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LA PUNTA DEL ICEBERG
Tribuna
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Los factores determinantes de la dinámica reciente de los salarios

La productividad, los precios así como la oferta y la demanda terminan decidiendo los salarios del tejido laboral

Un mesero trabajando en una terraza en la plaza de El Pilar.
Un mesero trabajando en una terraza en la plaza de El Pilar.JAVIER BELVER (EFE)

La evolución de los salarios, tanto a corto como a largo plazo, es el resultado de la confluencia de numerosas variables coyunturales y estructurales. Esta variable macroeconómica se perfila por la interacción de múltiples factores, entre los que destacan la productividad, los precios, la fuerza de negociación laboral, la oferta y demanda de trabajadores, los tipos de interés y los movimientos poblacionales. Todos estos elementos, y otros más, convergen en la determinación de los salarios y, por ende, en la evolución del bienestar general de la población de un país.

En los últimos meses, los salarios han sido objeto de numerosos análisis, principalmente para explicar la pérdida de poder adquisitivo o por qué, como han señalado algunos estudios recientes, tener un salario ya no garantiza el bienestar. Comprender las tendencias y movimientos salariales es fundamental para entender las dinámicas subyacentes al comportamiento económico en un momento dado y para diseñar políticas que mejoren la situación de los trabajadores.

Desde la economía sabemos que, para un análisis adecuado, es crucial medir la evolución de los salarios recibido por cada hora trabajada, ya que solo así es posible entender cómo evoluciona la remuneración del factor trabajo. Y es que el uso del salario por trabajador incorpora dos elementos que, aunque importantes para valorar los ingresos personales, se solapan: la propia remuneración (cuánto se paga por el trabajo) y la intensidad laboral (cuánto tiempo se trabaja). Este segundo elemento es crítico para entender la variación de los ingresos de los trabajadores a lo largo del tiempo y es relevante para analizar la desigualdad salarial en España. Sin embargo, para comprender las razones de las fluctuaciones en la remuneración del empleo, debemos centrarnos en los salarios pagados por hora trabajada, que es, en definitiva, la única medida precisa para determinar qué sucede y por qué en este agregado.

Salarios de entrada por países Gráfico
Belén Trincado Aznar

Así, según los datos de la Contabilidad Trimestral del INE, el salario por hora en términos reales experimentó una caída del 8% entre el primer trimestre de 2021 y el segundo trimestre de 2023. Indudablemente, el choque de los precios energéticos, precedido por el impacto de los cuellos de botella en los precios globales, redujo significativamente el poder adquisitivo de los salarios españoles. En el sentido contrario, desde el segundo trimestre de 2023 hasta el primero de 2024, solo se ha logrado recuperar una parte, un 5,9%, lo que implica que, por el momento, los salarios españoles no hayan conseguido recobrar el poder adquisitivo perdido desde que se produjera la subida de los precios post-pandémica.

Para comprender las dinámicas subyacentes a estos comportamientos, es necesario examinar diversos factores. Solo así es posible establecer un análisis correcto y completo de las razones que rigen la evolución de los salarios y, por lo tanto, entender su trayectoria.

Comencemos por el aspecto más macroeconómico. La teoría económica, y la evidencia empírica, muestran que los salarios son sensibles a la evolución diferenciada de los precios de los productos que importamos frente a los que exportamos. Este concepto es simple y lógico: si un país está especializado en productos cuyo precio crece por debajo de aquellos en los que no lo está, su precio relativo —lo que denominamos término de intercambio— se ve afectado a la baja, lo que impacta en su capacidad de compra y conduce a un empobrecimiento relativo.

Un ejemplo claro de esto lo encontramos en lo sucedido cuando los precios de la energía subieron de forma intensa. Durante ese período, las familias tuvieron que dedicar una parte significativa de sus recursos a cubrir los costes de movilidad, con combustibles a precios elevados, y una electricidad por las nubes, cuyos precios fueron impulsados por el aumento del precio del gas tras la invasión rusa de Ucrania. Esto provocó una menor disponibilidad de recursos para adquirir otros bienes. Dedicar una mayor proporción del presupuesto a financiar el consumo de bienes básicos cada vez más caros conduce a un empobrecimiento general. Este fenómeno se refleja directamente en los salarios reales, lo que explicaría, por lo tanto, su evolución durante buena parte del período analizado.

La caída de los precios energéticos a lo largo de 2023 permitió revertir parcialmente la tendencia experimentada en los trimestres anteriores. Sin embargo, los precios de los combustibles nunca llegaron a disminuir lo suficiente como para compensar su subida previa. Esto implica que, salvo que se produzcan mejoras en la productividad interna o que aumenten significativamente los precios de productos en los que tenemos una ventaja comparativa notable (como podría ser el turismo, algo que sucede), sería difícil, como así ha sido, recuperar a corto plazo la pérdida de poder adquisitivo experimentada.

No obstante, es crucial recordar que cuando analizamos estos agregados, buena parte de su evolución viene determinada por el efecto composición. Cuando afirmamos que aún no hemos recuperado nuestro poder adquisitivo, parece que estamos incluyendo en la misma categoría a todos los trabajadores de la economía española. Esta generalización, obviamente, requiere matizaciones en función del “barrio” en el que nos encontremos.

Así, debemos comprender que una proporción significativa del empleo creado ha sido en sectores donde los salarios no son elevados y donde la intensidad laboral es baja. En consecuencia, esto implica que la medida salarial a la que hacemos referencia cuando observamos los grandes agregados tiende “artificialmente” a la baja o crece menos (algo que podemos observar en la figura que acompaña el texto a partir de los datos del tracker de salarios de Indeed). Esta evolución no significa necesariamente que no haya habido trabajadores que hayan logrado mejorar sus salarios. Lo que indica es que parte de la evolución moderada se explica porque hemos incorporado trabajadores con menores salarios al mercado laboral. Hemos concentrado buena parte de nuestros esfuerzos en generar empleo, y salarios, allí donde los salarios no son elevados.

Esta perspectiva más matizada nos permite entender mejor la complejidad de la evolución salarial en España. No se trata simplemente de un fenómeno uniforme que afecta a todos por igual, sino de un proceso dinámico influenciado por múltiples factores, incluyendo la creación de empleo en diferentes sectores y niveles salariales. Es fundamental tener en cuenta estas consideraciones al analizar las tendencias salariales y al diseñar políticas económicas y laborales que busquen mejorar el bienestar de todos los trabajadores. Siendo así, comprenderemos mejor qué sucede y por qué con nuestros salarios, quizás lo segundo más importante en nuestra vida.

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