaldo de la industria, se decidió crear Basquevolt para trasladar décadas de investigación al mercado. La empresa se constituyó en 2022 y desde entonces hemos avanzado significativamente tanto en la investigación como en la industrialización de esta tecnología.
P. ¿Por qué son tan importantes las baterías de estado sólido?
R. Representan un avance crítico en eficiencia. Permiten almacenar más energía en menos espacio, reduciendo el coste y el peso. En comparación con las baterías de litio tradicionales, que apenas han evolucionado desde los ochenta, reducen un tercio el peso, el volumen y el coste, manteniendo la misma capacidad energética.
Necesitamos más inversión en proyectos como este, en tecnologías disruptivas
P. ¿Qué dificultades tiene su desarrollo?
R. Es una frontera tecnológica extremadamente compleja. Almacenar más energía en menos materia nos obliga a ir al límite de lo que la humanidad sabe sobre materiales y electroquímica. Resolver este problema requiere de una colaboración científica e industrial de alto nivel. No basta con tener grandes científicos. Uno de los retos más grandes que tenemos es coordinar al mundo científico con el industrial. Son dos lenguajes diferentes: el científico busca entender los materiales en un laboratorio, mientras que el ingeniero necesita productos que puedan fabricarse a gran escala y a costes competitivos.
P. ¿Qué avances han logrado desde que se fundó la empresa?
R. En dos años hemos construido uno de los centros de investigación más avanzados del mundo en España y una línea piloto de fabricación de celdas de batería. Este verano hemos comenzado a entregar prototipos a clientes del sector automoción y aeronáutico. Es crucial para validar la tecnología y mostrar que nuestras baterías son una ruptura con lo que se conocía hasta ahora.
P. La UE se está quedando atrás en la carrera tecnológica verde.
R. Europa tiene una capacidad de innovación enorme, pero nos cuesta mucho convertir esa innovación en industria. Lo hemos visto en los últimos 20 años: mientras Estados Unidos y China han creado gigantes tecnológicos, Europa no ha logrado posicionar grandes empresas en sectores clave como el de las baterías. Parte del problema es que en Europa solemos financiar la ampliación de fábricas en mercados maduros en lugar de invertir en tecnologías disruptivas. Necesitamos un cambio de mentalidad para liderar la próxima revolución.
Europa tiene una capacidad de innovación enorme, pero nos cuesta mucho convertir esa I+D en industria; falta agilidad
P. ¿Cree que la UE todavía tiene una oportunidad?
R. Sí, pero debemos actuar con rapidez y decisión. Tenemos el talento científico y los recursos para hacerlo, pero nos falta agilidad para industrializar nuestras innovaciones. Empresas como Basquevolt demuestran que es posible convertir la ciencia en industria desde Europa, pero necesitamos más proyectos como este y una mayor coordinación a nivel europeo.
P. ¿Qué papel juegan las instituciones españolas y vascas en este proyecto?
R. El apoyo del Gobierno vasco ha sido fundamental. Existe una conciencia clara de que estamos en una transición industrial importante y de que muchas empresas dependen de tecnologías obsoletas, como los motores de combustión. Desde el principio, el Ejecutivo vasco apostó por Basquevolt para generar empleo de alto valor añadido y crear una industria tecnológica fuerte. También hemos contado con el respaldo del Gobierno de España. Todos entienden que esta es una oportunidad única para posicionar al país como líder en un sector estratégico [la empresa ha recibido 22 millones de inversión privada y 47 millones de dinero público, entre ellos, de Iberdrola, CIE Automotive, Enagas, EIT InnoEnergy, CIC energiGUNE y de CDTI].
P. ¿Cuál es el futuro de Basquevolt?
R. Nuestro objetivo es convertirnos en un referente mundial en tecnología de baterías. Queremos que España sea el punto de partida de un cambio global hacia la electrificación y la sostenibilidad. Si lo logramos, habremos contribuido a democratizar la electrificación.
P. Acaba de conocerse la quiebra de Northvolt en EE UU, ¿cómo afecta al sector y a su firma?
R. En el sector de las baterías hay que tener muy claro cuál es la ventaja competitiva sostenible que tiene la empresa: o eres más económico o técnicamente superior. Hay que plantearse por qué el cliente compraría tu producto y no el chino, Esa es una pregunta que nos deberíamos de hacer todos siempre.